MIS RUTAS EN BICI |SERAFIN MARTIN27/11/2021 |   martingraciaserafin@gmail.com

Ruta 1099.-Via verde de Villanueva de Jiloca al Tunel de Murero

 

 

Ruta 1099.-  Camino Natural (Vía Verde) Santander  Mediterráneo, a de Villanueva de Jiloca,  hasta el túnel de ferroviario de Murero.

 

El 23 de 0ctubre de 2021, llevo un total de 6247 kilómetros.

 

Mi intención es recorrer El Camino Natural ,(Vía verde rehabilitado del Ferrocarril Santander Mediterráneo)  a su paso por la Comarca de Daroca en la provincia de Zaragoza que ha supuesto la recuperación y adecuación de 15,2 kilómetros de la antigua vía férrea entre Calatayud y Sagunto que se encontraba en deshuso. Tramo ,desde esta localidad hasta el túnel de Murero, atravesado éste continúa unos metros , pero la vía está en espera de ser acondicionada en un futuro próximo.

Villanueva dista 5 kilómetros de Daroca y tan sólo 1 kilómetro de la provincia de Teruel, por lo que es el último pueblo de la provincia de Zaragoza que atraviesa el Camino Natural antes de adentrarse en dirección sur hacia la provincia de Teruel.

 

Este Camino Natural recorre el antiguo trazado de los dos ferrocarriles que se proyectaron y  que pretendía unir Santander con los puertos del Mediterráneo de Sagunto y Valencia. El tramo entre Santander y y Calatayud (Zaragoza) quedó inconcluso, finalizándose únicamente el recorrido de 365 kilómetros desde la estación de Calatayud hasta Cidad-Dosante (Burgos) a través de las provincias de Zaragoza,Soria y Burgos. En Calatayud se enlazaba con el Ferrocarril Central de Aragón de Aragón de Calatayud a Sagunto. Ambas líneas fueron clausuradas definitivamente en 1985 y sobre su plataforma se ha realizado este maravilloso camino, para disfrute de ciclistas, viandantes y amigos del aire libre.

Los antecedentes de este proyecto son los ferrocarriles de Calatayud a Sagunto (F.C. Central de Aragón), en servicio desde 1902, y el Astillero-Ontaneda, inaugurado también en 1902 y englobado en el proyecto del ferrocarril Santander-Burgos.

Más tarde, en 1920, las diputaciones de Burgos, Santander, Soria, y Zaragoza impulsan el proyecto del ferrocarril Santander-Mediterráneo, que consistía en la construcción del tramo Ontaneda-Calatayud, uniéndose en el norte con el tramo construido años atrás y en el sur con la línea Calatayud-Teruel-Sagunto-Valencia.

Finalmente, entre 1927 y 1930 se construyó en su totalidad el tramo de Calatayud a la estación de Cidad-Dosante (Burgos), cerca de Santelices. La conexión con Santander quedó sin completar a falta de 35 km. En este último tramo destaca el túnel de La Engaña con 6.976 metros de longitud, cuya perforación se completó en 1959, siendo en su época el túnel ferroviario de mayor longitud de España, aunque nunca llegó a ser atravesado por ningún tren.

Un total de 22 túneles construidos (de los 48 túneles proyectados), estaciones de 1ª, 2ª y 3ª clase, apeaderos, apartaderos, almacenes, casillas de PN y cientos de kilómetros de vía componían este trazado inconcluso. En 1959 se abandonan y liquidan las obras del tramo Santelices-Boo (incluido el túnel de La Engaña). En el tramo construido el transporte de mercancías y viajeros se mantuvo activo, hasta que el 1 de enero de 1985 se cierran los 434 km del tramo entre Cidad-Dosante y Caminreal. Diez años después, en 1995, se acuerda en Consejo de Ministros la autorización para el levantamiento de las vías cerradas al tráfico, aunque hasta el año 2003 no se inicia en el ferrocarril Santander-Mediterráneo.

En la actualidad se está llevando a cabo el acondicionamiento de diferentes tramos de este antiguo ferrocarril para uso senderista y ciclo turista, con el proyecto de unir finalmente el litoral cantábrico con el litoral mediterráneo con el Camino Natural Santander-Mediterráneo.

 

El Río Jiloca es la principal arteria fluvial de la Comarca de Daroca que es por donde discurre la ruta de hoy. Este río proporciona uno de los paisajes  naturales más acogedores e intimistas de esta comarca, por el delicado mosaico de campos y huertas tradicionales que acogen sus riberas. Su fértil valle atraviesa una estrecha franja frondosa de apenas 15 lilómetros de longitud desde desde Villanueva de Jiloca (donde comienza la ruta de hoy) hasta Murero (donde termina) sobre el privilegiado entorno por el que voy a pedalear hoy, se fundó en tiempos del dominio musulman la ciudad de Daroca, (capital de esta comarca)y que fue creciendo en esplendor durante los siglos posteriores y que hoy podemos admirar cuando paseamos por su intrincado callejero intramuros.

Al rededor de la capital darocense, otra serie de pequeñas localidades como Manchones,Murero y Villanueva se asentaron en sus proximidades gracias a la riqueza agrícola que proporcionaba la vega del Jiloca o la de algunos manantiales cercanos como los de nombrevilla o Anento. Pueblos amigos y cordiales todos éstos, donde se puede descubrir rincones y parajes como los de Aguallueve, San Mamés o Nuestra Señora del Rosario.

 

La ruta de hoy comienza en Villanueva de Jilóca,  aunque ya estuve en esta localidad el 7 de mayo de 2008  haciendo la Ruta 035 Por Daroca y Calamocha ,parte III, donde expongo los datos referentes a esta bonita villa. Aún así no está de más una breve reseña.

Lo primero que hago es dirigirme a la Ermita de la Virgen del Rosario La imagen de la Virgen del Rosario de esta ermita ha tenido una gran devoción popular.

 

Los orígenes de este edificio religioso datan del siglo XVI, de estilo mudéjar, aunque la construcción actual pertenece al siglo XVIII. En su construcción se emplearon diversos materiales como tapial, mampostería e incluso ladrillo en algunos puntos de los muros.

De planta rectangular y  una única nave con bóveda arista,que se cubre con tejado a dos aguas que se divide en cuatro tramos, siendo algo más largos los de la cabecera y los pies. Posee bóvedas de arista que descansan sobre arcos perpiaños y formeros que están encajados en los muros y rodeados por pilastras en las que llama la atención su intrincada molduración.;tiene coro alto a los pies; en total mide 20 metros de larga por 6 de ancha.En la parte alta del testero recto de la cabecera hay una inscripción en filatelia en la que se lee : “Ego exaudiam de coelo et propitius ero". A ambos lados de la cabecera, también en la parte alta de la misma, aparecen las inscripciones “Turris davídica”, a la izquierda, y “ Turris eburnea” a la derecha, con los correspondientes dibujos de torres dentro de círculos.

En el interior ya no queda nada de mobiliario pero destacan las pinturas murales realizadas por Salvador Gisbert, pintor nacido en Teruel, que entre 1878 y 1885 realizó diversos trabajos en las iglesias y ermitas del valle. Se trata de cuatro grandes murales que cuentan la historia de la imagen de la Virgen del Rosario y cómo llegó al municipio. El resto de imágenes y lienzos que se pudieron rescatar de la ermita se encuentran en el museo parroquial y el retablo de la Virgen se trasladó a la iglesia parroquial de Villanueva del Jiloca.

A pesar de las malas condiciones en las que se encuentra la ermita todavía se distingue una pequeña sacristía en el lado de la epístola y un espacio destinado a acoger la vivienda del ermitaño a los pies, de la que apenas se conservan restos.

El exterior del edificio es bastante sobrio y en sus muros se observan varios óculos que aportan luz a los distintos tramos de la nave. La entrada se realiza a través de una portada de medio punto hecha en ladrillo sobre la que se ha colocado una hornacina y un óculo polilobulado. El resto de la fachada se adorna con una cornisa en la que encontramos muchas molduras y un hastial de forma triangular que funciona a modo de frontón.

 

 Desde aquí por la Calle del Rosario entro en Villanueva.

Villanueva de Jiloca fue conquistada en el año 1120 por Alfonso I y la población pasó a formar parte de la Corona de Aragón regida por el Fuero de Daroca y posteriormente se incorporó a la Comunidad de Aldeas de Daroca perteneciendo a La Sesma de Gallocanta.

Su caserío se asienta a 790 metros de altitud y se disemina por la ladera de la montaña a pocos metros del río Jiloca, que en más de una ocasión ha amenazado a sus habitantes con sus peligrosas crecidas como la de 1901, que destruyó parte de la población y tuvo gran repercusión en la prensa nacional de la época. En agradecimiento a las pèrsonas e instituciones solidarias en la reconstrucción del municipio sus habitantes modificaron sus calles.Su peculiar casco urbano, de esencia mudéjar, tiene una distribuciónque nos invita a pasear por sus calles estrechas e inclinadas.

Por su volumen y tamaño destaca su iglesia mudéjar de San Gil Abad, edificio barroco construido sobre otro anterior. Cuenta con un pequeño museo parroquial donde se puede conocer parte de la tradición orfebre de la zona. La población contó con un molino harinero que a principios del siglo XX se transformó en una pequeña central hidroeléctrica de la que se conserva parte de la estructura.

Esta población debió contar con un castillo de orgen medieval del que no se cionservan restos visibles.

Muchos autores citan a Arnaldo de Vilanova (1240-1311) como oriundo de esta población; prestigioso médico y teólogo, fue un personaje de suma influencia para reyes y papas de su época.  Una placa en la Plaza Mayor honra la memoria de tan ilustre personaje. Terminada mi visita me dirijo a área de descanso del Camino Natural para dirigirme por éste hacia Daroca, Manchones, Y el Túnel de Murero.

 

En el kilómetro3,16 a mi derecha paro a contemplar un puente de hierro sobre el Jiloca, que viene del Arroyo de San Julián.

 

En el kilómetro 5,17 vaden de la Rambla de Balconchán y pasado esta a a mi derecha, se ve la cercana ciudad de Daroca.

 

5,29 paso a nivel sobre la carretera A-211 que por mi izquierda viene de Santed y termina en Daroca.

No me desvío a Daroca  porque ya la visité el 10 de febrero de 2010 ,cuando hice la Ruta 048 por Tierras de Calatayud y Daroca 7.

 

En el kilómetro 5,43 área de descanso y estación de Daroca .

Sería en el año 1930 cuando se completase el tramo entre Calatayud y Cidad-Dosante del que forma parte esta estación.

La estación de Daroca, la más importante del tramo entre Calatayud y Caminreal, fue construida por la Central de Aragón. En su época de mayor esplendor poseía dos estaciones gemelas en Teruel y Segorbe. La llegada del ferrocarril a estas tierras provocó un importante movimiento de capitales y mano de obra para los municipios por donde transcurría el trazado. Los problemas técnicos, así como la escasa rentabilidad de la línea, acompañados de la inestabilidad política de principios del siglo XX motivaron que, finalmente, el trazado completo de este ambicioso proyecto nunca llegase a ver la luz. El cese definitivo de esta línea se produjo en 1985 y con él las infraestructuras ubicadas en los tramos inaugurados hasta ese momento, quedaron condenadas al olvido. De las tres hermanas es la que peor destino ha llevado, ya que fue abandonada en 1985.Aquí como en todas las estaciones abandonadas los vándalos modernos , la han destrozado , rapiñado,etec,,,,¿porqué? Me pregunto, qué necesidad hay de destrozar estos edificios. La verdad no lo comprendo.

El complejo ferroviario situado en Daroca presenta una disposición lineal, a un lado de la vía donde destaca un edificio, de mayor tamaño, con dos plantas de estilo sobrio destinado a la recepción y la espera de viajeros. En la planta principal el usuario podía encontrar las instalaciones propias de este tipo de construcciones, como los baños, la taquilla y el andén principal, en el que destacaba una hermosa marquesina. La planta de arriba estaba destinada a las viviendas ocupadas por el Jefe de Estación y resto de trabajadores. Además el complejo disponía de una zona destinada a la gestión de mercancías formada por un almacén, el muelle de carga, una grúa de agua, una báscula y un gálibo. Todo ello completado con la caseta del guardagujas y los depósitos.

Al lado de esta vieja y olvidadad estación y a la sombra de unos hermosos plataneros  se  puede realizar un alto en el camino en el área de descanso, en la que, además de panelería interpretativa, hay aparca bicis y  mesas que allí se disponen.Yo aprovecho para tomer un refrigerio y consultar la ruta.

 

 

 

En el kilómetro 8,85 llego a un vado donde no se les a ocurrido mayor barbaridad que rellenar el vado con la zahorra de la misma rambla, colmatando el vado y el cauce.

 

 

En el kilómetro 9,96 paro en un puente desde donde contemplo una bonita casa de labranza.

 

En el kilómetro 11,37 llego al acueducto del antiguo ferrocarril, y que ahora atarvieso por el Caminop Natural. Fue construido en las primeras décadas del siglo XX para evitar que la rambla de Valdemolinos inundase la vía del ferrocarril. Está construido con pilares de mampostería y vigas metálicas, y a uno de los lados se abre un arco de medio punto de sillería. La calzada del mismo compuesto de grandes losas han sido arrancadas por las avenidas de agua ya que el camino con el que comunica hace de rambla y la arquitectura del mismo con una fuerte rampa en uno de sus lados hace que discurra a gran velocidad provocando el arranque de las losas y tierra, incluso esta creciendo un árbol en el hoyo que se ha producido en la calzada. Curiosamente ha debido de haber fuertes tormentas porque al lado del acueducto una parte del camino está inundado con desprendimientos de tierra y lodo por desbordamiento de la rambla. Por supuesto ahí se quedará para los restos, porque en este pais hacemos cosas y luego no las mantenemos.

 

En esta parte del rfecorrido abundan el álamo negro -también conocido como chopo- Populus nigra, se traduce como “árbol del pueblo” y es una especie autóctona de la península Ibérica muy común en territorios de clima frío y seco, pero de relieve suave, como es el caso de la comarca del Jiloca. Suele encontrarse en las riberas de los ríos, así como en zonas encharcadas, donde es normal que comparta su entorno con otras especies como el sauce, el fresno o el aliso. Presentes en la zona desde siempre, junto a las riberas del río, esta especie arbórea, que puede llegar a medir hasta 30 metros de altura y que cuenta con un tronco esbelto, se ha convertido en elemento básico del paisaje de la comarca del Jiloca, siendo uno de sus elementos de identidad natural y cultural. Se trata además de una especie muy resistenete, capaz de crecer ren todo tipo de suelos. Su madera es muy apreciada debido a su rápido crecimiento y se utiliza principalmente para la elaboración de pasta, papel, tablones y embalajes poco pesados.

 

En el kilómetro 12 área de descanso  y estación de Manchones, desde donde me dirijo a visitar esta localidad. Un indicador me informa que estoy a 0,6 kilómetros de Manchones. A 6,4 de Daroca y a 10,5 de Villanueva de Jiloca y Murero a 1,6 kilómetros.

 

En el kilómetro 12,60 paso por puente que salva el cauce del Jiloca y llego a Manchones

 

Manchones ya la visite el 10 de febrero de 2010 ,cuando hice la Ruta 048 por Tierras de Calatayud y Daroca 7.Pero aún así no está de más recordar unos datos de esta boniya localidad.

 

Situado en la margen derecha del río Jiloca, a una altitud de 756 metros, Machones tiene una superficie de 26,8 kilómetros cuadrados y una población que no alcanza los 150 habitantes, conocidos como “manchoneros”.

Para encontrar los orígenes de esta población debemos remontarnos hasta la antigua Comunidad de Aldeas de Daroca, antiguo distrito del Reino de Aragón, a la que se incorporó en 1248 por privilegio del rey Jaime I de Aragón, formando parte de la Sesma del río Jiloca. Según cuentan en el pueblo, el nombre de Manchones podría hacer referencia a la denominación que se da a la zona donde nacen las plantas en los sembrados, o a la parte de la tierra de labor que se deja sin cultivar una vez al año para servir como pasto al ganado.

La seña de identidad de esta localidad es, sin duda, su pintoresco casco urbano asentado sobre una vaguada donde, a partir de la iglesia, se van agrupando las casas, construidas con tapial y ladrillo y piedras de sillería, en distintos niveles. Esta zona es conocida como La Rambla.

En cuanto a los elementos patrimoniales más importantes que podemos encontrar en este municipio destaca la iglesia parroquial. Este templo de grandes dimensiones está dedicado a la conversión de San Pablo y tiene planta de cruz latina con tres naves, bóvedas de luneta y una cúpula octogonal sobre el crucero. Cuenta con una singular torre-campanario, recientemente restaurada, un cristo crucificado tallado en madera de finales del siglo XV, un cáliz gótico y su retablo mayor, de madera sin policromar, con escenas de la vida de San Pablo.

En el municipio también puede visitarse la ermita de la Virgen del Pilar del siglo XVII y la de San Roque y dos hermosas fuentes, consideradas como algunas de las construcciones más notables de Manchones. Una de estas fuentes se sitúa muy cercana al rio y tiene un frontal triangular sostenido por columnas, mientras que la otra, preside el centro del pueblo y se completa con un típico lavadero donde se reproduce el escudo de la localidad. También cabe destacar sus peirones ubicados en las entradas del pueblo: el Peirón de San Gregorio, en el viejo camino de la Vega; el Peirón de San Pablo, en la carretera de Daroca y el Peirón de San Vicente, en el camino que lleva a la estación del ferrocarril de Caminreal.

En cuanto a los aspectos naturales, Manchones ofrece atractivos parajes como los cerros que lo rodean, como el de Vadeager, donde se alza un importante yacimiento celtíbero. Se recomienda visitar la acequia de Monteagudo, que discurre por el margen derecho del río Jiloca, el acueducto sobre la vía del ferrocarril y un molino harinero. Obligada es la degustación de las famosas conservas del municipio, elaboradas con carne, verduras, frutas e incluso de revellones, elaboradas siguiendo la tradición por las amas de casa del pueblo. Igual de famosa es su repostería y el pan. Mención especial merecen los productos derivados del cerdo (como chorizos, longaniza, jamones, morcillas con piñones y los estupendos fardeles, que se hacen, generalmente, con el hígado en crudo).

Manchones celebra fiestas en honor de San Vicente y San Pablo el último fin de semana de enero, además de las fiestas patronales en honor de San Roque que duran cinco días, terminando con la festividad del santo, el 16 de agosto. Un día antes, el 15 de agosto, los lugareños participan de la romería al santo que comienza en el centro de la población y termina con una cena popular en la plaza del pueblo.

Saliendo del pueblo hacia la carretera en el parque municipal  hay una placa de cerámica en recuerdo de un hijo de Manchones, Don Angel Pardillos Checa asesinado vilmente en el atentado terrorista en la estación de cercanías de Madrid "El Pozo", el día 11 de marzo de 2004.

 

 

En el kilómetro 13,90 estoy de nuevo en el Camino Natural.

 

 

En el kilómetro. 14 paso a la altura del cementerio de Manchones.

 

 

En el kilómetro 14,85 bajo a la cercana ribera del río Jiloca.

 

 

El río Jiloca es uno de los ríos más singulares de Aragón debido a que gran parte de su caudal tiene un origen subterráneo. Ejemplos de esta singularidad, son los llamados “Ojos del Jiloca”, que encontramos en los llanos de Monreal del Campo, Caminreal y Fuentes Claras.

Aunque su nacimiento se ha situado durante mucho tiempo en la Fuente de Cella (Teruel), considerado el mayor pozo artesiano de Europa, se ha demostrado que este tramo hasta Monreal es realmente un canal construido en el siglo XVIII, cuando se desecaron las lagunas del Cañizar de Villarquemado y del Cañizar de Alba. Según un estudio realizado en 2003, el verdadero nacimiento del Jiloca se fija en un paraje conocido como los “Ojos de Monreal del Campo”.

El curso de este río de 126 kilómetros de longitud atraviesa las provincias de Teruel y Zaragoza y discurre por las comarcas de Comunidad de Teruel, Jiloca, Campo de Daroca y Comunidad de Calatayud. Su caudal en Calatayud es de 293 hm3/año, pero, dada su ubicación, es muy irregular con un estiaje muy marcado y máximos en otoño y primavera.

Tras dejar Monreal, su curso continúa hacia Caminreal y Fuentes Claras, donde va acumulando el agua de las ramblas en época de tormentas, y llega a Luco de Jiloca, donde recibe las aguas del Pancrudo, su principal afluente.

El río entra en la provincia de Zaragoza por Villanueva de Jiloca, abriendo su cauce al llegar a Daroca, excavando en materiales blandos del terciario y se encaja en los materiales paleozoicos de Manchones, Murero y Villafeliche. Una vez dejado atrás Maluenda y Calatayud desemboca en el río Jalón, siendo su afluente más importante.

Cabe destacar que toda la comarca del Jiloca está vertebrada por el río y las localidades que atraviesa forman una interesante ruta del agua bastante turística. Además desde bien antiguo ha servido como vía de comunicación entre la Meseta, el Valle del Ebro y Levante, dando fe de ello los numerosos puentes que pueden encontrarse a lo largo del cauce del río, algunos datan de la época romana, como el de Luco de Jiloca o el de Calamocha.

Además hay que recordar que el Cid Campeador utilizó esta ruta en su camino a Valencia y por el Valle del Jiloca llevaron los cristianos a cabo su expansión hacia el sur, dejando como testimonio el mudéjar.

En cuanto a la vegetación ribereña, se comprueba que está formada esencialmente de chopos, árboles en muchos casos centenarios, que forman un elemento básico en el paisaje de la comarca del Jiloca, siendo uno de sus elementos de identidad natural y cultural. Es usual encontrar igualmente cerezos y almendros, sobre todo entre los municipios de Luco y San Martín del Río.

 

 

En el kilómetro 15,57 área de descanso y estación de Murero Manchones y antes de continuar ruta, desde aquí decido  ir a visitar el cercano pueblo de Murero de donde era uno de mis bisabuelos. Su nombre, Gregorio Serrano maestro de primeras letras y ejerció en Plenas, donde se caso con mi bisabuela , y tuvo varias hijas entre ellas mi abuela paterna.

 

 

En el kilómetro 15,69 puente sobre el río Jiloca.

 

En el kilómetro 15,80 llego a Murero. Murero  ya la visite el 10 de febrero de 2010 ,cuando hice la Ruta 048 por Tierras de Calatayud y Daroca 7. Pero no está de más recordar los datos de este bonito pueblo.

El municipio de Murero pertenece a la comarca del Campo de Daroca. Situado a unos 90 kilómetros de la capital, Zaragoza, tiene una altitud de 707 metros sobre el nivel del mar.

Murero se levanta en la margen derecha del río Jiloca, tiene una superficie de 18,2 kilómetros cuadrados y no llega a los 200 habitantes, los llamados mureranos o murereños, aunque más popularmente conocidos como “ratoneros”.

Si por algo es conocida esta pequeña localidad es por la gran cantidad de yacimientos paleontológicos que aglutina. Enclaves que le han dado fama internacional y la consideración de ser todo un referente mundial para la investigación. El más conocido de ellos, el yacimiento del barranco de Valdemiedes, es visitado por cientos de científicos y paleontólogos con el objetivo de estudiar sus estratos y fósiles de trilobites, de los que se han catalogado hasta el momento aproximadamente ochenta especies distintas.

Al llegar a la población, el visitante encontrará gran cantidad de pequeñas acequias ya que la orografía del terreno imposibilita la llegada de agua a gran parte de los terrenos de cultivo. Entre los elementos arquitectónicos relacionados con el líquido elemento cabe destacar, en pleno casco urbano, una fuente de sillería.

En cuanto a su patrimonio, cabe resaltar varias construcciones como la iglesia parroquial de Santa María La Mayor y la ermita de San Mamés. Esta última cuenta con frescos del siglo XVIII, y pintura en tabla del XVI.

Merece la pena hacer notar la presencia de varios peirones en la zona, pequeños montículos levantados con piedras planas de distintos tamaños utilizados para limitar un terreno o señalar un camino. En el caso que nos ocupa encontramos seis de estas construcciones: el peirón de San Cristóbal, en la pista que lleva a la ermita de Nuestra Señora de los Mártires; el peirón de San Gregorio, en el antiguo camino de Altea; el peirón de San Mamés, en el lado derecho del viejo camino de Altea; el peirón de la Virgen del Carmen, en el camino de Manchones; el peirón de la Virgen del Rosario, en el camino de Altea y el peirón de las Almas, junto al camino que unía el barrio alto con una cantera y la rambla.

Cabe destacar que en torno al río se extiende el Camino del Cid, un itinerario turístico cultural que atraviesa España de noroeste a sudeste siguiendo las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, famoso caballero medieval del siglo XI.

Una de las fiestas celebradas en este municipio es la romería de San Gregorio, celebrada el 9 de mayo. Los habitantes salen en procesión desde el pueblo hasta el peirón de San Gregorio y posteriormente se celebra una misa tras la que después cofrades y acompañantes comen juntos en hermandad.

El 17 de agosto, los vecinos honran al patrón de Murero, San Mamés con una importante procesión que parte de la plaza del municipio y discurre por un camino rural, mientras los peregrinos entonan todos juntos el bolero de San Mamés. Finalizada la procesión se celebra la tradicional misa en el caserío del Santo. Estas celebraciones, que duran una semana, atraen a gran cantidad de visitantes de la comarca.

En ambas celebraciones, tal y como manda la tradición, los mureranos bandean las campanas.

Por último la “fiesta del mondongo”, que tiene lugar el 6 y 7 de diciembre, en la que se honra la fiesta de la matacía del cerdo. Antiguamente, durante estos días solían sacrificarse varios cerdos y se realizaban las tareas propias del mondongo. Hoy en día, las mujeres, grandes protagonistas de esta festividad, reciben las carnes preparadas y las agregaciones para poder elaborar distintos alimentos. Después, todos los productos elaborados, fundamentalmente morcillas, longanizas, chorizos, fardeles y bolas, son consumidos por todos los presentes.

Anualmente también se celebran las Jornadas Micológicas durante los meses de octubre o noviembre.

 

 En el kilómetro 16,61 estoy de regreso en la estación de Murero Manchones desde aquí  me separan a la ermita de San Mamés 0,5 kilómetros y  2,2 al túnel de Murero .

 

Los restos de la antigua estación de ferrocarril de Murero-Manchones han quedado como vestigio de un bullicioso pasado en el que por aquí discurrían los trenes del tramo ferroviario Calatayud-Valencia, más conocido como “el tren del Jiloca”, inaugurado en 1902 y desmantelado en los años ochenta del siglo XX.

Estamos ante lo que queda de una antigua construcción perteneciente a la inconclusa línea ferroviaria del Santander-Mediterráneo, que daba servicio al municipio aragonés de Murero. El objetivo de este servicio era el de unir la costa cantábrica desde Santander con el Mediterráneo a través del puerto de Sagunto.

En 1920, las diputaciones de Burgos, Santander, Soria y Zaragoza impulsaron los tramos centrales del ferrocarril Santander-Mediterráneo. Sin embargo, el que fuera uno de los proyectos ferroviarios más ambiciosos de nuestro país nunca llegaría a completar su trazado. La inestabilidad política de los primeros años del siglo XX unida a la escasa rentabilidad de la línea y los numerosos problemas técnicos surgidos, hicieron que no se terminase, dejando incluso sin completar la conexión con Santander a falta de 35 km de vía.

El cese definitivo de esta línea se produjo en 1985 y con él las infraestructuras ubicadas en los tramos inaugurados hasta ese momento, quedaron condenadas al olvido. En el caso de la estación de Murero aún quedan en pie algunos de los edificios de los que estaba dotada, como el edificio destinado a la recepción y espera de pasajeros y otra pequeña construcción cercana en la que se situaron los baños públicos.

Finalmente, el usuario puede realizar un alto en el camino en el área de descanso que hoy se encuentra al lado de esta vieja infraestructura, en la que, además de cartelería interpretativa, podrá hacer uso de los aparca bicis y de las mesas que allí se disponen.

 

 

En el kilómetro 17,44 llego a la altura de San Mamés y decido hacerle una visita.

 

Según cuenta la leyenda, en 1600 San Mamés se apareció al que por aquel entonces era párroco de Murero con un importante mensaje: reconstruir la ermita de la localidad. Y así fue como en la huerta, al otro lado del río Jiloca, se levantó la ermita de San Mamés, un templo perteneciente al estilo barroco que preside el camino que se dirige hacia Altea.

Se trata de un lugar de profunda devoción para los vecinos de la localidad de Murero, epicentro de varias tradiciones culturales que se han mantenido intactas hasta la actualidad.

El complejo consta de una construcción en forma de “L” compuesta por el edificio de la iglesia y el de la hospedería, ambos del siglo XVIII, y la vivienda del ermitaño.

Impresiona esta ermita construida de forma sobria en mampostería por sus grandes dimensiones y por los detalles de ladrillo que se observan en las esquinas y el contorno de los vanos. El acceso al templo se realiza a través de una portada elaborada en piedra que consta de dos cuerpos bajo un arco de ladrillo de medio punto. El primero de estos cuerpos, en la parte inferior, es un arco flanqueado por dos pilastras de estilo jónico que recuerdan al modo clásico. El segundo es una hornacina con pilastras compuestas y frontón triangular que alberga una imagen de San Mamés niño, de estilo neoclásico.

La ausencia de torre convierte al cimborrio octogonal colocado sobre el crucero en el elemento más destacado que se puede ver desde el exterior.

El espacio destinado a la ermita consta de una planta rectangular de grandes dimensiones. Posee una sola nave dividida en tres tramos rematados por bóvedas de medio cañón con lunetos, al igual que el presbiterio y los dos brazos del crucero destacando, en este último, una cúpula de ocho paños con lunetos sobre pechinas. El último tramo de la nave central corresponde al coro, apoyado sobre un arco carpanel, y las naves laterales, divididas a su vez en dos tramos con bóveda de arista.

Por su parte las sacristías, situadas a ambos lados de la cabecera, aparecen cubiertas con bóvedas de lunetos y cúpulas planas sobre pechinas. Todo el conjunto está revocado y ornamentado y fue pintado en el año 1863 por Santiago González Pascual según rezan varias inscripciones encontradas en el recinto.

El templo guarda algunas joyas artísticas como su retablo mayor perteneciente a la segunda mitad del siglo XVIII, y que cuenta con mazonería dorada, ornamentación de rocalla y esculturas policromadas. También destaca el retablo con ocho misterios del Rosario en relieve policromado, con la imagen de la Virgen en el centro de la capilla de la Virgen del Rosario, en el lado izquierdo del evangelio.

En la calle central, dentro de una pequeña hornacina puede contemplarse la figura de San Mamés, obra del siglo XVII, y sobre ella, un relieve con la aparición del santo a D. Cristóbal Aguarón; a los lados aparecen las figuras de un Papa y un obispo, que se cree que pueden ser San Gregorio Magno y San Gregorio Nacianceno.

Se guardan numerosos exvotos en la ermita, destacando una balanza que, según la tradición, era utilizada para pesar a los niños, de modo que su peso era donado en trigo para el mantenimiento de la ermita.

Adosado a la ermita se encuentra el edificio auxiliar de romerías, antigua hospedería. De aspecto compacto, presenta tres alturas y despierta gran interés por utilizar soluciones tradicionales como los muros de tapial con cajones de calicastrado y revestimiento de yeso. La portada, de medio punto y los restantes vanos se encuadran dentro de un enjabelgado. Ya en el interior asombra el gran estado de conservación que presenta el edificio, visible en pavimentos, carpintería y elementos singulares como es la cadiera, tradicional banco de madera con reposabrazos.

El 17 de agosto, festividad de San Mamés y la Virgen del Rosario, todos los vecinos de Murero acuden en romería a esta ermita, siendo dignos de mención los cantos y bailes que interpretan. Es el caso del bolero de San Mamés, que se baila de cara al santo en sentido contrario al de la marcha.

 

En el kilómetro 19,14 llego a la boca del túnel de 535 metros de longitud.

Esta infraestructura pertenecía a la antigua línea ferroviaria que conectaba Calatayud y el Grao de Valencia, integrada en la inconclusa línea Santander-Mediterráneo.

Se trata de un túnel de 535 metros de longitud que cuenta con iluminación gracias a una solución de pequeños paneles solares colocada a la entrada del mismo. Se encuentra situado muy cerca del Barranco de Entremojones y del río Jiloca, en un tramo de seis kilómetros que unía las estaciones de Villafeliche y Murero-Manchones.

 

A poca distancia de esta construcción encontramos uno de los mayores tesoros de Murero, sus centenarios viñedos que, sin duda, harán las delicias de los amantes del vino.Los interesados en el mundo del vino sin duda disfrutarán de una buena experiencia en Murero, que alberga las principales bodegas de la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) Vinos de la Tierra Ribera del Jiloca.

En los alrededores de este municipio se encuentran varias bodegas especializadas en uva garnacha, de la que aún se conservan viñas muy viejas cultivadas en vaso.

La antigüedad de las cepas, unida al carácter pizarroso de los suelos, son características que otorgan gran calidad a los caldos producidos en el valle del río Jiloca.

Aunque predomina la uva garnacha, en los últimos tiempos también se han ido introduciendo otras variedades como tempranillo o cabernet sauvignon aprovechando las excelentes condiciones de la zona, como su microclima, auspiciado por las sierras de Vicort y Atea que resguardan los cultivos, y la altura de los mismos, que se sitúa entre los 800 y 1000 metros de altitud. Condiciones que contribuyen a la perfecta maduración de los frutos y que propiciaron que los vinos de la zona obtuvieran la Indicación Geográfica Protegida como Vinos de la Tierra Ribera del Jiloca en 2005.

 

 

En el kilómetro 19,700 se termina el tramo acondicionado de este Camino Natural. iniciando el regreso a Villanueva de Jiloca principio y final de la ruta de hoy  con 34,15 kilómetros recorridos

 

 

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

 

 

Serafín Martín.

 

Fuentes propias y:

 

https://www.mapa.gob.es/

 

http://xiloca.org/xilocapediaErmita_de_la_virgen_del_Rosario_(Villanueva_de_Jiloca

Esteban Lorente, Juan Francisco y otros: Inventario artístico del partido judicial de Daroca. Realizado en los años 1975-1980 y revisado por Fabián Mañas Ballestín en 1999. Inédito.