Ruta 093

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Ruta 093.-De  San Nicolás de Bujaruelo, a Torla.


Ruta 093.-De  San Nicolás de Bujaruelo, a Torla.
El pirineo, con sus 400 kilómetros de longitud, forma parte del conjunto de grandes cordilleras europeas. En Bujaruelo nos encontramos en los pirineos centrales, la parte más agreste y elevada de toda esta cordillera. El valle de Bujaruelo (Bujaruelo, nombre referido a la abundancia de boj- que abarca todo el curso superior de la cuenca del río Ara). Es el enclave ganadero por excelencia del Valle de Broto. Su riqueza en pastos ha sido legislada desde tiempos medievales y aún hoy en día es posible disfrutar de la presencia de importantes cabañas bovinas y ovinas pastando en sus montes durante los meses de verano o pasando a Francia en cumplimiento de las seculares Concordias.
Respecto a su riqueza natural, baste indicar que es uno de los mejores refugios para muchas de las especies más amenazadas del viejo continente como el oso pardo pirenaico, el urogallo, quebrantahuesos, perdiz nival, nutria o desmán de los Pirineos aparte de cobijar en su seno espectaculares bosques de hayedos, pino negro, silvestre, robledales...
Ya en tiempos napoleónicos, existió un proyecto para construir un paso carretero de montaña hacia el puerto de Bujaruelo, frontera con Francia donde llega la carretera del Col de Tentes y la estación de lt esquí de Gavarnie-Gèdre. Este proyecto fue definitivamente abandonado en la parte española hacia 1982, lo que permitió preservar en gran medida este precioso entorno. En la actualidad, este valle tiene un gran reclamo turístico, debido principalmente a su cercanía con el parque nacional, ya que es una zona más tranquila y sin tantas aglomeraciones.

El 25 de Agosto de 2012 llevo  un total de 7574 kilómetros. La ruta de hoy comienza, a 1.420 metros de altitud, en la ya conocida pradera de San Nicolás de Bujaruelo junto al refugio del mismo nombre y el precioso puente románico, que salva el cauce del Rio Ara. Un conjunto maravilloso difícil de olvidar. El valle se denomina de Bujaruelo por ser San Nicolás de Bujaruelo el único núcleo habitado de toda su extensión, que pertenece al término municipal de Torla. El valle de Bujaruelo comprende la parte superior del río Ara desde su nacimiento (junto al Puerto de los Mulos) hasta el llamado "Puente de los Navarros". Este solitario extremo del Valle de Broto es de los rincones más agrestes y menos conocidos de los Pirineos, a pesar de estar junto al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
El  actual refugio de montaña de Bujaruelo fue el Antiguo Hospital de peregrinos construido en el Siglo XII, con ermita y puente románico, construido por la orden de Los hospitalarios de San Juan. Hoy en día  el refugio es un punto estratégico para muchas actividades deportivas en un extraordinario enclave entre los valles de Ordesa, Gavarnie y Panticosa. Punto obligado de paso GR 11,  lugar perfecto para campamentos de verano y de actividades para escolares. Preparados para atender a los grupos de montañeros que quieren realizar actividades en este entorno.

Mi objetivo de hoy es llegar a Torla. El camino discurrirá  por una pista , que desciende , unas veces  asfaltada , otras veces polvorienta y con baches y otras  pedregosa, polvorienta y con socavones. Eso si siempre  rodeado de una frondosa vegetación con abetos, hayedos, pino negro, boj y otros arbustos y va paralelo al bullicioso, caudaloso y limpio río Ara.

En el kilómetro 0´63, la pista de tierra, se convierte en una pista asfaltada de cemento.
En el kilómetro 0´75  se acaba la pista asfaltada de cemento.
En el kilómetro 2´53 paro en la Fuente Galapatera. A continuación cruzo el barranco del Turbón y me encuentro con la entrada al Camping de Bujaruelo en el kilómetro 2´96. Comienza de nuevo la pista asfaltada
En el kilómetro 3´17 se acaba de nuevo la pista asfaltada.
En el kilómetro  3´94 paro en el Rio Ara para fotografiarlo.
En el kilómetro 4´17 cruzo el Puente de los Abetos  sobre el Barranco de Santa Elena
En el kilómetro 4´60 cruzo el Rio Ara por el  Puente de Santa Elena.
En el kilómetro 5´20 comienza de nueva la pista asfaltada. Esta discurre entre unos imponentes farallones, por los Estrechos de la Escala y de los Nabarros. El río Ara discurre con gran ímpetu entre los farallones.
En el kilómetro 5´60 se acaba otra vez el asfalto y comienza un fuerte descenso
En el kilómetro 6´25 aparece de nuevo el asfalto de cemento pero en el kilómetro 7´10 se acaba de nuevo.

En el kilómetro 7,17 llego al Puente  de los Navarros. Aquí se encuentra la entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Yo paro a contemplar el majestuoso Puente Nuevo de los Nabarros, que a mí me parece muy bonito y acorde con el paisaje.

En el kilómetro 10´29 llego a la localidad de Torla, por la carretera A-135.
Torla Villa capital del municipio que engloba los núcleos de Fraxen, Linás de Broto y Biu de Linars. Está situada en la margen derecha del río Ara, a 1.033 metros de altitud. Ha sido paso fronterizo durante siglos. Creó su propia cultura e historia debido a su desconexión, emplazamiento, con España, así como con Francia.


El núcleo urbano de Torla tiene su origen en la zona rocosa donde asienta la iglesia. En torno a ella se empezaron a levantar viviendas, que fueron configurando un barrio que, poco a poco se extendió en dos direcciones, por un lado hacia el Oeste, formando la plaza en la que nos encontramos, y por otro lado, en dirección norte sur, en torno a la calle Mayor. Con el tiempo se fueron ocupando colinas próximas (Casa Viú) y creándose otros barrios, hasta formar un compacto núcleo que en sí mismo formaba una especie de muralla, utilizada como defensa en las continuas rencillas con los vecinos franceses del Valle de Baréges.
Los siglos XVI y XVIII fueron un periodo de auge en la vida ganadera y comercial impulsando una remodelación urbanística en la que se levantaron algunas casas más significativas de la localidad tales como Casa Bun, Casa Viu o Casa Sastre.
La relativa concordia que se vivía en ciertas épocas con el valle de Baréges concedió a las gentes de la zona un mayor contacto con la cuadrillas de piedrapiqueros franceses. Ello permitió la entrada de nuevas influencias arquitectónicas provenientes del resto de Europa, reflejándose en las casas vernáculas del momento. Se abandonó la austeridad imperante, para dar cabida a elementos de mayor delicadeza, tales como arcos apuntados, vanos geminados o grandes portalones, que hasta la fecha tan solo habían sido vistos en las construcciones religiosas.
La Plaza Mayor  ha sido desde antaño el principal punto de encuentro social y mercantil para los torlenses. Esta relevancia también queda patente en la arquitectura que enmarca este espacio. La fachada que de Casa Sastre, fue construida presumiblemente en el Siglo XVIII. En origen la fachada presentaba solamente dos pisos .Actualmente la planta baja se abre a la plaza en sendos arcos de medio punto que dan paso en altura a la planta noble, donde se abre uno de los dos bellos vanos geminados con los que contaba la vivienda. La fachada este4 (C/ A´Ruata) se halla la portada jalonada solamente por un escudo infanzón de origen incierto, sobre ella se hallaba un pequeño matacán que denota el carácter defensivo que impregnaba todas las construcciones.
Junto a Casa Sastre se levanta el Ayuntamiento con una estructura muy similar aunque tremendamente transformada. La planta baja presenta un potente pórtico y, sobre él, se halla el piso noble con dos vanos geminados de construcción actual.
A nuestra derecha destacan Casa Tapia y Casa Lardiés. La primera de ellas (Siglo XVI-XVII) presenta en su fachada estrecha y junto a un hermoso balcón mirador, un escudo cuya leyenda reza "Son de los Guillenes de Panticosa y Torla". Por su parte , Casa Lardiés (Siglo XVI) muestra un atractivo vano geminado con curiosos relieves antropomorfos, llamados en la zona motilones.
Fuera de la plaza cabe destacar Casa Bun, ubicada junto a la iglesia y datada en 1561, siendo posiblemente una de las casonas más antiguas de Torla. En ella destaca un trabajado vano geminado decor4ado con motivos geométricos.
Los orígenes de la Iglesia de San salvador se encuentran en plena Edad Media (siglo XIII). Sin embargo, apenas han llegado hasta nuestros días huellas de esta primigenia construcción, reduciéndose a unos vestigios ubicados en la torre y en la parte central del muro oeste que no han permitido conocer la disposición original del templo.
La historia nos desvela que en el Siglo XVI la Iglesia de Torla resultaba escasa para una población en continuo crecimiento. Este incremento demográfico unido a un potente movimiento de remodelación arquitectónica que se estaba llevando a cabo en la  localidad, impulsó la ampliación del templo.
En esta actuación se añadió una gran cúpula sobre crucero, el altar mayor con sus pequeñas capillas laterales y la sacristía. También se le dotó de nutrido número de bienes muebles (retablos, un órgano y la sillería del coro), la mayoría de los cuales serían saqueados durante la Guerra Civil (1936-1939), redecorándose posteriormente con retablos donados por iglesias cercanas.
Actualmente, la iglesia presenta tres naves, la central más ancha y alta, tan solo interrumpida  por un crucero con potente bóveda sobre tambor octogonal. La cabecera es recta y cubierta con bóveda de medio cañón, al igual que el resto de la nave.
El aspecto interior responde a los estilos barroco y neoclásico, fruto de la potente restauración llevada a cabo en el Siglo XVIII. Varios retablos visten las diferentes capillas que componen el templo, de entre todos ellos destaca el que preside el Altar Mayor, de estilo barroco. Este presenta en la calle central la escena de la Epifanía o Adoración de los Reyes Magos, flanqueada por la Inmaculada Concepción y el Sagrado Corazón, en las calles derechas e izquierda, respectivamente. Y en la parte superior, coronando el retablo, aparece la figura del arcángel San Miguel.
Dada su situación fronteriza, el Castillo de Torla, mantuvo continuas disputas por el dominio y control de los pastos con el vecino Valle de Baréges (Francia).
En el Siglo XIII se levantó la primera torre defensiva, protegiendo a los habitantes de Torla, durante las dos centurias siguientes. Algunas teorías apuntan que sería de esta primera fortificación de la que podría derivar el topónimo de la localidad (torre=torla). De la torre restan algunos vestigios en la cripta de San Jorge, a la que se accede por la antigua  puerta de la fortaleza. El interior de esta cripta esta decorado con pinturas datadas en el Siglo XVII. Con el paso del tiempo, los enfrentamientos se intensificaron y, a comienzos  del Siglo XVI. Torla mejoró sus defensas, levantando el castillo, numerosas casas fuerte y la Abadía, que compaginaba su labor religiosa con la militar.
Lamentablemente, tras los continuos saqueos y enfrentamientos acontecidos en la zona entre los Siglos XVII y XX, se perdió gran parte de estos elementos defensivos. Actualmente, del castillo tan sólo se conservan algunos lienzos de muralla y la abadía, actual Museo Etnológico.
Hasta hace unos años en los que Torla se abrió al turismo, su medio de vida fue la ganadería, y el estraperlo o contrabando de los años 40 y 50. Gracias al "paquetero" muchas casas y familias del lugar pudieron mantenerse.
Hoy día Torla vive volcado al turismo, su mayor fuente de ingresos. Y con ilusión y alegría cada día dan la bienvenida a turistas y amigos en este marco natural inigualable.

La riqueza folcklórica y etnológica de Torla es verdaderamente extraordinaria, original y peculiar, resultado evidente de siglos de aislamiento. Quedan todavía numerosos retazos de la lengua tradicional, el aragonés de Sobrarbe, donde hablar es "Charrar" y buenos días "Güen Matín".
Se celebran sus fiestas patronales el 12 de octubre en honor a la Virgen del Pilar.Cada 12 de octubre los mozos casaderos de Torla, vestidos con los mantos tradicionales, ejecutan tres tipos de danza:
El Palotiau, bailado en procesión con la Virgen del Pilar, patrona de la Villa y que representa las luchas por el control de los pastos de alta montaña y las mugas. En la misma y "armados" con gruesos palos de boj, los mozos se golpean tratando de quebrar el palo del contrario, danza para la cual se necesita fuerza y tino.
La Jota, en nada parecida a la popular jota aragonesa. Menos movida, representa las reuniones pastoriles nocturnas que se realizaban para proteger en común los rebaños de ladrones y bestias. El paloteao y la jota son similares a los de los pueblos de la comarca.
Pero de todo lo conservado, sin duda los dos grandes motivos de orgullo para los torlenses  sus dances tradicionales es el denominado Carnaval.
El Repatán, sin duda el más popular y temido de todos. Su tradicional danza del Rapatán, es exclusiva de la Villa de Torla. Sus personajes, Mayoral el mas mayor, Rapatán el más joven, los danzantes y las mozas interpretan lo que podría ser una lección de pastoreo. En él, nuestro Mayoral, es decir el más veterano de los danzantes, poner a prueba la resistencia de todos y cada uno de los pastores ejecutando una alocada danza que representa la recogida del ganado cada invierno (ni que decir tiene que el ganado lo representan los mismos y asombrados espectadores). Al final y tras un breve descanso en Casa Carneta, el Mayoral decide probar la fortaleza del Repatán (el más novato de los danzantes) con el fin de probar si merece o no llegar a ser pastor, para lo cual aligera el ritmo y enloquece al más breado y fortachón de los repatanes. Es el más esperado de todos los dances por su espectacularidad y evidente riesgo físico para danzantes.....y espectadores.
Prohibido durante la Dictadura, el empeño de la juventud torlense de los años 80-90 consiguió recuperar su afamado Carnaval. Para ello, el último domingo de febrero, el Tenedor (cazador local) atrapa al Carnaval (especie de demonio grotesco y burlón) y para demostrar su valía y recibir las alabanzas del pueblo, el Tenedor lo pasea casa por casa ejecutando la Ronda, en la que se cantan jotas y se da buena cuenta del vino rancio, rosquillas, buñuelos y empanadas de membrillo tradicionales de estas fechas. Finalmente tiene luegar el inigualable juicio al Carnaval en el que un Juzgado formado por curas y monjes acusa al Carnaval de todos los males acaecidos en el pueblo a lo largo del año (desde un brazo roto hasta los malos noviazgos). El juicio se realiza en fabla y ante las acusaciones de los jueces, el Carnaval responde con contestaciones cargadas de gracia que provocan las risas e hilaridad de los espectadores. Finalmente condenado se mata al Carnaval......hasta el año que viene.
Terminada mi visita a Torla inicio el regreso a Bujaruelo.
En el kilómetro 14´11 llego de nuevo al Puente de los Nabarros
En el kilómetro 20´63 llego de nuevo a la pradera de San Nicolás de Bujaruelo.
Pero la ruta de hoy, no la quiero limitar al recorrido en bici. Una vez cargada la bici en el coche, cruzo el puente románico y parto por la GR-11,Puerto de Bujaruelo Gavarnié, la pista o senda está en muy mal estado pero quiero visitar la cercana, cueva del camino.
Gavarnie ("Gabarnía" en aragonés y gascón, vocablo prelativo que significaba puesto abundante en "gabas" o ríos de montaña) por el puerto de Bujaruelo, camino de paso, así mismo, de viajeros, de peregrinos y contrabandistas de Francia.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
http://es.wikipedia.org/wiki/Bujaruelo

http://es.wikipedia.org/wiki/Torla
http://www.mesondebujaruelo.com/acceso.html
http://www.ordesa.net/valle-bujaruelo
www.torla.es/
www.lospirineos.info/altoara/torla.htm

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