MIS RUTAS EN BICI |SERAFIN MARTIN01/06/2025  martingraciaserafin@gmail.com

 

Ruta 1151.-Arguis, Pico del Águila, Sierra de Bonés, Ermita refugio de la Malena

 

 

Ruta 1151 por la Sierra de Guara.- Arguís, , Mesón Nuevo, Pico del Águila, Sierra de Bonés, Ermita refugio de la Malena.

El 12 de abril de 2025 llevo en Arguís 1245 kilómetros totales.

A poco más de 20 kilómetros de Huesca, a espaldas de la sierras de Gratal y El Águila, se halla Arguís. Una pintoresca localidad que recuerda a los pueblos pirenaicos por sus casas de piedra rematadas por los típicos espantabrujas de sus chimeneas. Cuenta, además, con una bonita iglesia de estilo románico datada del siglo XII. Rodeado de un hermoso paisaje aparece su embalse, construido a inicios del siglo XVIII, es cita obligada para aficionados a la pesca y al senderismo, ya que son numerosas las rutas que recorren estos parajes. Junto al embalse, en la antigua casa forestal, el Centro de Interpretación de Arguís te abre sus puertas para que conozcas en profundidad, y de una forma dinámica e interactiva, las peculiaridades del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara.

Desde Arguís parto por la carretera 330A en dirección al  puerto de Monrepós y el Túnel de la Manzanera, hoy en desuso y solo abierto para si fuera reutilizarlo en una emergencia o catástrofe.

En el kilómetro 3,85 a 1171 metros de altitud, llego al Mesón Nuevo. El Monrepós ha sido desde antiguo un cruce de caminos de paso obligado entre el Pirineo y el llano. Tras la Guerra Civil se llevo a cabo la apertura de la carretera (Hoy la carretera vieja) con la consiguiente perforación del túnel de Manzanera. Pero este tramo quedó en desuso cuando en la década de los años ochenta se abrió la variante entre Nueno y Monrepós pasando por la presa de Arguís, que en la actualidad es una moderna vía de comunicación en dirección hacia Jaca y Pamplona. En este entorno todavía hay caminos empedrados que corresponden a las calzadas romanas que partían de Cesaraugusta hacia destinos del norte de Hispania. Haciendo uso de los mismos caminos durante siglos, esta zona fue un cruce esencial en el paso de gentes y mercancías entre el Pirineo y el Valle del Ebro. De especial importancia histórica han sido las Cabañeras que es el término usado  Aragón para denominar a las vías pecuarias que permitían a los pastores trashumantes guiar sus ganados desde la montaña a otras zonas de pasto. La trashumancia ha sido una actividad económica de primer orden  que ha supuesto también un intercambio social y cultural entre Huesca y el resto de territorios de la península. Por todo ello, y el arraigo de la misma en el resto del territorio aragonés, hoy en día ha sido declarada Bien Inmaterial de Interés Cultural. A lo largo de éstos duros caminos los viajeros y pastores que los atravesaban encontraban puntos de apoyo y parada en los mesones y ventas que se fueron instalando a lo largo de su recorrido. Un magnífico ejemplo es este Mesón Nuevo. En este lugar según los historiadores hubo una pequeña población desde la Edad Media, que pasó en el siglo XVIII a depender del Corregimiento de Huesca y en el siglo siguiente fue agregada al ayuntamiento de Belsué. Su antigüedad queda constatada por la existencia en las cercanías de los restos de un pequeño templo románico de pequeñas proporciones y construcción muy tosca que seguramente fue levantado en el siglo XIII. Pero sin duda, la construcción más importante es el edificio de la Venta del Mesón Nuevo, la cual está rodeada de otras construcciones auxiliares de uso agrícola y ganadero. La venta es un magnífico ejemplo de casa bloque alto aragonesa,  propia de la arquitectura popular del siglo XVII, pero cuyas características se mantuvieron en la forma de construir en la zona durante siglos. Consta de planta baja, dos plantas superiores y se remataría con una falsa bajo la techumbre. Su acceso es un gran arco de medio punto formado por grandes piedras sillares .También este tipo de piedra es usada para las embocaduras de las tres pequeñas ventanas que se abren en el grueso muro. Para cubrir la casa se hizo uso de una techumbre a dos aguas cuya estructura de madera se recubre de losas de piedra. Sobre ésta destaca la chimenea troncónica de gran altura para no ser cubierta por la nieve, por la que salía el humo del fuego del hogar de la cocina que era el verdadero centro de la vida en la casa. Dicho esto, desde este rincón de nuestra historia continúo por la pista de la derecha que asciende al Pico del Águila.

La subidica se las trae aunque por pista esta echa unos “zorros” el tráfico rodado, las inclemencias del tiempo y la falta total de mantenimiento,  hacen de esta pista que tomemos las debidas precauciones y estemos pendientes en todo momento de la calzada.

En el kilometro 8,70 llego a las instalaciones de las  antenas de Telecomunicaciones.

En el kilometro 8,87 llego a la cumbre. Desde esta atalaya  donde me encuentro es uno de los mejores balcones de la Hoya de Huesca hacia el Norte, lugar privilegiado desde donde apreciar la belleza de las altas cumbres de la cadena montañosa pirenáica. Desde aquí contemplo, el Salto del Roldán, el Pantano de Montearagón, la Foz de Cienfués , el pantano de Belsué, Belsué ,y  la Hoya de Huesca, situada entre las Sierras Exteriores y la Depresión del Ebro, la Hoya de Huesca se extiende el horizonte con sus paisajes naturales y las innumerables marcas de presencia humana. El Gállego al Oeste y el Alcanadre al Este y sus afluentes descienden de las Sierras y se abren paso entre los montes atravesando las tierras de la Hoya. Su zona Norte se ve surcada de Este a Oeste por una barrera de sierras calizas, entre ellas la de Gratal y la de Guara.

Después de disfrutar de estas maravillosas vistas inicio el descenso al Mesón Nuevo.

En el kilometro 13,68, estoy de nuevo en el Mesón Nuevo. Desde donde continúo hacia el túnel de la Manzanera.

En el kilometro 14,07 llego al Túnel de la Manzanera y el comienzo de la pista a la Sierra de Bonés.

La Sierra de Guara ha sido desde antaño recorrida por los rebaños de ovejas y cabras. Los ganaderos lanares recorrían Las “cabañeras” (vías de paso de ganado) camino de los pastos de invierno del Valle del Ebro. En su bajada empleaban como pastos de otoño los “aborrales” (terrenos de pastos comunales) de las numerosas “pardinas” (casas aisladas con monte, cultivos y pastos) desperdigadas a lo largo del sector norte del Parque.

Poco a poco, el paisaje de la Sierra de Guara ha siendo modificado por la acción del hombre. Sobre todo a raíz de la eclosión demográfica del siglo XIX, los bosques se aclararon y roturaron, siendo el “artiguero” (quema de árboles y arbustos dejando las cenizas, posteriormente se arrancaban los tocones, se quitaban las piedras y se labraba finalmente el suelo) La técnica más utilizada para la consecución de nuevas tierras destinadas a cultivos y pastos. En la sierra de Bonés, las vacas han ido sustituyendo paulatinamente a las ovejas, de forma que en la actualidad es el ganado mayoritario que aprovecha los pastos de esta zona del Parque Natural.

En el kilometro 15,23 paro en el Mirador de Belsué donde aprovecho para dar buena cuenta de las viandas.

Desde este mirador se abre ante mis ojos el Valle de Belsué, que constituye una hondonada alargada y paralela al eje del Prepirineo, extendiéndose entre el Pico del Águila y el Pico Gabardiella. El valle está drenado por diversos barrancos afluentes del río Flumen a nuestra izquierda, reuniéndose con sus aguas en el Embalse de Santa María de Belsué. Desde aquí el río se abre camino atravesando la sierra perpendicularmente encajándose entra las paredes calizas y los conglomerados. Este tipo de erosión es la que dio lugar a los espectaculares cañones y mallos que caracterizan estas Sierras Exteriores, como el Salto de Roldán, al fondo atravesado por el río Flumen antes de discurrir hacia la planicie del Ebro. Estas áreas de montaña fueron tradicionalmente ganaderas, manteniendo un paisaje dominado por la zona de pastos y praderas, caminos entre muretes de piedra, bordas y casetas de pastores. El abandono rural que tuvo lugar a mediados del siglo XX, ha dado lugar a un importante incremento de la vegetación arbustiva y arbórea. Tras 60 años los bosques vuelven a ser los protagonistas en el territorio, ayudados también por la política forestal de repoblación. El pino silvestre y el quejigo son las especies autóctonas principales, acompañados por un denso matorral espinoso de aliagas, erizones y zarzas, suavizado por el incesante crecimiento del boj. En los últimos años los pueblos del valle, como Belsué y Lúsera, han recobrado mucha vida y la mayoría de sus casas están reconstruidas. En días de despejados desde este mirador también se pueden divisar  de izquierda a derecha, las siluetas de del Pico  Escarra, Peña Ratona, Punta Plana, Peña Telera, Peña Blanca, Pico Arriel, Pico Palas, Pico Balaitus. Pico de Argualas, Pico de Algas, Pico Tendeñera, Peña Otal, y entre estos dos  últimos el todavía más lejano Macizo de Vigmalé.

 

 

En el kilometro 15,33 barrera en la pista, que no tiene candado ni cadena que impida elevarla para pasar, cosa que es de de agradecer.

En el kilometro 17,67 me encuentro otra barrera igual a la anterior.

En el kilometro 18,97, indicador de desvío a la Malena, o Magdalena.

En el kilometro 19,40, atravesando una hermosa pradera y una balsa bien provista de agua, gracias a las abundantes lluvias llego al refugio de lo que fue una ermita.

La ermita de la Magdalena data de los siglos XVI-XVIII pero en la actualidad ha perdido su carácter religioso y solo se utiliza como refugio de pastores y senderistas.

Una vez disfrutado del precioso entorno, y viendo que el cielo está amenazando lluvia, decido emprender el regreso.

En el kilometro 24,56 conecto con la carretera que por la izquierda sube de Belsué y el túnel de la Manzanera.

En el kilometro 28,75, estoy  de regreso  en Arguís, principio y final de la Ruta de hoy.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y: