Ruta 1162.- Ardisa, Ermita de San Vicente, Sierra Blanca, Ermita de Nuestra Señora del Monte, Castillo del Ballestar.

 

 

Ruta 1162.- Ardisa, Ermita de San Vicente, Despoblado de Sierra de los  Blancos, Ermita de Nuestra Señora del Monte, Castillo del Ballestar.

El 19 de Agosto de 2025 llevo en Ardisa 2071 kilómetros.

Ardisa se encuentra a una altitud de 433 metros. Y tiene una población de 81 Ardisanos. Ardisa pertenece a la Comarca de Cinco Villas, a partir de la Ley 26/2002. Antes perteneció a la Hoya de Huesca. Está enclavada junto al Río Gállego, y pertenece a este ayuntamiento la población de Casas de Esper, a una altitud de 520 m., como también perteneció el abandonado barrio, Sierra de los Blancos, cercano a esta población junto al Gállego.

Población: 1900, 502 hab., en 1950, 392 hab. ; En 1978, 118 hab.; en 1996 , 85 hab. En 1998, 82 hab. Sufre las consecuencias de la despoblación, situada  en la ribera derecha del río Gállego. Su asentamiento se realiza sobre depósitos cuaternarios en el Valle del Gállego, sobre una llanura próxima al río Gállego. Su Templo Parroquial está dedicado a Santa Ana que se construyó recientemente en sustitución de la anterior. Cuenta también con la ermita de la Virgen de Miramonte (situada a 5 Km. de Ardisa, cerca de Ayerbe, en los pinares del mismo nombre) Ermita de San Vicente . Ermita de San Juan de Barto en ruinas y el Castillo de la Ballesta en sus proximidades. En 1262 ya era Villa de Realengo en tiempos de Jaime I, quién la pasó en sucesión a su hijo Pedro que la convirtió así en señorío Feudal. Siglos después pasa a manos de Pedro Jordán de Huríes, y Ardisa queda incluida en la Baronía de Ayerbe. En el Siglo XV es la familia de Gurrea quien ostenta la titularidad de estas tierras añadiendo patrimonio de la villa las propiedades de diversos lugares y castillos, entre ellos el conocido Castillo de la Ballesta o Ballestar del S.XI. Hacia 1834 Ardisa cuenta con ayuntamiento propio, con jurisdicción sobre los poblados de Casas de Esper y Sierra de los Blancos abandonado hace cuarenta años) En su término se encuentra el Pantano de Ardisa construido en 1932  que abastece al canal de los Monegros y desvía sus aguas hacia el embalse de La Sotonera.

En el kilómetro 0,94 llego a la ermita de San Vicente. La ermita de San Vicente es un edificio de nave única rectangular y cabecera plana levantado entre los siglos XIII y XIV. Está enclavada sobre un pequeño promontorio rocoso y se oriente de este a Oeste con puerta de acceso abierta al sur. En su estructura se aprecian distintas fases de construcción. La portada en arco apuntado de grandes dóvelas lisas apea sobre una imposta que delimita un lienzo de muro de sillares bien escuadrados, sobresaliente al resto del muro de sillería. El desgaste de una dóvela junto a la clave podría indicar la existencia de una campana sobre la puerta. Más piedra tallada encontraremos en las arcadas interiores, las esquinas y en unos pequeños contrafuertes, situados en el lado norte para sujetar el edificio sobre el mismo cortado de la roca. En el interior tres  grandes arcos diafragma apuntados sostenían un tejado a dos aguas que el tiempo hizo caer hasta la restauración del recinto y del entorno acometida en 2007.La ermita albergaba una preciosa y monumental talla de un Cristo crucificado, datada en la primera mitad del siglo XIII hoy expuesta en el Museo Diocesano de Jaca. El interior acoge ahora una reproducción fotográfica del Cristo a tamaño real y un cuadro de San Vicente originario del templo. También se han recreado las pinturas que decoraban el altar, Hasta la década de 1960 en que se declaró la ruina del edificio, los vecinos subían en procesión con carraclas y matracas el día de Viernes Santo a venerar al Cristo. Se tiene constancia de la existencia en esta zona de un núcleo de población llamado Areste, que ya estaba despoblado en 1783. Algunos estudiosos has apuntado la hipótesis de que fuera Areste el origen de la actual villa de Ardisa y de que estuviera localizada aquí, siendo, siendo esta ermita su iglesia parroquial. La tradición oral dice que, efectivamente la Ardisa original estuvo ubicada aquí y que un incendio motivó el traslado de la población a su actual emplazamiento. Quizá futuras excavaciones en el entorno del templo puedan aportar más luz a estos datos.

En el kilómetro 3,18 llego al despoblado de Sierra de los Blancos.

Más arriba de la ermita de San Vicente, por un buen camino, construido como una de las mejoras en su concentración parcelaria, llego al abandonado pueblo de Sierra de los Blancos, que en 1930 tenía 66 vecinos, perteneciente a la Provincia de Huesca, aunque muy próximo a la villa de Ardisa en las Cinco Villas y en un paraje que es una delicia disfrutar de las vistas que nos proporciona. Está a una altitud de 518 m. (85 metros más alto que Ardisa)

Como tantos pueblos, que vivieron de su escasa agricultura, de su ganadería, de la caza y de la leña, llegó un momento que no pudieron subsistir en esos bellos parajes, faltos de comunicaciones, de asistencia de toda índole, sanitaria, enseñanza, servicios, etc. y hubo que abandonarlos.

Estoy seguro que a sus descendiente les producirá profundo pesar, ver esas buenas casas medio derruidas, la iglesia donde se veneraba a Santa Águeda, abierta y maltrecha, sin campana ni cura que llegue a su púlpito, solo unos carteles anunciando peligro de derrumbe.

Por sus calles de piedra viva, donde está asentado el pueblo, hace tiempo que no pasa nadie, que no se oyen las madres llamar a sus hijos o los hombres contar a otros como ha ido la jornada del día. Tristeza, y pesar de unos tiempos y unas gentes que pasaron por la vida como el viento que arrastra estos rastrojos y hunde los tejados de nuestra historia.

Salgo de Sierra de los  Blancos por el camino que sale desde la Iglesia.

En el kilómetro 3,64 continúo por camino por la izquierda

En el kilómetro 3,85, continúo por el camino de la derecha, lamentablemente este camino termina en un gran campo de labor, viéndome obligado a volver sobre mis pasos.

En el kilómetro 5,34 estoy de regreso en el camino que había dejado anteriormente,

En el kilómetro 7,80 a la derecha del camino se encuentran unos edificios o parideras con una balsa.

En el kilómetro 8,51 conecto con la carretera A-125

En el kilómetro 9,59 a la izquierda camino a la ermita de Nuestra Señora del Monte.

En el kilómetro 10 llego a la ermita de Nuestra Señora del Monte.

Cuenta la leyenda que allá en el siglo IX un joven pastor observó como una de sus cabras se internaba cada día en una pequeña cueva en la que él nunca había entrado. La siguió y en lo más profundo de la oquedad encontró una campana y una imagen de la Virgen, que habían permanecido allí resguardados del invasor musulmán. Ése fue el origen del santuario. Según la crónica del padre Faci (1739) en el año 1084 el rey Sancho Ramírez se encontraba aquí acompañado de ilustres nobles.  Preparaban un ataque a las tropas mahometanas y se encomendaron a la Virgen jurando fundar cofradía de hidalgos si resultaban victoriosos. La batalla tuvo lugar en el cercano término de Montoral, perteneciente a Piedratajada, y su favorable conclusión dio origen a la Cofradía de la Virgen de Miramonte. Su primer acuerdo fue dotar un rebaño de cabras para beneficio del santuario y en recuerdo de su origen. El secular culto a la Virgen de Miramonte, documentado desde el siglo XI, se ha mantenido con gran fervor hasta nuestros días entre los vecinos de Ardisa. Biscarrués, Marracos, Lacorvilla, Murillo, Puendeluna, Santa Eulalia y Valpalmas. Igual ocurrió con los habitantes de Casas de Esper y el despoblado de Sierra los Blancos; a los que sirvió como templo parroquial y, quizá, con los del desaparecido Usierre, Localizado a sus pies. Las numerosas romerías de antaño confluyen hoy en una muy concurrida celebrada el último sábado de mayo.

El edificio actual fue levantado en el siglo XIV sobre otro románico del que conserva una ventanita abocinada en la cabecera. Luego hubo añadidos posteriores como está dividida en seis tramos separados por arcos fajones apuntados. A los pies una escalera de caracol conduce al campanario y a su estancia. El pavimento de la nave conserva junto  a la entrada restos de solería de cantos rodados. Adosados al muro norte hay otras dos estancias habilitadas hace unos años para los romeros. Ocupan parte del espacio en el que se encontraba la antigua casa del santero, adosada a la ermita y de grandes dimensiones. Cuentan las crónicas que  el lugar estuvo murado y que el santero permaneció con su rebaño de cabras hasta principios del siglo XVIII.

La imagen de la Virgen de Miramonte es una talla de madera policromada de finales del siglo XIII, de estilo gótico aunque mantiene elementos formales característicos de la escultura románica. Antes de su restauración llegó a lucir una corona de plata donada por fieles de Sierra de los Blancos. La talla se guarda en Ardisa.

En el kilómetro 10,43 estoy de nuevo en la carretera A-125, donde por la derecha continúo dirección Ardisa.

En el kilómetro 12, cruce ce la carretera de Ardisa y Erla, con la de Puendeluna.

En el kilómetro 12,87 me desvió por la derecha por el camino que va al castillo del Ballestar.

En el kilómetro 13,87, llego al Castillo Palacio de la Ballesta.

Este Castillo del Ballestar o de la Ballesta del Siglo XI, se encuentra situado a Orillas del Río Gállego. La Torre-palacio de La Ballesta se empezó a levantar sobre el año 1.083 por orden del monarca Sancho Ramírez para tutelar las rutas de Huesca, Luna y Ejea en aquel enclave trascendental. Toda la estructura de la edificación se encuentra en una llanura al pie de un cortado sobre el río Gállego. Su estructura está compuesta de enormes muros sobre los que se apoyan grandes bóvedas muy tendidas que conforman los distintos niveles o plantas. Todas se encuentran en muy buen estado de conservación, si bien se han ido restaurando (tramos de escalera interiores, pavimentos interiores, tejado, etc.). La Pena es no poder visitar su interior, actualmente es de propiedad privada. El Castillo Palacio de La Ballesta, magnífico conjunto de los siglos XV y XVI, con una Torre central del Siglo XI construida por Sancho Ramírez. Desde cualquier punto de este plácido valle, mirando al norte, veremos las siluetas de los Mallos de Riglos en la orilla izquierda del río Gállego, ya provincia de Huesca.

En el kilómetro 15,23 estoy de regreso en la carretera A-125 donde me dirijo hacia Ardisa

En el kilómetro 17,37, llego a Ardisa  principio y final de la ruta de hoy.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín

Fuentes propias y

https://www.cincovillas.com/la-sierra-pertenece-a-ardisa