MIS RUTAS EN BICI |SERAFIN MARTIN03/02/2024  martingraciaserafin@gmail.com

Ruta 1124.-de Monreal del Campo a Villarquemado

 

Ruta 1124. Monreal del Campo, Ojos del Jalón, Villafranca del Campo, Alba del Campo, Torre la Cárcel, Torremocha del Jiloca ,Villarquemado.

 

El 21de octubre de 2023 llevo en Monreal del Campo un total de 11.401 kilómetros.

 

Monreal del Campo ,encrucijada de caminos históricos y eje de comunicación actual, por aquí pasan los caminos del Cid y del Santo Grial, La autovía Mudéjar , N234 Sagunto-Burgos y la N-211 Alcolea del Pinar- Tarragona. Se conoce aproximádamente la fecha de la fundación de Monreal gracias a un texto del arzobispo Guillermo de Aux de 1124, siendo el rey Alfonso I el Batallador el que, en la conquista cristiana, y tras la batalla de Cutanda, mandó repoblar estas tierras, tierras de Frontera, donde acudían gentes a las que se les facilitaba el acceso a propiedades y campos de cultivo y a cambio participaban en la defensa del territorio conquistado. Alfonso I crea en 1124, con este fin la Militia Christi, orden de caballería a la que denominó “San Salvador de Monreal”, a semejanza de las Órdenes Militares del Hospital, del Temple y del Santo Sepulcro y una de las primeras órdenes militares de España, así como el castillo de Monreal. Se trataba, al igual que otros de la época, de una fortaleza defensiva, ubicada en punto alto y estratégico desde donde se podía controlar los territorios cercanos.

La ocupación del castillo desapareció a partir del año 1134, tras la muerte de Alfonso I, ya que el rey legó el reino, en su testamento, a las órdenes militares y éstas no se hicieron cargo de los territorios recién conquistados y nuevamente fueron ocupados por los musulmanes. No volverá a tomar importancia estratégica y defensiva hasta 1290, cuando por los conflictos con Castilla, forme línea defensiva del valle del Jiloca, junto con otras fortificaciones como la de Singra, El Poyo del Cid, Báguena ,Burbáguena y Daroca. Posteriormente ,entre los siglos XVI y XVII, debió de servir como torre campanario e incluso como almacén granero.

Es notable la vinculación de Monreal del Campo con el agua; por sus dos molinos harineros, uno de los cuales el Molino Bajo ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado, conservando toda la maquinaria de la molienda y que hoy restaurado. Alberga un Hotel Restaurante y sobre todo el humedal “Los Ojos” punto de afloramiento de agua, donde confluyen manantiales interconectados entre sí, que constituyen el nacimiento natural del río Jiloca. Aquí se encuentra también el Museo Monográfico  del Azafrán donde se puede hacer un recorrido por su cultivo y por la cultura popular, dando muestras de una de las señas de identidad más arraigada de las gentes del Jiloca.

Salgo de Monreal por la carretera TE-30 hacia los Ojos de Monreal.

 

En el kilómetro 3,23 llego a los Ojos de Monreal.

Los Ojos de Monreal es el mayor, por extensión, ejemplo de humedal de descarga de aguas subterráneas de la confluencia de la Cordillera Ibérica con los valles de los ríos de la cuenca del Ebro, y uno de los mayores de este tipo de España. Es uno de los puntos de descarga de aguas subterráneas del subsistema del alto Jiloca. Dan lugar a manantiales interconectados entre sí en forma de rosario, a los cuales en la zona se les conoce con el nombre de Ojos, debido a la forma que presentan. Éstos constituyen el nacimiento natural del río Jiloca.

Algunas de las principales funciones que cumplen son: Almacenamiento de agua, creación de un microclima, mejora de la calidad del agua, residencia y cría de especies biológicas de interés. Y entre sus valores se distinguen: abastecimiento de agua para usos humanos, contribuir a la diversidad del paisaje, lugar de visitas recreativas y educativas Estas funciones y valores están poco considerados por encontrarse los Ojos de Monreal en un estado medio de conservación y por el escaso conocimiento que se tiene de ellos.

Las causas principales de la degradación progresiva experimentada por este humedal han sido:

La desviación y regulación de flujos de agua que dificulta la conexión hídrica entre los deferentes subsistemas que lo componen (ojos, bocegal, río, zona inundable), lo que se traduce en disminución de la calidad del agua, pérdida de la estructura y funcionalidad de los Ojos y del río Jiloca, etc. El efecto de las avenidas recurrentes del río y las ramblas, que aceleran su proceso de aterramiento y colmatación. Los cambios en los usos del suelo que han causado una reducción de la zona propia de humedal y de sus funciones y valores.

Desde hace unos años el Excmo. Ayuntamiento de Monreal del Campo ha tenido interés en que el municipio se desarrolle de forma equilibrada y en un contexto ambiental saludable. En esta línea, tiene interés por conservar en el mejor estado posible los espacios naturales del municipio, entre los cuales destacan por su representatividad y naturalidad los Ojos de Monreal. Por esto inició una serie de actuaciones encaminadas a conocer mejor los Ojos y a revalorizar este espacio, consciente de que el desarrollo integral y sostenible de los pueblos requiere la conservación de los recursos naturales y su integración en el desarrollo socio-económico general.

En el año se 2001 realizó un Proyecto Básico de Restauración Ambiental de los Ojos de Monreal del Campo, con el patrocinio de ADRI y de Ibercaja. En el 2003 realizó un diagnóstico del estado y de las actuaciones que habría que realizar para restaurar los Ojos de Monreal, en colaboración con el Instituto Pirenaico de Ecología- CSIC y la Fundación Territorio y Paisaje. En la actualidad está realizando el proyecto de restauración de los Ojos y su entorno en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente, la Diputación General de Aragón. Se han realizado las siguientes acciones:

Reuniones periódicas con agentes sociales, personal del mismo Ayuntamiento, de asociaciones y particulares para informar, recabar y crear opinión sobre los objetivos y actividades del Proyecto. Estudios sobre el suelo, agua y vegetación, y del conjunto del humedal, y revisión sobre la información disponible de la fauna del humedal para evaluar su estado ecológico. Trabajos demostrativos de las acciones propuestas para su restauración. Gestiones (reuniones y deliberaciones con técnicos de entidades oficiales) para evaluar la disponibilidad y condicionantes administrativos para la restauración del conjunto del humedal. Encuestas a la población local para conocer su opinión sobre los valores y funciones del humedal.  Y entre las finalidades del proyecto se incluye su declaración como espacio natural protegido. Hasta la fecha, este espacio carece de una figura de protección. Tras su restauración podría ser que se recuperasen con mayor intensidad las funciones del humedal, algún hábitat (Potamo-Ceratophyllum demersi) que está incluido en la Directiva Hábitats y algunas de las especies que lo poblaban, como la nutria (Lutra lutra), una rara orquídea (Epipactis hispanica) sólo citada en otras dos localidades turolenses, y otra especie también rara (Hipuris vulgaris), sólo citada en otras dos localidades aragonesas, que no se ha vuelto a citar en Monreal desde principios del siglo XX y que figura en el catálogo de especies amenazadas de Aragón como “Sensible a la alteración de su hábitat”.

Después de disfrutar de este maravilloso humedal continúo por la TE-30 hacia Villafranca del Campo, por un páramo con escasa o nula existencia arborícola. No me quiero imaginar haciendo esta ruta en Agosto.

En el kilómetro 11,70 llego a Villafranca del Campo.

Los orígenes del poblamiento en Villafranca del Campo se inician, al menos, en época romana, siendo el emplazamiento elegido por las legiones romanas de Cesar, Pompeyo y Augusto en su campaña de dominación de las tierras del Jiloca. Según el historiador FM. Coella, la ciudad romana de Agiria estaría ubicada en el término municipal de Villafranca.

Según diversas fuentes, Villafranca nació de la unión de tres núcleos de población históricos: Saletas, Torre Invidia y Las Cuevas; aunque también se apunta la teoría de que la actual Villafranca corresponde al antiguo asentamiento de Villalviella o Villalvuela, pardina de localización desconocida.

En la poca medieval Villafranca del Campo perteneció a la Comunidad de Aldeas de Daroca, integrada en la sesma del Río Jiloca. Una vez disuelta la Comunidad pasó a pertenecer sucesivamente en la sobrecullida de Daroca (1488-1495), a la vereda de Daroca (1646) y al corregimiento de Daroca (1711-1833). En 1785 pasa de ser considerada aldea a lugar, rango que mantiene hasta 1834, año en el que se constituye como Ayuntamiento dentro del partido judicial de Teruel (1965).

Otros núcleos de población históricos de Villafranca del Campo fueron los caseríos Masía Morata y Masía Saletas, actualmente despoblados.

La construcción de su Iglesia de San Juan Bautista se iniciaron en 1731, se trata de una obra en mampostería y cantería que cuenta con tres naves divididas en cinco tramos. La central está cubierta por bóvedas de arista, mientras que las laterales presentan bóvedas de cañón con lunetos. Destaca su cimborrio, de planta octogonal y profusamente decorado. Del exterior debemos mencionar su torre, situada a los pies del templo y, algo poco usual, levantada sobre la entrada de la iglesia. La torre se divide en tres cuerpos; el primero -seguramente resto de una construcción anterior-, es de cantería, mientras que los dos restantes lo son de ladrillo, presentando una rica decoración barroca de clara influencia mudéjar.

El edificio de su ayuntamiento se construyó en 1806, como así reza la inscripción de su fachada, cuenta con dos plantas. La inferior con lonja de doble arco, mientras que en la segunda encontramos cuatro vanos con balcón común para dos de ellos. Cuenta con un alero de madera de notable factura.

La Ermita Santuario  de la Virgen del Campo está situado  junto al curso del río Jiloca, a las afueras del pueblo. Se trata de una construcción de mampostería fechada en 1694. Su planta es de salón, con cinco tramos cubiertos por bóvedas de medio cañón rematadas por lunetos, mientras que el presbiterio presenta bóveda sobre pechinas. Del exterior cabe destacar su pórtico de entrada, situado a los pies y que cuenta con dos pilares sobre los que se asienta un arco de medio punto. Igualmente destacables es la cornisa de ladrillo que rodea al templo y el remate, compuesto por una espadaña.

 Entre el entramado urbano de Villafranca del Campo encontramos varias casonas solariegas de interesante factura. Sin que puedan llegar a considerarse palacios de carácter nobiliar como los que encontramos en otras localidades del Jiloca, son buenos ejemplos de arquitectura urbana del XVIII. Aunque mantienen los materiales constructivos del resto de edificaciones tradicionales -la mampostería, generalmente encalada, destacan por sus nobles proporciones hasta cuatro plantas en algunos casos y por contar con elementos decorativos tales como rejería, pilastras o aleros de media caña. Terminada mi visita continúo ruta hacia Alba del Campo por la TE-59.

 

En el kilómetro 16,53 entro en la Comunidad de Teruel

 

En el kilómetro 21,37 llego a Alba del Campo.

 

Alba del Campo es una pequeña ciudad Turolense con una interesante historia, la mayor parte de la cual se haya vinculada al castillo que la preside.

El castillo de Alba del Campo fue en su día una fortificación militar estratégica en el Valle del Jiloca; un lugar para defender la vía romana y dar cobijo a los ejércitos.

Su origen no se ha determinado con exactitud, aunque se cree que puede ser anterior al siglo XIV. Fue construido en mampostería sobre un cerro que dominaba la localidad, con una planta cuadrada de 30x20 metros. Los remates de los muros son puntiagudos y a su alrededor se abrió un foso defensivo en la roca. A pesar de que actualmente solo se conserva una de las torres de planta cuadrada, se sabe que contó con tres más.

El castillo de origen medieval, disponía de una importancia defensiva capital para la defensa de la Corona de Aragón frente a Castilla. Se tiene conocimiento de que Jaime I el Conquistador dictó una serie de disposiciones para asegurar su conservación y que Doña Leonor, esposa de Pedro IV, ordenó reparar el aljibe y los fosos ante el temor de las guerras con Castilla y un posible asedio de larga duración.

En el siglo XIV se empezaron a construir viviendas en torno al castillo y ya en el siglo XVI contaba con tal entidad que se hizo necesaria la construcción de una iglesia para la población. El auge del Siglo XVIII hizo que esta primitiva iglesia fuera sustituida por un nuevo templo acorde a las nuevas necesidades.

Se cuenta que Don Rodrigo Díaz de Vivar,”el Cid” pasó por Alba del Campo; quedando el castillo como testigo para defender a la población en la guerra de los dos Pedros.

El trazado de las calles sinuosas y estrechas se adapta a la ladera de la montaña en la que se alza la población, a los pies de los restos del castillo medieval que en otra época sirvió de refugio a los ejércitos medieval que en otra época sirvió de refugio a los ejércitos que defendían a la Corona de Aragón de Castilla.

El campanario de Alba ha permanecido impasible a lo largo de los siglos, para recordar que un día hubo allí una iglesia, de la que ya nada más queda. El campanario está realizado en mampostería con ángulos reforzados de cantería. Su planta es cuadrada y dispone de dos cuerpos; mientras el de las campanas tiene ventanas germinadas, el superior tiene un friso de arquillos que recorre todo el perímetro (datado en el siglo XVI).

Existen estudios que afirman que durante la Reconquista se hacían sonar sus campanas como llamamiento a su población ante algún ataque.

En la plaza se puede visitar el modernista edificio del Ayuntamiento, que todavía conserva intacta su lonja.

La iglesia parroquial de la Invención de la Santa Cruz, su magnífica torre barroco mudéjar y el monumental Olmo de la Plaza son otras de las citas ineludibles en una visita a través de la historia de esta localidad.

La iglesia parroquial de la Invención de la Santa Cruz,es de fábrica barroca y según la inscripción que hay sobre la clave del arco de la puerta de entrada data de 1704. Los muros fueron levantados en mampostería y presenta tres naves con pilares cruciformes y un arco triunfal de medio punto. Su cubierta es de bóveda de medio cañón con lunetos. Por encima del conjunto destaca la torre barroco mudéjar, que acabó de construirse en 1738. Una muestra más de la relación de ambos estilos arquitectónicos en la zona. Está compuesta por base de mampostería y cuerpos superiores de ladrillo; el último,de planta octogonal, alberga las campanas y está rematado con capitel de teja y perfil mixtilíneo.

En el interior destacan los retablos barrocos del siglo XVIII y una cruz procesional gótico renacentista.

El retablo mayor es una pieza barroca del siglo XVIII ,de un inmenso valor artístico, realizada por el destacado escultor Francisco Moya.

El conjunto se encuentra dividido en dos cuerpos y tres calles, con un total de 15 escenas sobre la vida, pasión y glorificación de Cristo.

La hornacina central, flanqueada por dos columnas salomónicas decoradas con guirnaldas vegetales, está muy bien desarrollada. En ella se representa el tema de la invención de la Cruz. Mientras en el centro hay una cruz sostenida por dos personas y en el fondo dos cruces inclinadas, a los pies de la cruz principal reposa una figura muerta que empieza a resucitar. La escena se completa con la presencia de Santa Elena y un obispo.

La Virgen de la Mora es la pieza más antigua y preciada que alberga la Iglesia Parroquial; datada en el siglo XVI.

La imagen tiene una altura total de 40 cm y es de madera dorada policromada. Originalmente se encontraba en la ermitas de la misma advocación que se encuentra en el monte, alejada del pueblo.

La talla representa a la Virgen llevando al niño en brazos. El niño sostiene el globo terráqueo en sus manos y la Virgen un racimo de moras.

En las afueras de Alba se encuentran La Fuente Vieja y la ermita de la Purísima, construida en mampostería y ladrillo.

En el monte hay otras dos ermitas más, la de San Cristobal y la de la Virgen de la Mora.

Continúo ruta por la carretera a Torrelacárcel.

 

En el kilómetro 23,83 paso por  Las Balsas de Alba .

 

En el kilómetro 24,47, paso elevado sobre el FC

 

En el kilómetro 25,94 paso por el Área Recreativa “Avenida del Colesterol”

 

 

En el kilómetro 26,58  paso por el lavadero público municipal de Torrelacárcel

 

En el kilómetro 26,99 cruzo la CN 234 y llego a Torrelacárcel.

El Ayuntamiento de Torrelacárcel está situado en el sur de la provincia de Teruel. Junto al pie del monte de Santa Bárbara, entre la vertiente sur oriental de Sierra Palomera y entre el Valle del Jiloca y Alfambra. Se encuentra ubicado en un llano en la Comarca de Teruel.

Tiene una población de 142 habitantes, y se sitúa a una altitud de 979 metros.

Gentilicio: Torrelacarcino/a.


El pueblo forma parte de la Comarca de Teruel con capital administrativa en la ciudad que le da nombre. Asimismo, esta entidad tiene un total de 35 consejeros en 46 municipios como el de Celadas. La superficie es de 2.877 kilómetros cuadrados con una población estimada de 44.806 habitantes.

La localidad de Torrelacárcel es originaria de tiempos árabes. La parte central de la iglesia de nuestra Señora de los Ángeles  pudo ser mezquita, puesto que en el lado sur de ésta y al cambiar el suelo de la iglesia en los años 40 apareció un cementerio árabe, del cual se extrajeron platos de cerámica y pergaminos.

Posteriormente, al ser conquistado Torrelacárcel por Alfonso I el Batallador, el año 1124, se transformó en iglesia románica, como lo atestigua la pieza más antigua del tesoro parroquial , una virgen románica que está depositada en el Museo Diocesano de Teruel. De esta virgen destacan la rudeza y primitivismo de sus formas en las que sobresale la cabeza, de ojos muy expresivos. Presenta el niño sentado en su regazo en posición asimétrica y su ascendencia iconográfica se encuentra en las catacumbas de Domitila (siglo III). Su entrada consta de una portada plateresca. El interior de mampostería con tres naves de cinco tramos ,bóvedas de crucería, la central y las laterales con arista.
Esta imagen está datada en el siglo XIII y su presencia en este lugar habría qu relacionarla en el año 1128, cuando Alfonso I El Batallador fundó 'Militia Christi', con sede en Monreal del Campo, con la misión de defender estas tierras, entonces línea fronteriza con los moros.
La parroquia perteneció el Arzobispado de Zaraagoza, hasta el año 1577, en él se pasó a ser del Obispado de Teruel, siendo Papa Gregorio XIII, siendo Papa Gregorio XIII y el rey de España Felipe II.
El nombre de la localidad según cuenta la historia,se remonta a una antigua cárcel situada al pie de la torre  de la iglesia de ahí el nombre dado al pueblo.

En la fachada de su ayuntamiento, en forma de trinquete (actualmente cerrado este espacio pero se ven los arcos perfectamente) hay una placa a Don Melchor de Navarra y Rocafull Duque de la Palata y Virrey del Perú, nacido en 1627 y muerto el año 1691.

No está de más unos datos de tan ilustre hijo de este lugar.

Torrelacárcel (Teruel), 10.XI.1627 – Portobelo (Panamá), 13.IV.1691. Virrey del Perú, vicecanciller de Aragón, consejero de Estado y de Guerra.

De nobles familias turolenses y valencianas, su padre fue Melchor Navarro y Sebastián (de Arroytia) y su madre Magdalena Rocafull Vique, nació en la casa solar de los Sebastián en Torrelacárcel, en un linaje originario de Visiedo y Villar del Salz (Teruel).

Los miembros de esa casa y sus deudos tenían importante presencia en la administración de la Monarquía hispánica: un tío bisabuelo del virrey, Bartolomé Sebastián Valero, había sido arzobispo de Patti, vicario general en Palermo y arzobispo de Tarragona; su tío carnal, Baltasar Navarro Sebastián, obispo de Tarazona, había sido regente del Consejo Supremo de Aragón; su padre era caballerizo de la Reina; el suegro de su hermano Gaspar, Juan Lorenzo de Villanueva, era secretario del Consejo de Aragón, y con los Sebastián estaban vinculados los Martínez-Rubio, que también habían dado obispos y virreyes a Sicilia, y los Manrique, del Pobo de Molina, entre los que se contaba Garcí Gil Manrique, obispo de Barcelona y virrey de Cataluña, el Rosellón y la Cerdaña en 1640.

Melchor Navarro Rocafull, apellido que en su cursus honorum cambiaría a Navarra para magnificar el linaje y entroncarlo con la Casa Real de ese reino, estudió Artes y Jurisprudencia, obteniendo beca en el Colegio Mayor de Oviedo de Salamanca en 1646 y perteneciendo al Colegio de Abogados de Zaragoza, del que fue decano en 1656.

El 17 de agosto de 1654 obtuvo plaza de asesor de la General Gobernación de Aragón y, siéndolo, pasó en 1657 a Barcelona como convisitador de su Real Audiencia. En 1659 se ocupó con el gobernador de Aragón de la defensa del condado de Ribagorza y en 1660 obtuvo destino en el Consejo Colateral de Nápoles. Ascendió luego a fiscal del Consejo Supremo de Italia y a vicecanciller de Aragón y de la Junta del Gobierno Universal de España durante la menor edad de Carlos II. Gozó siempre de la confianza del Rey y de la reina gobernadora Mariana, y fue enemigo de Juan de Austria desde que éste fue nombrado vicario regio en Aragón.

En 1660 fue admitido como caballero de la Orden de Alcántara, conservándose su expediente, con el número 1057, en el Archivo Histórico Nacional de Madrid. Seguidamente contrajo matrimonio con Francisca Toralto Aragona y Frezza Orsini, duquesa de la Palata, en los Abruzos, y princesa de Massa, de la que sólo llegó a tener una hija, Cecilia, casada con el duque de Lécera ,conde de Belchite, por la que se continuaría la casa hasta llegar en los siglos XIX y XX a los condes de Guara y duques de Villahermosa.

En 1680 fue nombrado consejero de los de Estado y Guerra y en el mismo año virrey del Perú. Para tomar posesión de este último cargo, embarcó en Cádiz el 28 de enero de 1681 y entró en Lima el 20 de noviembre de 1681 como XXII virrey, XXVI gobernador y capitán general y XXIV presidente de la Real Audiencia. Ejerció el empleo hasta el 15 de agosto de 1681, pero permaneció en Lima hasta 1691 mientras tenía lugar la tramitación del obligado juicio de residencia. Este proceso, instruido por el fiscal Matías Lagúnez, fue positivo para el virrey y y sus más de diez mil folios se conservan en el Archivo General de Indias, en Sevilla.

Cuando regresaba a la Península para tomar posesión de su cargo de regente del Consejo de Aragón, falleció el día de viernes santo, a consecuencia de la fiebre amarilla, en Portobelo, Panamá, enterrado en su iglesia. En su testamento, que había otorgado en Lima el 13 de noviembre de 1690, se acordó de su tierra, destinando 30.000 pesos y sus haciendas en Teruel y su comunidad para la fundación de un Colegio de la Compañía de Jesús, con escuelas de Gramática, Artes y Teología Moral, en la ciudad de Teruel, donde tanta importancia había adquirido la familia Sebastián y donde ésta tenía el patronato de la capilla de los Santos Reyes en la catedral.

Su acción de gobierno en las numerosas provincias del virreinato peruano fue muy extensa y sirvió eficazmente el cargo con especial autoridad, dignidad y sentido del ceremonial; implantando etiquetas y refinamientos propios de la corte y viviendo con suntuosidad.

R. Palma, en sus Tradiciones Peruanas, señala que Melchor fue “el Virrey más Virrey que Perú tuvo [...] siendo punto menos que el Rey pero punto más que todos los Virreyes sus antecesores”.

Preocupado por las frecuentes acciones de piratas y filibusteros, protegió las rutas del comercio, creó nuevas escuadras, reorganizó la Armada del Sur y la Armada de Galeones, mejoró las defensas y murallas de Portobelo y Panamá, los baluartes de Callao, hizo el amurallamiento y defensas de Lima en 1685 bajo la dirección del flamenco Pedro Ramón, levantando catorce mil varas de gruesos muros y catorce baluartes y seguidamente la muralla de Trujillo, sobre un área de tres millas, con cinco kilómetros de longitud, quince baluartes y cinco fortines, bajo la dirección del italiano Giuseppe Formento.

Atendió el descubrimiento de los indios panataguas y del río Perene y veló por las clases indígenas y su formación en la doctrina cristiana. Adelantó las misiones del Xabaro, fomentó las de los franciscanos y de otras órdenes en las partes montañosas del virreinato. Preocupado por el desarrollo religioso del virreinato, fundó en Lima los monasterios de trinitarios y de Santa Teresa, el beaterio del Patrocinio, erigió el cenobio de Nuestra Señora de Cocharcas para doncellas indígenas y perfeccionó la iglesia del Sagrario de Lima. Mantuvo una larga disputa sobre jurisdicciones con el arzobispo de Lima Melchor de Liñán, actuando con prudencia y rigor jurídico y acordando, como representante del Real Patronato, nuevas ordenanzas sobre las competencias de curas y corregidores respecto a los indios. También reorganizó y fomentó los estudios de la Universidad de San Marcos de Lima y adornó con los retratos reales la Sala del Acuerdo del Palacio virreinal.

La Real Hacienda y los derechos de la Corona merecieron su atención especial, optimizando la administración de los bienes de propios de Lima, haciendo nuevo asiento en el mineraje de los azogues de Huancavelica en beneficio de la producción del Potosí, luchando contra el fraude del Quinto Real, reordenando y controlando el sistema de “mitas”, haciendo un empadronamiento general de los indios, no reconociendo pretendidos derechos de propiedades privadas en minería, poniendo en vigor el llamado “derecho de los Cobos” para el pago al Rey del uno y medio por ciento de toda la plata y el oro que se fundía en las casas de la moneda, unificando la diversidad de piezas del metal fundido, refundando la Casa de la Moneda de Lima, inspeccionando la Caja del Reino de Chile y cortando abusos en las audiencias de Panamá, Quito, Charcas y Chile.

Su comportamiento fue ejemplar en el gran terremoto de octubre de 1687, con erupciones volcánicas y enormes inundaciones, que afectó principalmente a Lima. El propio virrey debió acampar en la plaza durante dos meses con sus familiares y servidores. Aumentó entonces el servicio de justicias y vigilantes, ordenó los abastos y la reconstrucción de los hornos, dirigió las ayudas a los desvalidos, se ocupó personalmente de las rogativas y oficios religiosos e incluso entregó 60.000 pesos de su peculio para la reconstrucción de Lima.

“Los Mascarones”. Es una fiesta de carnaval, que se celebraba hasta que llegó la Guerra Civil. Se ha recuperado recientemente. Se celebra el  Primer fin de semana de carnaval (aproximadamente el 3º de febrero).  La gente del pueblo se disfraza con caretas de demonio, vestidos con ropa blanca (puede ser un calzoncillo mariano, camisetas u otras prendas), con jorobas, cencerros y con una zurriaga de cuero para pegar al resto de personas. Hacen un pasacalles, llaman a las puertas para que les saquen mistela, pastas…. Antiguamente se manchaban las caras con aceite, tanto las de los participantes como las del resto de vecinos, de ahí el nombre, pero hoy en día se ponen caretas. Participan entre 20 – 30 mascarones, de todas las edades y de ambos sexos. La fiesta se prohibió durante el franquismo porque no permitían que llevaran la cara tapada o manchada.

 

Terminada mi visita continúo por la carretera nacional 234 hacia Torremocha del Jiloca.

 

En el kilómetro 30,55  llego a Torremocha del Jiloca, cuenta con 108 habitantes, y sitúa su caserío a 981 metros de altitud. Gentilicio: Torremochino/a.

La Iglesia de San Cristóbal,  es del Siglo. XVI. En su interior se guarda una valiosa tabla dedicada a Santa Ana, del siglo XV y varios retablos de los siglos XVI y XVII. La torre tiene dos cuerpos y un curioso chapitel a modo de remate. El acceso cuenta con un pequeño atrio abierto con arco de medio punto apoyado en columnas.

Edificios a destacar son el el Ayuntamiento,  restaurado recientemente.

La Casa del Pasiego una gran mansión decorada con pinturas murales del siglo XIX.

La Necrópolis romana,  que fue encontrada en los alrededores y el Lavadero.

 

En el kilómetro  40 llego a Villarquemado, que asienta su caserío a 996 metros de altitud y tiene 846 habitantes.

Gentilicio: Villarquemadino/a o chocero/a

 

Poco se sabe de los orígenes de Villarquemado. Según la tradición popular, éste resulta anterior a la dominación árabe, momento en el que recibía el nombre de Villahermosa de las Tres Torres. Popularmente se cree que la denominación actual surge tras una invasión musulmana que destruyó la mayoría de edificaciones de la localidad.

Lo que sí sabemos es que la primera referencia documental a la existencia de Villarquemado la encontramos fechada el 31 de octubre de 1192 en un documento por el que Lope de Barea deja a Santa María de Perales una heredad en la aldea de «Villar cremado».

Hasta su disolución, Villarquemado perteneció a la Comunidad de Aldeas de Teruel, integrándose en la sesma del Río Cella. A partir de ese momento pasa a pertenecer sucesivamente en la sobrecullida de Montalbán (1488-1495), a la vereda de Montalbán (1646) y al corregimiento de Teruel (1711-1833). En 1785 pasa de ser considerada aldea a lugar, rango que mantiene hasta 1834, año en el que se constituye como Ayuntamiento, primero del partido judicial de Albarracín y, a partir de 1965 del de Teruel.

Otros núcleos urbanos históricos del término municipal de Villarquemado son los caseríos de El Apeadero, Molino y Venta Pelada, todos ellos de pequeña entidad y deshabitados en la actualidad.

Su Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo barroco fue construida entre 1694 y 1703, con retablo de la Dolorosa de los siglos XVI y XVII, imagen de Cristo del XVII y Presbiterio con retablo barroco. Está construida con mampostería y cantería, consta de tres naves con crucero en alzado, cubierta de bóveda de medio cañón con lunetas y una cúpula en crucero sobre pechinas decoradas con pinturas de los Santos padres y rematadas con linterna. Tiene un coro en lo alto y una torre de tres cuerpos, el último octogonal con un remate piramidal. El órgano de la iglesia es de 1.703 y está considerado como una auténtica reliquia. Ha sido restaurado recientemente gracias a la colaboración entre el  Ayuntamiento de la localidad y a la DGA.

 

Pero lo que me ha traído hasta aquí es el Museo de interpretación  “1938  la carga de Caballería de la batalla del Alfambra” que Villarquemado ha abierto aquí. En su interior se exponen piezas originales y un audiovisual ,de la batalla por el control de Teruel y durante la cual murieron 15.000 jóvenes por estas tierras en febrero de 1938. Esta batalla la de “Alfambra” se disputó dentro de la de Teruel ,que tuvo lugar entre el 15 de diciembre de 1937 y  el  22 de febrero de 1938.

Tras la toma de Teruel el 8 de enero de 1938 por parte del ejército gubernamental, el ejército sublevado prepara una potente y rápida ofensiva sobre las débiles defensas republicanas del valle del Alfambra y Sierra Palomera. Así, el 5 de febrero de ese mismo año comenzó la Batalla del Alfambra, de tan sólo 3 días de duración, y en la que por primera vez en la Guerra Civil española se hará uso de una división completa de caballería (3.000 jinetes) para avanzar sobre los llanos de Visiedo, Argente y Lidón a gran velocidad y penetrar en la retaguardia enemiga, ante la mirada atónita de las fuerzas republicanas, que no podrán hacer más que batirse desordenadamente en retirada, sufriendo numerosas bajas y dejando tras de sí gran cantidad de material. Fue la última vez que se realizó una carga de caballería exitosa en época moderna. Hay mucho  material todo material original y un audiovisual, que nos acerca a los dias cruciales de la batalla. La verdad que invito encarecidamente a visitar este centro museístico, una maravilla.

Terminada mi visita inicio el regreso a Monreal del campo ,por la carretera N-234.

En el kilómetro 73,72 estoy de nuevo en Monreal del Campo, principio y final de la ruta de hoy, y un total de 11.474 kilómetros.

 

Las fotografias aparecen por orden de ruta.

 

Serafín Martín.

 

Fuentes propias y:

 

 

https://www.monrealdelcampo.com/turismo/natural-y-cultural/natural/los-ojos-de-monreal/

 

https://www.villafrancadelcampo.es/el-pueblo-2/informacion-turistica/patrimonio-cultural/

 

http://www.torrelacarcel.es/InternetRural/torrelacarcel/home.nsf/documento/histori

 

https://dbe.rah.es/biografias/13419/melchor-bartolome-buenaventura-de-navarra-y-rocafull

 

https://www.villarquemado.es/el-pueblo/estructura-socioeconomica/poblacion/

 

https://turismocomarcateruel.com/municipios/

 

https://www.diariodeteruel.es/comarcas/el-centro-de-interpretacion-de-la-batalla-del-alfambra-en-villarquemado-comienza-su-segunda-temporada