Ruta F 10

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F 10. Por Francia.- Ruta por El País de Béarn , Navarrenx, Méritein, Bugnein, Audaux., Ossenx, Narp, Laas, Andrein, y Sauveterre de Béarn.

F 10. Por Francia.- Ruta por El País de Béarn , Navarrenx, Méritein, Bugnein, Audaux., Ossenx, Narp, Laas, Andrein, y Sauveterre de Béarn.
El País de Béarn es una región con un rico pasado histórico que merece la pena conocer. En la Edad Media (siglo XIV) fue un estado independiente y tuvo una dinastía local, los Moncade. La localidad de Orthez era su capital y el calvinismo la religión oficial.
La Corte de Gastón Fébus, vizconde de Béarn, en Orthez, fue una de las más fastuosas de Europa en su época, según rememoran los cronistas.
Pero quiero aprovechar, para dejar constancia de la fuerte relación de dependencia y colaboración, que el País de Béarn sostuvo a lo largo de su historia con Aragón.
Talesa de Aragón (fallecida después de 1147) fue una noble aragonesa, esposa del vizconde Gastón IV de Bearne y vizcondesa entre 1131 y 1134 a la muerte de su esposo. Durante las ausencias de su marido y tras la muerte de su hijo Céntulo VI de Bearne en 1134 fue ella la que se encargó del gobierno del vizcondado.
Talesa era hija del conde Sancho Ramírez, tenente en Aibar y Javierrelatre, hermano natural del rey de Aragón Sancho Ramírez. Fue casada hacia 1085 con Gastón (futuro Gastón IV), hijo del vizconde de Bearne Céntulo V. Recibió en dote el vizcondado de Montaner, pequeño territorio situado en el vecino condado de Bigorra que así pasó al patrimonio de los vizcondes de Bearne.
Entre 1096 y 1101, mientras su marido Gastón IV participaba en la Primera Cruzada, Talesa se ocupó del gobierno de Bearne con la ayuda de un consejo señorial. Lo mismo hizo más tarde durante las frecuentes y largas estancias de su marido en Aragón. Talesa aparece en los registros históricos sobre todo fundando establecimientos religiosos.
Al morir Gastón IV en 1131, Talesa ocupó la jefatura de la casa de Bearne y a todos los efectos rigió sus dominios como vizcondesa de iur  al ser menor de edad su hijo Céntulo VI, quien murió poco después, en la batalla de Fraga 1134, y el vizcondado pasó al hijo de Guiscarda, Pedro, también niño, con lo cual Talesa siguió ejerciendo de regente.
Poco después el vecino reino de Aragón fue sacudido por el conflicto sucesorio originado por el testamento del rey Alfonso I, muerto en 1134. Talesa tomó partido contra Ramiro el Monje, el cual en represalia, le retiró los señoríos de Zaragoza y Uncastillo que había heredado de su marido Gastón IV. Tras recaer finalmente el gobierno de Aragón en “el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV”, este, para recuperar las buenas relaciones con Bearne, otorgó a Talesa los feudos de Huesca y Bespén, así como derechos sobre la iglesia de Santa María del Pilar de Zaragoza, donde su marido estaba enterrado. Asimismo, donó al Pilar el olifante de su marido, que aún se conserva en la Basílica. Entregó también la mano de una noble catalana al vizconde Pedro, para poner Bearne bajo control de la Corona de Aragón.
La fecha de fallecimiento de Talesa es desconocida pero se sabe que fue más tarde de 1147. Tuvo cuatro hijos, todos con Gastón IV: Guiscarda, otra niña, de cuyo nombre se sabe sólo que comienza por N. Céntulo, nacido en 1102 y muerto poco antes de 1128. Céntulo VI, muerto en 1134.
Céntulo V, apodado el Joven, fue vizconde de Bearne desde 1058 hasta su muerte en 1090, y de Bigorra desde 1080. Era nieto de Céntulo IV el Viejo, al que sucedió porque su padre Gastón ya había muerto.
Céntulo afianzó y aumentó la autonomía de los vizcondes de Bearne frente a los duques de Aquitania, de los que teóricamente eran vasallos. Entre los actos más significativos de esta autonomía se pueden citar que hiciera acuñar moneda propia en su capital Morlaas, que solo él tenía el poder de convocar a los caballeros de Bearne, que le debían fidelidad, y que otorgara a la ciudad de Olorón, por entonces desierta, una «carta de población». Esta carta fue el primer embrión del posterior Fuero de Olorón o For de Oloron, que a su vez sería incorporado a los Fueros de Bearne (Fors de Bearn) siglos más tarde.
Fue un gran partidario de la Reforma gregoriana de la iglesia católica y mantuvo excelentes relaciones con la Santa Sede, realizando muchos donativos a la iglesia. Inició la construcción de la gran iglesia de la Santa Fe de Morlaas, primer monumento románico de Bearn. El papa Gregorio VII lo calificó de amator justitiae, defensor pauperum, propagator pacis (amante de la justicia, defensor de los pobres, propagador de la paz).
Se casó hacia 1060 con una pariente llamada Gisla, con la que tuvo un hijo, su heredero Gastón, y una hija llamada Osquinette. Pero el Papa le exhortó a romper el matrimonio por causa de consanguineidad y Céntulo obedeció, fundando como penitencia un priorato en Morlaas dependiente de la abadía de Cluny.
Céntulo se casó en segundas nupcias en 1077 con Beatriz, condesa de Bigorra. Con ella tuvo otros dos hijos: Bernardo y Céntulo, ambos futuros condes de Bigorra. A su hijo Gastón lo casó con Talesa, princesa de la familia real de Aragón (era hija de un hermano natural del rey Sancho Ramírez) y que recibió en dote el vecino vizcondado de Montaner, que así pasó a dominio de los Bearne.
Así pues, mediante su política matrimonial Céntulo logró poner bajo su control a sus vecinos por el este (Montaner y Bigorra) y forjar una sólida alianza con su vecino del sur, Aragón. Formó, con toda probabilidad, parte de la curia real de Sancho Ramírez e incluso participó con donaciones al mantenimiento del monasterio de San Juan de la Peña y mostró su deseo de formar parte de este cenobio como «hermano y caballero». Pero por el este tuvo que luchar militarmente contra sus vecinos. En 1082 lanzó un ataque contra el vizcondado de Dax pero sufrió una severa derrota.
En 1079 participó en un intento de tomar Zaragoza que fue repelido por el Cid, que por aquel entonces estaba al servicio de los musulmanes. En 1090 partió de nuevo hacia Aragón al frente de las tropas bearnesas para participar en el ataque a Huesca planeado por el rey Sancho Ramírez pero fue asesinado a traición mientras atravesaba el valle de Tena. Le sucedió su hijo Gastón IV.






El 17 de Agosto de 2013, llego  Navarrenx  donde llevo un total de 8634 kilómetros. Estoy en uno de los principales caminos a Santiago de Compostela, “el Camino de Puy”; que coincide con el sendero de excursión GR 65. Cuenta una leyenda española que  en el siglo IV, una estrella guío al ermitaño Pelayo hasta el lugar donde estaba sepultado el apóstol Santiago el Mayor, que fue decapitado en Jerusalén, en el año 44 y que misteriosamente llegó en una barca hasta las costas gallegas. Allí mismo, los hombres de aquella época edificaron una capilla a la que dieron por nombre Compostela “Campo de las Estrellas”. Casi mil años, después peregrinos siguen caminando hacia Santiago de Compostela, al encuentro de los demás  o quizás de ellos mismos.
Navarrenx es una localidad y comuna francesa, situada en el departamento de Pirineos Atlánticos y en la región de Aquitania. En la actualidad tiene 1.200 habitantes Navarrenx es una de las villas más antiguas de Béarn. Hay vestigios de su existencia en el siglo I de la era cristiana y su nombre viene del latín “Sponda Navarrensi”, que significaba la “frontera de Navarra”. La dinastía de los Moncade está estrechamente vinculada a la historia de la localidad, al haber propiciado la construcción de algunas de sus principales edificaciones, como la ciudadela fortificada y el puente sobre el río Gave d’Oloron.(Gave significa torrente)
La villa de Navarrenx fue fundada en el siglo XI. Situada en el corazón del departamento de los Pirineos Atlánticos, la ciudad es un importante paso  de la Ruta Jacobea por Bearn. En el siglo XII se construye un hospital para los peregrinos así como la iglesia de Saint-Antoine. También se construye entonces un primer puente de madera que es sustituido por otro de piedra en el siglo XIII. Disponía este puente de un puesto fortificado de guarda que desapareció entre 1778 y 1787. Al atravesar el puente, que constituía la entrada a la ciudad desde Navarra, el viajero se encuentra con la Puerta de San Antonio o Puerta de España. En 1316 Navarrenx era una aldea medieval, pero la vizcondesa Margarita, hija de Gastón VII de Béarn, construyó en Navarrenx una bastida fortificada. . Siendo la primera ciudad bastión de Francia. Fue residencia de los reyes de Navarra antes de Orthez y Pau.
En el siglo XVI, Enrique II de Navarra, Albret, el abuelo de Enrique IV, deseando proteger su reino, el Béarn protestante, contra la codicia de los católicos, decidió fortificar Navarrenx, para lo que  reformó completamente las defensas de la villa construyendo en 1542-1549 las murallas de la ciudad que conocemos actualmente. Acudió a un arquitecto italiano, Fabricio Siciliano para edificar la primera plaza francesa de bastiones, que se inspiró en la ciudadela de Lucas, en la Toscana italiana, un modelo casi único de arquitectura militar. Nada más terminadas las murallas fueron inmediatamente puestas a prueba con motivo de  las guerras de religión que arrasaron el Béarn. En 1523 la ciudad fue asediada y tomada por Philibert de Châlon, Príncipe de Orange, que mandaba las tropas del Emperador Carlos V enviadas para destruir los castillos y fortalezas de los señores leales a Enrique II de Navarra Albret.
Entre 1569 y 1620 Navarrenx fue la ciudad refugio de mayor seguridad de los calvinistas bearneses y fue el último bastión de la resistencia e independencia de Bearn.  En  la Guerra de 1569, sus defensas fueron valientemente defendidas por el Barón de Arros, teniente de Jeanne d´Albret, y resistieron con éxito a tres meses de sitio. Aún están intactas, como también lo están los edificios militares de aquella época; polvorín, arsenal, cuarteles, fuentes…El relleno de tierra interior a las murallas refuerza su resistencia; las baterías están retranqueadas y suposición suprime los ángulos muertos. Su fuente permitía a la guarnición de proveerse de agua en caso de asedio. El patio hubiera podido resguardar 30 000 balas o granadas. Estas murallas han sido declaradas Monumento Nacional.
Fue también la ciudad de los amores apasionados de Franz Listz y Caroline de Saint-Cricq que tanta tinta hicieron correr.
Su Iglesia consagrada a Saint Antoine es del siglo XII, con reformas posteriores del siglo XIV. Navarrenx también constituye un importante lugar de encuentro para los pescadores, ya que en su río se celebra todos los años el campeonato del mundo de pesca de salmón.

Parto por la carretera D 947 junto a las figuras que hay de unos peregrinos

Con 1,20 kilómetros llego al bonito pueblo de  Méritein. Visito el interior de su iglesia, gracias a que en Francia tienen la sana costumbre de abrirlas, para todo aquel que quiera visitarlas o rezar.

Conocida desde el siglo XI el nombre de Sanctus Meritensis, Méritein se desarrolla en un  bello paisaje del Camino de Santiago, donde los peregrinos  tomaban el  barco para cruzar el  Río Oloron.
En la Edad Media, '' era un pueblo de unas cuarenta  casas. También contaba con la presencia de un castillo.
Hacia el norte, en un lugar llamado Castéras,  se encontraron los restos de un antiguo campamento fortificado, con foso profundo.  (Montículos fortificados) en el mapa de Cassini del siglo 18,  lo sitúa al este de la aldea, lo que demuestra  la importancia estratégica de Méritein. Su historia está ligada a la de Navarrenx, la piedra del lugar, existente a lo largo del Río, sirvió para  la edificación de los muros de la muralla, en el reinado de Enrique II  de Albret. Meritein  en el siglo 18, tenía  una fábrica de telares.  Charles Ferdinand Latrille, Conde  de Lorencez, General  de brigada, Gran Oficial de la Legión de Honor, mandó la desastrosa expedición a México en 1862, durante el reinado de Napoleón III antes de retirarse a Méritein.

En el kilometro 2,20 abandono  la carretera principal D947, que se dirige a Orthez, para por mi izquierda, tomar la carretera D 27  para dirigirme a Bugnein, Audaux , Sauveterre.

Con 4,20 kilómetros entro en Bugnein por la Rue de la Plaine. No puedo visitar su iglesia ya que extrañamente está cerrada.

Con 5´70 kilómetros entro en Audaux. Visito el interior de su iglesia y fotografío una hermosa fuente lavadero, perfectamente conservada. También me llama la atención un palacio precioso que fotografío desde la verja de entrada.

Seguidamente en el  kilómetro 6,20 llego a una rotonda presidida por una escultura metálica, de dudosa calidad y gusto y  en un lado del arcén otra de un Cristo crucificado. A partir de aquí en dirección a Ossenx, desaparecen los árboles, para ser sustituidos por inmensos campos de maíz, o, “panizo” como decimos aquí.

En el kilómetro 8,20 llego a Ossenx. Este pueblo se encuentra situado  a la derecha, en una suave pendiente y a unos 100 metros de la carretera. La pena es que su iglesia estaba cerrada. Fue restaurada en 1899 y un siglo después en 1989.
Con 8,450 salgo de nuevo a la D27.

En el kilómetro 9,46 llego a Narp, que como Ossenx está a la derecha de la carretera y a 100 metros de esta, también asentado sobre una suave colina. Su iglesia se erige en lo más alto de esta colina, pero lamentablemente esta se encuentra cerrada. Desde estas bonitas localidades puede ir a Orthez, que dista tan solo 18 kilómetros, por una carretera interior la D30.

Con 9,70 salgo de nuevo a la D27

En el kilómetro 11,70 llego a Laas, donde en su entrada se encuentra su famoso Châteu.,
El Castillo de Laas. Fue construido a finales del siglo XVII y alberga en la actualidad, gracias a la increíble colección de la familia Serbat que se instaló en él en 1946, el segundo catálogo de arte decorativo de Aquitania. Los jardines ingleses, franceses e italianos forman un magnífico marco de 12 hectáreas en torno al castillo. Con los Pirineos como tela de fondo. En un parque de 12 hectáreas en el corazón de una antigua baronía de Bearn, una antigua casa solariega del Siglo XII ampara una de las más bellas colecciones de artes decorativos de Aquitania. La visita guiada te permite descubrir los tapices de Aubusson, las pinturas de Elizabeth Vigée-Lebrun, Brueghel, Rubens, Fragonard y también las porcelanas, las lozas y el mobiliario. Como la siguiente visita guiada empezaba a las 12´30 horas, y dura bastante, decidí  no entrar al castillo, pero las señoritas de la entrada de visitantes, muy agradablemente me sugirieron, que podía visitar gratuitamente los jardines del Châteu, y sin prisas. Desde luego la sugerencia fue muy de agradecer, solamente puedo decir maravilloso oh, la, la. Las fotografías lo dicen todo.
Un gran parque con árboles centenarios, un espacios de juegos y de descubrimiento te invitan a pasear por sus jardines a la francesa. Sus espejos acuáticos y sus macizos de flores terminan en una terraza frente al magnífico panorama de un estuche vegetal con el gave de Oloron (río de montaña) corriendo al pie, las colinas de la otra orilla y en la lejanía, el telón de fondo de la cordillera
El Châteu esta abierto todos los días en julio y agosto de 10 de la mañana a 19 horas de la tarde  A partir del 1 de abril al 30 de junio y del 1 de septiembre al 2 de noviembre: abierto todos los días excepto el martes de 10 a 12 de la mañana y de 14:00-19:00 horas.
Exposiciones durante el verano
Saliendo de Laas, en una rotonda presidida por una columna fuente, veo a la derecha y cartel indicador de la iglesia románica de San Bartolome del siglo XI, a la que llego con 12 kilómetros.

Con 12,10 salgo de nuevo a la D27.

Con 17,20 llego a Andrein.

Con 19,60 llego a la Capilla de San Martín de Sunarthe, que fue edificada hacia el año 1250. La capilla de la abadía de Labadie dependía del orden de los Benedictinos. Aquí en un comienzo tenían casa, granja y corte. Luego se convirtió en parroquia de la comunidad y fue hasta la revolución administrada por un cura, luego por un consejo de fábrica. En 1916, un terrible ciclón arrasó con el techo de la capilla. Las infiltraciones y la lluvia convirtieron en ruinas la edificación. Entre 1992 a 1997 “Les Amis du Vieux Sauveterre” restauraron la capilla.

Con 20,30 llego a Sauveterre de Béarn. Su lema  dice: de buena tierra y buena gente. La villa está emplazada sobre el río Oloron.
Cinco siglos antes de nuestra era, llegan los Iberos del Ebro y Aragón. Los pastores íberos atraviesan los Pirineos y recorren las planicies de Gascogne. Se afincan más tarde cerca de valles fértiles, buscando lugares naturalmente protegidos y sobre los cuales edifican campos fortificados. Una de esas tribus íberas, la de los Benarnis, ocupa el territorio que luego será el Béarn.

Una meseta rocosa domina el rico valle de la “gave d’ Oloron”, una isla facilita la construcción de un puente, los recursos abundan. “Este es el lugar soñado para construir su choza”.

Algunos Benarnis construyen sus primeras habitaciones, aquí será: Sauveterre.

Siguen los romanos, los visigodos, los vascones, pasan los árabes, los terribles normandos... Es así que hacia el año 840 nace el vizcondado de Béarn.
Ciudad fortaleza de los señores de Béarn, está situada muy cerca de la frontera de la Baja Navarra.
Desde el comienzo del Vizcondado, Sauveterre juega un papel estratégico muy importante. Su posición geográfica era una puerta abierta sobre Navarra, España, Aquitania. Los vizcondes para proteger el país de Béarn, estado soberano e independiente durante varios siglos, van a hacer de Sauveterre una tierra de asilo y un campo de defensa. “Salva Terra”, Tierra Salva. Lugar de regugio, como todas las “Sauvetés”, ella se beneficia de franquicias acordadas en el siglo XI; los comerciantes favorecen su crecimiento; también se convierte en un alto indispensable para los peregrinos de St. Jacques de Compostelle antes de entrar en Navarra. La ciudad prospera y figura entre los cuatro poblados del Béarn con Morlàas, Rotes y Oloron.

La mayoría de los vestigios históricos que jalonan la ciudad han sido edificados en los siglos XII, XIII y XIV, principalmente por Gastón VII Moncade (1229-1290) y por Gastón III de Foix-Béarn llamado Gastón Fébus (1343-1391).

Entre las principales edificaciones de esta época se destacan:
La Iglesia de Saint. André. Iglesia en cuyo exterior el estilo románico se hace presente. Sus formas armónicas elevadas hacen de ella una construcción única en el Béarn.
Su construcción se sitúa en la época de transición (fines del XII y principios del XIII). Fortificada, ella participa de la defensa de la ciudad.
Si su exterior es puramente románico, su interior denota claramente la superposición de dos estilos: el gótico sucediendo al románico. La decoración exterior es muy escasa y está representada únicamente por las largas y muy estrechas ventanas. El elemento que más resalta en esta iglesia fortificada es el campanario, cuya masa descansa sobre el cuadrado del crucero. Su torre almenada se eleva a 27 metros de altura; en su origen no tenía techo, sino que era una terraza almenada que dominaba el río y el valle y podía comunicarse a simple vista con su gemelo de la llanura de San Gladio.

En el lado derecho que mira hacia el Presbiterio, uno se detiene ante la pequeña puerta coronada con un tímpano que tiene estampado un monograma de un Cristo en relieve poco pronunciado. Pasando la pequeña puerta y siguiendo el muro de la Iglesia uno se dirige hacia la entrada principal. Bajo el porche, un hermoso tímpano corona la puerta de entrada. En su centro encontramos al Cristo bendiciendo; a cada lado se encuentran los evangelistas San Mateo (el ángel) y San Marcos (el león) a la derecha y San Juan (el águila) y San Lucas (el buey) a la izquierda.
El conjunto iconográfico ha sido dañado durante las guerras de religión y en el período de la Revolución Francesa. Su restauración se realizó en 1869.
Cuando entramos en la iglesia nos sorprende su amplitud y sus proporciones. Su plano es el llamado “benedictino” en forma de cruz latina. El edificio tiene 35 metros de largo por 20 de ancho y su altura en la nave principal es de 13 metros.

Los capiteles son fundamentalmente representativos de una decoración vegetal imitación palmetas, motivos de hojas, frutos salvo dos de ellos con esbozos de figuras humanas. Los capiteles que expresan una historia son raros. Aquí veremos uno en que dos personajes gesticulan: uno sacando una enorme lengua, y el otro abriendo su boca con las dos manos. Representan la glotonería y la mentira. El segundo muestra la natividad, con la Virgen acostada, San José a sus pies y cerca de la cuna del niño las cabezas del asno y del buey. La iglesia fue declarada monumento histórico desde 1912.

La torre Monreal. Hermosa torre de defensa debe su nombre a la familia que la compró en el siglo XIX para salvarla de la destrucción. Ha sido completamente construida en piedras calcáreas. El conjunto es de gran dimensión. Su altura alcanza más de 30 m. Está realizada en dados almenados y también ha desaparecido su terraza. Las caras tienen 15 mts. por 12 m., teniendo los muros un espesor de poco menos de 1 metro. Este edificio constituía un elemento disuasivo ante cualquier intento de agresión. La torre protegía la parte de las murallas del sur de la ciudad.

El Puente de la Leyenda. Construido bajo Gastón VII Moncada en el siglo XIII, debía ser de madera y poseer un puente fijo que permitía el acceso en la isla “de la Glère” en dirección del otro brazo del río. Fue restaurado por Fébus en el siglo XIV y tenía un puente levadizo. El puente está situado fuera de los muros y permitía el acceso y salida de la ciudad hacia Navarra o el Vizcondado.
Este puente fortificado llamado “Puente Mayor”, luego “Puente del Hospital” (desembocaba cerca del Hospital de peregrinos de Saint. Jacques de Compostelle), se llama actualmente “Puente de la Leyenda” debido a una bella leyenda que lo involucra.

La vieja crónica escrita por el Abad Menjoulet tomada de un relato de Baluze cuenta que una soberana del Béarn, conocida por el nombre de Sancie, (Sancha)  viuda de Gastón V, soportó en el río “el juicio de Dios por el agua”.
En el año 1170, la vizcondesa Sancie vivía en su castillo de Sauveterre y esperaba un feliz acontecimiento que alegraba y emocionaba a la población. El vizconde se había ausentado en los Pirineos para luchar contra los Moros.

Llegó el día en que Sancie dio a luz un varón. Pero, el recién nacido resultó deforme y murió en el mismo momento en que llegaba al castillo la triste noticia del fallecimiento del vizconde Gastón V en tierra sarracena.
La muerte del niño provocó la reacción del pueblo que consideró que este trágico acontecimiento era un castigo del cielo, dado que los rumores acusaban a la condesa de brujería. El tumulto fue tan grande que los notables se dirigieron al Rey Sancho de Navarra, hermano de Sancie, que vino y tomó la decisión brutal de someter a la vizcondesa al Juicio de Dios.

Una fría mañana de febrero, en camisa con los pies y puños atados, llevaron a Sancie al puente en donde se encontraban Sancho, rey de Navarra, el obispo, los notables y los señores. Luego de haber sido presentada al obispo, Sancie fue entregada a los soldados y precipitada en las tumultuosas aguas del río. Sancie desapareció tragada por las oleadas, y, de repente una forma, blanca apareció arrastrada por una violenta corriente. Los arqueros corrieron a lo largo de la ribera y recogieron, sobre el arenal, a tres tiros de flechas, a Sancie, desmayada pero viva. La novedad se difundió por la ciudad, sobre el puente, en las murallas y entre la población. ¡Sancie está viva! ¡Sancie es inocente! Conducida ante el obispo fue bendecida y dando gracias a Dios, el eclesiástico la declaró inocente.
Hubo grandes fiestas en la ciudad y Sancie, la vizcondesa, reinó durante mucho tiempo el hermoso país de Béarn, siendo honrada y amada por todos. Como agradecimiento bordó un rico manto que ofreció a Nuestra Señora de Rocamadour.”

Hospital. Puerta de Lester. Casa Fuerte. Arsenal y Puerta de Datter. Continuando el camino del Puente de la Leyenda se aprecia el Hotel del Viejo Puente construido sobre en emplazamiento del anciano Hospital de peregrinos de St. Jacques de Compostela. Sobre la fachada del Hotel se encuentra una piedra grabada con símbolos de dichos peregrinos. Luego de pasar por la fuente de “Sénechal” y trepado el repecho nos encontraremos con la llamada puerta de “Lester” que permite acceder a la parte baja de la ciudad. La parte superior de esta puerta ha sido destruida. Una vez que se la franqueaba se entraba en la ciudad por la calle Pléguignou, que estaba vigilada por una “casa fortificada”, que se puede ver en lo alto de la calle.
A su izquierda se ven los grandes muros del antiguo arsenal que se remonta al siglo XI, y entre las casas, al final de la calle, se puede ver la hermosa puerta fortificada llamada “puerta de Datter”. Esta puerta, tenía un puente.

El castillo Vizcondal  Construido en el siglo XIII bajo Gastón VI Moncade y reacondicionado en el siglo XIV por Gastón Fébus. Este castillo poderoso fue atacado en 1523 y destruido en 1529 durante las guerras de religión. De este castillo sólo quedan ruinas, desgastadas por el tiempo.

El fuerte de Tolose. La ciudad fue tomada por los españoles en el año 1523 salvando el escaso escollo que ofrecían las murallas al norte. Para reforzar esta parte de las defensas se construyó en 1588, un fuerte. Este sitio medieval de la zona norte estaba casi exclusivamente ocupado por edificios monásticos. Su ubicación y sus rutas, desde hace tiempo la convirtieron en una ciudad con tan sólo 1.464 habitantes. Su economía se basa en la agricultura y el turismo.
Al entrar en Sauveterre, pensaba que aquí tampoco vería a mucha gente por la calle, nada extraño en Francia, pero sorprendentemente al llegar a la plaza, esta estaba a rebosar de chiringuitos y carpas donde se comía y bebía alegremente y una charanga amenizaba el ambiente. Allí me tomé dos refrescantes cañas. La iglesia lamentablemente no la pude visitar por encontrase cerrada.
Con 21. 20 salgo de Sauveterre de Béarn.
Con 40 kilómetros llego a Navarrenx principio y final de esta etapa.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

http://www.caminosantiago.com/index.php/es/recorrerlo/las-etapas

www.afubuy.com/sauveterre.htm‎
http://es.wikipedia.org
www.pirineosatlanticos.com
http://www.ville-navarrenx.fr/espagnol/navarrenx_esp.htm

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