MIS RUTAS EN BICI |SERAFIN MARTIN | 19/09/2018 |  s-marting@ono.com
 

RUTA 0156 Por el  Bajo Aragón.- Calanda, pantano de Calanda,  Mas de las Matas.ñ

 

 

Ruta 0156 Por el  Bajo Aragón.- Calanda, pantano de Calanda,  Mas de las Matas.ñ

El 10 de noviembre de 2017 llevo un total de 14 280 kilómetros. La ruta de hoy comienza en la localidad bajo aragonesa de Calanda.

Calanda, es una localidad del Bajo Aragón, situada en la confluencia de los ríos Guadalope y Guadalopillo. Su topónimo parece proceder del primitivo asentamiento celtibérico denominado “Kolenda”. A su nombre acompañan los títulos de Antiquísima, Muy Leal, Fiel y Fidelísima.

Existen restos arqueológicos desde el paleolítico, lo que demuestra un poblamiento muy temprano. La cultura ibera también estuvo presente, en los poblados de Cerro Castiel y Campo Consejo. Pero los restos más importantes se localizan en la partida de Albalate, donde se situó una lujosa villa romana y de la que se ha conservado un bello mosaico que se expone en el Museo Arqueológico de Teruel.
En su etapa árabe el núcleo poblacional se organizaba en torno a un desaparecido castillo. En esta etapa se sitúa el origen de la tradición cerámica y el sistema de regadíos de la zona. A estos pertenecería probablemente el acueducto de “Los Arcos”, situado en la partida del mismo nombre. Monumental obra de ingeniería hidráulica, construida en piedra sillar y definida por cinco grandes arcos de medio punto sobre los que discurre el canal.

Calanda forma parte de la donación territorial que Alfonso II hace a la Orden de Calatrava tras la reconquista cristiana, la cual otorga a la villa Carta Puebla en 1360. En este tiempo, el casco antiguo se erige alrededor del castillo medieval, prácticamente destruido tras la primera Guerra Carlista, en 1839. Se conserva parte de la muralla, algunos muros, la rampa de acceso y un aljibe.

En 1640 aconteció el “Milagro de Calanda”, obrado por la Virgen del Pilar en la persona de Miguel Pellicer, quien recuperó la pierna que le había sido amputada dos años antes. Como consecuencia se construye el Templo del Pilar, en origen pequeña ermita, convertida en espléndida iglesia barroca de mampostería, culminada en 1722. Junto a ella se encuentra la Casa-Museo de Miguel Pellicer.
Interesante es el resto de patrimonio eclesiástico que Calanda nos ofrece. Es el caso de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Esperanza o la “Ruta de las Ermitas”, que nos permite pasear por la calles de Calanda descubriendo la capilla de San Roque, la ermita de Santa Bárbara y San Marcos, la del Humilladero, la de la Virgen del Campo, la de Santa Águeda, y finalmente la de San Blas, en lo alto de la villa. Asimismo, no podemos olvidar el convento de las carmelitas descalzas del Desierto de Calanda, situado fuera de la población.


Pero en cuanto a su patrimonio religioso, el elemento más representativo de Calanda es su Semana Santa. La localidad pertenece a la “Ruta del Tambor y del Bombo” y anualmente congrega a multitud de personas que acuden a ver sus Pasos, cofradías y la tradicional “Rompida de la Hora”, a las doce de la mañana del Viernes Santo.


Todavía con el sonido de los tambores resonando en nuestros oídos, y de fama internacional gracias al cineasta Luis Buñuel, podemos visitar la casa de este ilustre calandino, obra del arquitecto Ricardo Magdalena, y el Centro Buñuel de Calanda, donde se muestra la rica y extensa obra del cineasta. Entre la arquitectura civil de Calanda destacan la Casa Allanegui, con la típica galería de arquillos aragonesa, la Casa Consistorial, la Casa de Cultura, situada en el antiguo convento urbano de las carmelitas, o la Nevera Crespo, perteneciente a la “Ruta de las Bóvedas del Frío”, al igual que la nevera conservada en el convento del Desierto de Calanda. La nevera cuenta con dos ramificaciones laterales, que fueron añadidos al original posteriormente,  que se han empleado para mostrar contenidos expositivos.   Ver ficha técnica

En una sala se muestra un audiovisual donde se explica el llenado interior de una nevera y su funcionamiento. En otra de las salas laterales,  una serie de paneles retroiluminados, nos muestra los distintos usos que podía tener la nieve guardada en la nevera: gastronomía, medicina…
En la sala central se puede contemplar cómo estaban dispuestas las capas de nieve, a través de un figurado corte transversal.

Saliendo de ésta, por la carretera A-226, en dirección a Más de las Matas.

En el kilómetro 3,74, puente sobre el rio Guadalope y carretera. El Puente Nuevo de Calanda, también llamado del Infante D. Antonio Pascual, es un acueducto-viaducto situado sobre el río Guadalope. Fue inaugurado en 1704.En el kilómetro 4,72 llego al muro de la presa del Pantano de Calanda. Construido sobre el río Guadalope , en la foz abierta en las sierras de calizas jurásicas, junto a Calanda . Es propiedad del Estado. Tiene una capacidad de embalse de 54 Hm.3 y una extensión de 312 Ha. Sus aguas refuerzan los riegos del Bajo Aragón en el sector de Alcañiz.

Una vez que visitado y contemplado esta gran obra hidráulica, continúo ruta, por lo que me veo obligado a atravesar el túnel que está justo a continuación de la presa. Un túnel de 190 metros de longitud y sin luz, peligrosísimo por el intenso tráfico, sobre todo de camiones, y que además la linterna de la bici no da luz porque las baterías estaban agotadas.

En el kilómetro 6,43 paso por el desvío a Foz Calanda.

En el kilómetro 8, paro a visitar la Ermita de la Virgen de las Nieves, se encuentra a escasos 25 metros de la carretera entre pinares y es de moderna construcción.

En el kilómetro 9, me encuentro con los túneles de Cerro Tolocha, son dos muy seguidos y tampoco están iluminados.

En el kilómetro 9,94, al comienzo de un pequeño puerto me desvió por la antigua carretera, la TE-832, que, aunque abandonada se va muy bien ya que su trazado es más largo pero más suave.

En el kilómetro 10,90, entro en el Parque cultural del Maestrazgo turolense.

En el kilómetro 12,07, termino de subir, encontrándome en este punto a una altitud de 499 metros y en el término de la Ginebrosa. En el kilómetro 17,63, me desvió por mi izquierda al cementerio de Mas de las Matas, desde donde me dirijo hacia la Ermita de Santa Flora.

En el kilómetro 18,61, llego a la Ermita de Santa Flora, aquí el altímetro me marca 518 metros de altitud. Esta ermita se construyó en el siglo XVII en mampostería. Cuenta con una nave de cuatro tramos cubiertos con bóveda de medio cañón con lunetos. Entre contrafuertes se abren capillas laterales. Al exterior, en la fachada presenta una espadaña de ladrillo. Al oeste, se sitúa la ermita de Santa Bárbara de planta de cruz latina y cúpula. Destruida en la primera Guerra Carlista (1840) poco después de su construcción en 1777. Desde su atalaya, tengo unas maravillosas vistas de Más de las Matas y de las llanuras hacia el rio Bergantes y Guadalope Una vez disfrutado de sus maravillosas vistas inicio el descenso a la cercana localidad de Más de las Matas, a la que llego con 19,50 kilómetros.

Mas de las Matas, es una localidad del Bajo Aragón, situada junto al río Guadalope. Su topónimo deriva del asentamiento o “mas” de la familia Mata. La documentación da constancia de la existencia del mas de dos hermanos llamados Mateu y Jayme La Mata, hacia 1460, en el lugar en el que se asienta la población actual.

Son numerosos los yacimientos que se han rastreado en el municipio, gracias a los cuales se puede dibujar una clara línea cronológica de los diferentes pobladores de la zona, desde el Paleolítico hasta la Edad Media.

El origen del núcleo que hoy conocemos, se sitúa en el poblamiento de Kamarón, ubicado en la colina de Santa Flora, que recibe su nombre en el Medievo, pero que se arraiga desde época ibera, romana y musulmana. El castillo de Kamarón es reconquistado en el siglo XII, reinando Alfonso II, y pasa a formar parte de la encomienda de Castellote, administrada por la orden del Temple y posteriormente por la sanjuanista.

Más de las Matas no se configura como población hasta el siglo XVI, y depende de La Ginebrosa hasta que obtiene su autonomía por una Concordia en 1611. Históricamente, cabe destacar otros dos hechos acaecidos en la población. En primer lugar, el asentamiento del general Espartero en 1839, durante la primera guerra carlista. Y en segundo lugar, la experiencia revolucionaria y colectivizadora que se desarrolló en el Bajo Aragón durante la guerra civil. En pleno auge de la villa, durante el siglo XVIII, se construye el edificio más emblemático de la localidad, la iglesia parroquial de la Degollación de San Juan Bautista. De estilo barroco, presenta tres naves, cubiertas con bóveda de medio cañón y cúpula en el crucero. Al interior se observa una sencilla decoración resultado de la reconstrucción llevada a cabo tras el incendio de la iglesia durante la guerra civil. Su magnífica portada, flanqueada por columnas salomónicas, y su grandiosa torre de ladrillo de sesenta y cuatro metros y medio de altura, completan la configuración de este bello templo. Completan su patrimonio religioso las ermitas de Santa Flora, de principios del siglo XVIII y en la que recientemente se ha instalado un mirador que permite disfrutar de unas magníficas vistas, al que podemos acceder a través del calvario. La de Santa Bárbara, desafortunadamente en ruinas.

En el casco urbano de Mas de las Matas podemos encontrar otros edificios de gran interés, como la Casa Consistorial, de mediados del siglo XVII, con lonja de piedra sillar y arcos de medio punto en el piso inferior, y balcón corrido en el superior. Asimismo, son dignas de mención, la Casa Zárate, originalmente casa de mosén Diego Sanz, construida en el siglo XVII, o la Casa Feliú, edificada en el siglo XVIII. Ésta última, alberga el Museo Mas de las Matas, subsede de Dinópolis, creado por el Grupo de Estudios Masinos, y en el que se exponen fondos arqueológicos y Artes Plásticas.

Finalmente, también destaca el patrimonio hidráulico de la villa, que se inicia con el sistema de riegos musulmán del siglo VIII que atraviesa la población. En el siglo XVIII se construye la Acequia Mayor, de la que se nutren los numerosos lavaderos que salpican las calles del casco urbano, como el de las Lunas o el del Brazal. Por su parte, el molino harinero, actualmente restaurado, constituye uno de los puntos de visita obligada en Mas de las Matas, ejemplo de la transición entre los sistemas tradicionales de molienda y las fábricas harineras industriales.

Una vez terminada mi rápida visita por esta localidad, parto con 21 kilómetros de regreso a Calanda.

En el kilómetro 30, paro en una urbanización situada entre la carretera y el pantano de Calanda.

En el kilómetro 41,90, llego a Calanda, principio y final de la ruta de hoy.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

http://visitbajoaragon.com/es/municipios/mas-de-las-matas

https://es.wikipedia.org/wiki/Puente_Nuevo_(Calanda)