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Ruta 93 .Por el Serrablo

 

El día 24 de septiembre de 2005 salgo de Hostal de Ipiés,  cruzando el puente del Río Gállego hacia la carretera que me llevará al Valle de Caldearenas, al llegar al apeadero ferroviario de Horma de Gallego me hago unas fotos en las vías del Canfranero, que representan muy bién, el abandono y la desidia del tren en Aragón. Decido desviarme al pueblo de  Arto, antes de llegar a él, veremos a nuestra derecha las ruinas de lo que fué Baranguá  Viejo, visito sus ruinas, para desde allí ir a Arto. Que como no, esta en lo alto de un monte.. Situado en la margen derecha, contiene una pequeña maravilla, en su cima está su Iglesia de San Martín de Arto, de estilo Mozárabe del Siglo XI incluida en la denominada Ruta del Serrablo. Esta rodeada por un muro, en el que encuentro un pequeño derrumbe y me introduzco dentro de su recinto, en el que hay un pequeño cementerio El pasado medieval de esta Iglesia se reduce a parte de su ábside, donde se aprecian dos de las cinco arquerías ciegas que tuvo y sus respectivas lesenas.A la primitiva iglesia del S XI, de una nave con ábside semicircular orientado, se le añadió la torre actual en el siglo XVI. Suba a la misma por una escalera lateral y consigo llegar hasta el interior del campanario, las escaleras y el piso superior son de madera muy deteriorada.  Su planta es rectangular y, en altura, presenta tres cuerpos con vanos adintelados, aspillerados en forma de gota-un detalle propio de la época y de medio punto para las campanas. Este campanario se eleva en el lado Sur y se especula que lo hiciese sobre una nave lateral, de la que ha quedado una capilla con bóveda de cañón. En ese lado, también está el cementerio vallado y la portada protegida bajo un pórtico.Un caminito empedrado nos conduce hasta ella, es de medio punto y lleva la inscripción “R.R /LOPEZ/ AÑO/1769 indicando la fecha de la reforma y el nombre de su impulsor, tal vez el rector de aquel momento. La iglesia se recreció y se abrieron nuevos ventanales para captar la luz de mediodía .En esta iglesia podemos encontrar hasta tres relojes de Sol grabados entre sus piedras, dos en el ángulo sureste de la torre y otro en el NO de los pies del edificio. En realidad se trata del mismo reloj repartido en tres franjas horarias, la primera hacia el Este y corresponde a las primeras horas del día, a su lado hay otra dirigida hacia el Sur que abarca desde las 7 de la mañana a las 3 de la tarde. Hacia el Oeste está la que indica desde las 2 del mediodía a las 6 de la tarde. Vuelvo sobre mis pasos otra vez hasta el apeadero de Horma para desde allí coger la carretera que me introduce en el Valle de Caldearenas.

Por una carretera en muy buen estado llego al desvío que cruzando las vías del Canfranero y después de una subida de aupa llego a Orma de Gállego situado a 769 metros de altura. La subida merece la pena ya que podremos ver su Iglesia de San Miguel de Orna, de influencia Jaquesa del Siglo XII, tengo la suerte de que son sus fiestas patronales y una vecina me abre la iglesia muy amablemente, mientras van preparando lo necesario para celebrar la misa, yo la recorro a placer incluido su coro su entrada esta orientada al Sur bajo un pórtico, que posiblemente sustituyó a otro anterior y que ha recuperado su apariencia tras la última restauración. La portada es de medio punto enmarcada por una moldura de ajedrezado Jaqués, un motivo que recorre todo el camino de Santiago. Este taqueado reaparece sobre vanos de medio punto, y molduras. Las Jambas que coronan las ménsulas de las puertas lucen tanto al interior como al exterior, relieves de temas vegetales y animales, con caras esculpidas en los capiteles de las dos columnas que modulan el exterior del ábside. Aquí un friso de  arquillos ciegos recuerda las aportaciones del románico lombardo ya en desuso. El   interior es una amplia nave orientada que se cubre con techumbre de madera a dos aguas, en contraste con la bóveda de cascarón del ábside y el arco de medio punto del corto presbítero. A los pies podemos admirar el gran hueco de la torre, que apoya en un gran arco apuntado y rebajado. Aquí se sitúa el coro alto. La robusta torre campanario, se eleva a los pies, probablemente de los siglos XVI-XVII, aunque tiene diversas reformas. De todo este exterior, hay que señalar, la existencia de varias cruces e inscripciones grabadas en los sillares de la fachada meridional y una lápida ante la entrada. El casco urbano de Horma contiene unas casas con fachadas maravillosas. Terminada la visita desciendo de nuevo a la carretera que cruzando de nuevo las vías del Canfranero me deja ante la entrada de la localidad de Latas en el que solo me hago una foto a la entrada y sigo ruta a Latre, situado a 698 metros de altitud, a la entrada del pueblo me topo con la Iglesia de San Miguel de Latre, esta iglesia es mucho más sencilla y tardía, tal vez del siglo XII o principios del XIII. La pequeña iglesia medieval de una nave permanece afoscada bajo sucesivas reformas a excepción del ábside y parte del muro norte. La cabecera, precedida de un corto presbiterio, es semicircular y esta orientada hacia el Este. Un ventanal de medio punto, centra su parámetro, que es prácticamente liso a excepción de los canetes bajo el tejaroz o cornisa, algunos de ellos labrados con rostros, bolas o lacerias, este tipo de ménsulas, continúa en la fachada septentrional, donde hay un cuerpo añadido de época posterior. En conjunto, podemos apreciar el contraste de los grandes sillares utilizados en la obra románica con los diferentes mampuestos del resto.

La torre se erigió en la cara Sur, seguramente, en 1608, según señala la inscripción que hay en su base y que recoge las iniciales de su desconocido promotor. Probablemente el rector del momento. En el siglo XVIII, también se acometieron obras importantes que afectaron a la cubierta de la nave, ahora con bóveda con lunetos y se abrieron vanos de iluminación, además, la fachada meridional lleva adosadas varias dependencias y un pórtico de dos tramos cubiertos con bóvedas de arista, uno de ellos vuelto a cerrar, que ocultan la fábrica románica y el tímpano esculpido en la portada.

Sin entrar en el casco urbano de Latre me dirijo a Caldearenas, pertenece a la Comarca del Alto Gállego para ello tengo que cruzar de nuevo el Río Gállego, este pueblo que en 1900 tenia 1525 habitantes, en 1992 solo contaba en su censo con 262 habitantes, situado sobre la margen izquierda del Gállego y a una altitud de 650 metros,  Caldearenas participa del clima mediterráneo continentalizado con características similares al resto de la región aragonesa. Caldearenas  debe su nacimiento al ferrocarril de Canfranc. Siempre fue un barrio de Aquilué  hasta que en los años 60 paso a ocupar la capitalidad municipal. El municipio comprende diez núcleos (dos de ellos despoblados): Anzánigo, Aquilué, (Artaso), Caldearenas, Estallo, Javierrelatre, Latre, San Vicente y Serué, (Sieso de Jaca). Caldearenas cuenta con un museo del pan.

El conjunto urbano es de corte moderno destacando la ermita de San Antonio del siglo XVIII, de nave rectangular y coronada por una espadaña de un solo vano. La Iglesia Parroquial fue construida en los años 50 a imitación del estilo románico, con ábsides semicirculares, cubierta de pizarra y espadaña con dos vanos. , me dirijo a Estallo también en la margen izquierda del Río Gállego, la primera mención de Estallo es de 1042 como Villa Stallo. Estallo perteneció al antiguo municipio de Aquilué, y destaca su conjunto arquitectónico, este respeta su arquitectura tradicional y es un ejemplo más de una arquitectura respetuosa con el entorno, los ejemplos más destacados de su arquitectura tradicional son ,la chimenea de Casa Marieta, el pasadizo abovedado de casa Juan Ramón y la fachada de casa Elbaile datada en 1628, la iglesia esta dedicada a San Martín y es del siglo XVIII compuesta por una nave culminada en un ábside plano, aquí también conseguí entrar en el recinto exterior y por la escalera lateral exterior de la torre , subir por unas escaleras de madera en muy mal estado hasta las campanas. Me dirijo a Lasieso por lo que según el mapa era una carretera local y me encuentro que no es ni camino ni carretera, por lo visto quisieron asfaltar la pista y la asfaltaron a “cachos” esto provocó unos tremendos socavones donde falta este haciendo del  camino  un suplicio para la espalda, este camino discurre por montes poblados de Quejigos, estos árboles de hoja caduca  es de los mas representativos de la península Ibérica y del Serrablo , suele estar entre altitudes de 600 a 1200 metros y pueden pasar de los 1000 años de edad, dan bellotas a partir de los 12 0o 15 años muchos son plantados por ardillas u otros animales que entierran sus bellotas y olvidad donde las enterraron. El Quejigo puede poblar todo tipo de suelos y climas en esta zona además favorece la implantación en sus bosques de muchas formas de vida, más adelante cruzaremos el Río Guarga, dejaremos un camino a la izquierda que conduce a la Central Eléctrica seguiremos rectos,  me encuentro con una cascada maravillosa que baja de la montaña y va a parar al Río Guarga. Por fín llego a Lasieso y me quedo maravillado de la Joya de San Pedro de Lasieso.

El Conde Sancho Ramírez, hijo ilegítimo del Rey Ramiro I, fundó la congregación canónica de San Pedro de Lasieso, bajo regla de San Agustín, hacia 1118 pasó a ser priorato. El carácter monástico de sus orígenes queda reflejado en su planta de dos naves desiguales y al exterior, en su doble cabecera de ábsides diferenciados, con friso de baquetones el menor y liso el mayor. Para algunos, esto indica una clara sucesión temporal, correspondiendo cada uno de ellos a la primera y segunda mitad del siglo XI, respectivamente. Para otros autores, las dos naves datan de la época de fundación mencionada, momento en el que la tradición autóctona empieza a ser desplazada por un románico más homogéneo. Por ello algunos elementos de la arquitectura larredense habrían desaparecido, como los arcos de herradura, los marcos y la arquería ciega de los ábsides. En la parte baja de Lasieso hay una necrópolis con tumbas antropomorfas orientadas este-oeste que evidencia la importancia de este doblamiento en siglos altomedievales.

Se van formando nubes de tormenta, comenzando a llover por Sabiñánigo por lo que decido volver lo más rápido posible hasta Hostal de Ipiés comienzo y final de esta ruta.

Los pastores aragoneses de esta zona tenían su propio vocablo, que yo mismo he oído de pequeño por las Cinco Villas y se sigue utilizando en otras zonas de Aragón.

Boira: Niebla muy  espesa.

Tronada: Tormenta fuerte con muchos truenos lluvia o granizo.

Espinguetero: Zagal que anda por donde van las cabras.

Estozolar: Caer de cabeza desde algún sitio o resbalar.

Patera: Enfermedad de las ovejas, con hinchazón en una pata.

Sobaquillo: forma de tirar las piedras los pastores.

 

Las fotos están ordenadas por orden de ruta.

 

Serafín Martín.

 

Fuentes propias.

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MIS RUTAS

 

©  Cheluy -Sera 2005