Ruta 162 por Soria. Ruta de los Torreones Medievales. Matalebreras. Castilruiz,  Fuentestrún, Trévago,  Magaña  y  Montenegro de Agreda.

 

 

Ruta 162 por Soria. Ruta de los Torreones Medievales. Matalebreras. Castilruiz,  Fuentestrún, Trévago,  Magaña  y  Montenegro de Agreda.

Salgo con El 10 de Noviembre de 2016 llevo en Matalebreras un total de 12.418 Kilómetros.

Matalebreras  y el territorio que hoy conforma su término está ligado a su situación en una zona de paso, a los pies del Puerto del Madero, que comunica el Alto Duero con el Valle del Ebro. Su término limita con Muro de Agreda, Olvega, Montenegro de Agreda, Castilruiz y Fuentestrún. Pertenece a la comarca del Moncayo y forma parte de la diócesis de Osma que a su vez pertenece a la archidiócesis de Burgos.
En época romana este camino este camino sabemos que discurría por el Sur del actual término, conservándose su trazado en la cañada que unía Soria y Tudela. Se trataba de la que conocemos como Vía XXVII del itinerario de Antonino, que unía Caesaraugusta (Zaragoza) con Artúrica (Astorga), concretamente en el tramo que discurría entre las ciudades de Augustobriga (Muro de Ágreda) y Numancia (garray). En estas calzadas romanas de cuidada construcción se iban marcando la distancia con hitos de piedra cilíndricos, denominados miliarios, por la unidad de distancia usada por los romanos, la milla. Se encontraron dos en el término, hoy están fuera de su lugar originario, uno en el juego de pelota del pueblo, el segundo en el Museo Numantino, con una inscripción que nos informa de que fue erigido por el Emperador Trajano entorno al año 100 DC. Próxima a esta calzada se ubicaba una villa, que era a la vez una mansión y una gran explotación agraria que estuvo ocupada durante todo el periodo romano, de la que hoy solo se ven algunas tejas y cerámicas dispersas por la superficie. Además presumiblemente proceden de esta villa los restos de las columnas hoy colocadas sobre la tapia del frontón, dos basas áticas con fuste liso, y una inscripción funeraria, de Quinto Minucia Paterno, hoy en una colección particular.

Matalebreras no se encontraba lejos de la vía romana correspondiente  al Itinerario número 27 de Antonino. Madoz nos recuerda que "...dentro  del término se encuentran dos columnas del tiempo de los romanos..." haciendo referencia a sendos miliarios. En el parque de Matalebreras todavía se conserva algo de una vía romana. Por el Sur del término de Matalebreras discurría en época romana la Vía XXVII, en el tramo que unía las ciudades de Augustobriga (Muro de Ágreda) y Numancia (Garray). Eran caminos enlosados sobre capas de piedras, gravas y arena, en los que se iba marcando la distancia recorrida con grandes piedras cilíndricas, que se disponían en los laterales cada milla, unidad romana de distancia equivalente a 1478 metros, por lo que se denominan miliarios

Escondida cerca del frontón de Matalebreras, puede apreciarse un torreón que  era una torre de defensa que está en estado de ruina, se encuentra dentro del pueblo y puede visitarse libremente. Se encuentra visualmente comunicada con las de Trébago (6 kms), Montenegro de Ágreda (2,5 kms) y Muro de Ágreda (5 kms). Completamente desmochada, al parecer durante el pasado siglo para  evitar el peligro de derrumbamiento que presentaba para las casas, hoy solo queda la parte inferior de lo que fue uno de los torreones que se edifican en el entorno de la Sierra del Madero y el Río Retuerto a partir del Siglo X, cuando esta zona era un lugar de frontera entre los reinos cristianos del Norte y los musulmanes. Estaba construido en mampostería trabada con cal en tongadas mediante encofrados de planta rectangular. La puerta se encontraba en el primer piso y la torre pudo alcanzar una altura de veinte metros, como presentan algunas de la zona. En torno a estos puntos fortificados surgen pequeños núcleos de población que en algunos casos, como Matalebreras, han perdurado hasta la actualidad.

Volvemos a reconocer evidencias de doblamiento en la época plenomedieval, esta vez ya se localizan en el actual pueblo se trata de uno de los torreones de planta rectangular, que surgen en el entorno de la Sierra del Madero y el Río Retuerto, cuyo origen se sitúa en el siglo X, momento en que esta zona forma parte de la frontera entre los territorios musulmanes y cristianos. Estas torres debieron servir de refugio y para controlar el territorio inmediato, y poco a poco servirán como gérmenes de núcleos de población que van desarrollándose a la sombra de estas construcciones defensivas.

Será a partir del siglo XII cuando esta área pasa definitivamente a manos de los reinos cristianos, en un primer momento al aragonés, y definitivamente al castellano, que relanzará el asentamiento de la población con comunidades de villa y tierra. Surgirá así el Consejo de Ágreda, una de cuyas aldeas es Matalebreras, que aparece nombrada por primera vez en un documento en 1291. A partir de este momento se va configurando la actual localidad con sus diferentes elementos, trazados de calle y edificios más característicos, en un proceso continuo hasta nuestros días.

Elemento fundamental es su localización junto al camino, posteriormente carretera, que une Soria con Ágreda, que comunica la Meseta Norte con Navarra. Esta ubicación ha influido tanto en el trazado de calles y estructura del pueblo, como en la importancia del trabajo de arriero entre sus habitantes, aunque a tiempo parcial, ya documentado en el Siglo XVIII. Además otros caminos comunican Matalebreras con localidades inmediatas, mereciendo especial atención, el que se dirigía a Muro de Ágreda, donde en la época medieval se levantó un pequeño puente de dos ojos y que tuvo tramo empedrado.

Entre los edificios más característicos de la localidad, la Iglesia gótica de San Pedro Apóstol, de estilo gótico. Construida en la segunda mitad del siglo XVI, la capilla y la nave son de ésta época, con añadidos del XVIII, si bien la pila bautismal románica nos informa de la existencia de una iglesia anterior de la que no se conserva nada. El edificio construido en piedra cantera, su pórtico de piedra tallada con un soportal de dos arcos de medio punto. El pueblo colaboró en la financiación, y Gabriel de Pinedo realizó el altar Mayor.  Con la guerra civil se destruyeron las campanas y fueron sustituidas por las actuales. Al lado de esta iglesia hay una calle llamada la huesera porque existió un cementerio al lado de la Iglesia. Se aprecian  tres casas blasonadas del siglo XVII y XVIII con un estilo muy señorial, una de ellas perteneció al marqués de Velamazán.

En los alrededores de la localidad surgen una serie de construcciones que prestan servicio a los habitantes del pueblo, un profundo aljibe en el “Prao del Hoyo”, que permite recoger el agua subterránea abundante en este lugar, y a decir de los vecinos, encauzarlas para abastecer la fuente del pueblo que fue “de exquisitas aguas”, localizada junto al juego de pelota hoy tapada. Al norte junto al barranco de Valtabarro se construyó un dique de más de ciento cincuenta metros de longitud, la llamada pared de los moros, para controlar las avenidas de dicho arroyo, evitando las inundaciones de la localidad, y dirigir las aguas hacia la laguna de Añavieja, hoy desecada por completo. Junto a las ruinas de la Ermita de de San Isidro que solo conserva sus muros exteriores, (Que en el Siglo XIX estuvo bajo la advocación de San Blas  y San Sebastián). A 300 m de distancia del pueblo cerca de la carretera de Montenegro se construyó un nevero, o pozo seco con grandes piedras sin labrar en forma circular, para tener hielo hasta en las épocas más cálidas del año, que estuvo en uso, al menos desde el siglo XVIII, se utilizaba para acumular nieve en invierno y se usaba como nevera.

, El aljibe es una estructura de planta cuadrada, que esta construido con sillares de arenisca trabados con argamasa y cubierta con una bóveda de cañón. Se trata de un aljibe que alcanza una profundidad de más de siete metros que se abastece de agua a través de dos pequeñas aberturas en la parte inferior de su pared oeste. En su entorno se localizan varios pozos y han aparecido caños de barro para la conducción del agua, para aprovechar las aguas subterráneas. Esta cisterna debía abastecer a la fuente vieja oculta en la actualidad junto al frontón, y su agua llega hasta el lavadero. Terminada mi visita sigo ruta hacia Castelruiz.

 

En el kilómetro 2,20, salgo a la carretera SO-630

En el kilómetro, 5,58 llego a Castilruiz

Esta pequeña población soriana de la Tierra de Ágreda está ubicada en el nordeste de la provincia, en la falda del Moncayo junto al río Añamaza o Manzano, afluente del Alhama en la vertiente mediterránea. Al sur de la Sierra Atalaya Vieja. El pueblo ocupa una pequeña elevación del terreno, junto a una extensa vega de secano. Desde el punto de vista jerárquico de la Iglesia Católica forma parte de la Diócesis de Osma la cual, a su vez, pertenece a la Archidiócesis de Burgos.

Pocos datos se poseen de la existencia de Castilruz en tiempos atrás, Únicamente parece que existiese gracias a un Diploma que data del 17 de Junio de1291 en el que nombre del pueblo de Castilruiz aparece como Castiel Roys. Si la toponimia no nos engaña, debió existir algún tipo de fortificación en el término, ya que Castilruiz sería el castillo de Ruiz.

En este documento aparecen otros dos núcleos poblados, dentro de nuestro actual término: La Laguna  y San Andrés. Pero pronto desaparecieron porque en el censo de 1594 ya no aparecen.

Simplemente observando los alrededores podemos suponer que la loma sobre la que se asienta el pueblo pudiera haber estado habitada antes de nuestra era, dada su excelente posición frente a la vega que se extiende hasta la sierra del Moncayo y Madero, siguiendo a sus espaldas el Sistema Ibérico.
Los asentamientos cercanos más antiguos fueron Trebago (Trévago), a cuatro kilómetros, y Óbriga (Muro), a siete.
Estos eran castros celtibéricos amurallados ya por los siglos VII-VI antes de nuestra era.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional, entonces conocido como Castil-Ruiz y Granja de Conejares en la región de Castilla la Vieja, partido de Ágreda5 que en el censo de 1842 contaba con 144 hogares y 580 vecinos.

A mediados del siglo XIX crece el término del municipio porque incorpora a Añavieja.

Arquitectónicamente destaca la Iglesia de San Nicolás de Bari patrón del pueblo. Con las armas de Fuenmayor y Castejones (familias nobles de Ágreda) y la ermita Nuestra Señora de los Ulagales. Este santo vivió según cálculos aproximados del año 280 al 345.
En el siglo XVI se construyó la primera parte de la iglesia. Consta  del presbiterio, 2 capillas y la torre en piedra, donde esta el campanario.

En el Barroco se remodelaron las capillas que dan al pórtico, se hizo la sacristía y se construyeron las paredes del templo que van por ambos lados desde las capillas hasta la torre.
La iglesia se utilizaba como cementerio, como ocurría en muchos pueblos.
Esto quedó  probado cuando debido a una gran tormenta se desplomó parte del muro de la iglesia, y quedó abierta y visible la parte de cementerio con los huesos.
Esta parte se reconstruyó con piedra y actualmente esta totalmente remodelada de piedra en línea con el resto de la iglesia. 

A la salida del pueblo paro a visitar la ermita de San Roque es uno de los grandes santos populares. En  Castilruiz existe una pequeña capilla a las afueras del pueblo en su nombre. En la talla del  Santo se le acompaña  un  perro, este fue su salvador. Cuando San Roque enfermó se marcho al bosque para no infectar a los vecinos y recibía cada día la visita de un perro que le llevaba un panecillo. El animalito lo tomaba cada día de la mesa de su amo. Cuando el amo se dio cuenta persiguió al perro y encontró a San Roque, lo cuidó y alimentó. Por lo que se considera que el perro realizó la curación después de lamerle la herida de su pierna varias veces cuando estaba en el bosque.

En Castilruiz se celebra una procesión el día 16 de Agosto. En ésta los vecinos entregan diferentes ofrendas al santo que serán subastadas en su capilla. La capilla es una edificación sencilla realizada en piedra con un arco en la entrada.

Terminada mi visita prosigo hacia Fuentestrún.

En el kilómetro 9 llego a Fuentestrún, pero primero paro a visitar una ermita, en la entrada del pueblo y junto a la carretera que viene de Castelruiz. Sitúa su caserío a una altitud de 1003 metros, alcanzando la cota más alta en el alto del "Prado Cabellero", que llega a los 1457 metros;  su término abarca unas 927 hectáreas de superficie.
Es un pequeño municipio situado en la zona soriana de Tierras de Ágreda. (La Rinconada). Terreno llano en su mayor parte y monte en el conjunto de la Sierra del Madero. Linda al Norte con Término Municipal de Valdelagua del Cerro, al Sur con Matalebreras, al Este con Castilruiz y al Oeste con Trévago.

El origen de Fuentestrún fue una villa romana, donde han aparecido restos de cerámica y una navaja como ornato.  Algunas de estas piezas se encuentran en el Museo Numantino de Soria

En el término existen distintos parajes; se incluyen como representativos: la Bandera y el Gurugú y el llano las cabras, la pelarda, los rozos, los barranquillos, la calera y barranco lobo, corral del tío Juanillo, el parro, barranco la culebra, los cantos, la solana, las conejeras, el barranco, los blanquizares, los rimados, la cañadilla, el caminazo, camino Valdelagua, la estacada, la llana, la coja, los ribazos, camino del puerto, los almendros, el caralcierzo, los inestrales, el aniversario, el altillo, las azas, río manzano, la serna, pecho de las cerradas, la sendilla, la ermita, el molinillo, el río, la parada, la poza, los cuadrejones, carramonte, la fuente de San Pedro, los corrales, la cuesta y otros. Y en el monte, la dehesilla, la dehesa, la solana, los quemados y la tejera, las fuentecillas y otros.

Su término municipal es muy rico en recursos hídricos, como lo demuestran la "Fuente del Pueblo", las "Fuentecillas" y la "Fuente de la Tejera", o el Río Manzano, que atraviesa el término de Oeste a Este; también proliferan las aguas subterráneas. 
El clima  es  típicamente continental, frío muy severo, con inviernos crudos y  heladas frecuentes, los veranos  son cortos y calurosos, aunque con temperaturas nocturnas bastante suaves.

Una pequeña parte del término se encuentra incluido en la Red Natura 2000 una Zona L.I.C. conocido como Cigudosa-San Felices. (Red Natura 2000 LIC ES4170055.

Es un pequeño pueblo de la tierra de Ágreda. La población ha disminuido considerablemente en los años de la emigración motivada por la industrialización. La antigüedad no se puede fijar pero debe de ser muy remota.  El hecho de la existencia del manantial de la fuente motivó a los primitivos a la fundación del poblado. De los celtíberos pueden ser vestigios las piedras grabadas en una ventana de la calle bajera, entre las cuales hay una que pudiera ser la figura del Dios-Sol sedente.
Parece ser que César tuvo una batalla con los celtíberos cerca del pueblo ya que se encontraron restos humanos en el barranco.
De los romanos hay muestras claras. La fuente nueva que tiene la picota y los caños con el pilón abrevadero, es de fines del XIX. Hubo varias casas con escudos nobiliarios que fueron vendidos o destruidos al derrumbarse las casas y al realizar las nuevas construcciones.
Al ser un pueblo de origen romano, se han hallado restos de vasijas, ánforas, navaja como ornato.  Algunas de estas piezas se encuentran en el Museo Numantino de Soria, donde se depositaron por los descubridores.

 

Se conserva un edificio que podría haber sido un hospital o albergue de peregrinos, ya que discurría por el término una Calzada que se dirigía a Santiago de Compostela. El camino de Santiago de Fuentestrún es un ramal del entramado de caminos que hacían llegar a los peregrinos procedentes de la Rioja, Navarra, Zaragoza y Soria hasta Santiago de Jubera. Muestra de ello es la casa del siglo XVI a que hemos hecho referencia.
Las dos manifestaciones de la arquitectura religiosa con las que cuenta el pueblo son la iglesia de Santa María Magdalena que es neoclásica del año 1790 de buenas proporciones. Es una iglesia de típica construcción castellana, con pórtico o "Portigao" a la entrada. Y la ermita de San Pedro Apóstol de 1700.

Lo que más me llama la atención es su conjunto de lavadero y fuente. Hasta la llegada del agua corriente a las casas, la fuente y el lavadero eran uno de los lugares más concurridos del pueblo. Aquí se acudía a coger agua para el consumo, abrevar a las caballerías y lavar la ropa. Las mujeres elaboraban su propio jabón utilizando las grasas y aceites sobrantes de la matanza que mezclaban laboriosamente con sosa caústica en grandes barreños de zinc. Para blanquear la ropa blanca utilizaban ceniza y azulete, que junto con la exposición al sol surtían su efecto.
Referencía al “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar” de D. Pascual Madoz.
FUENTESTRÚN: lugar con ayuntamiento en la provincia de Soria (6 leguas), partido judicial de Agreda (2 leguas), audiencia territorial y capitanía general de Burgos (35 leguas), diócesis de Tarazona (6 leguas).
Situado en llano y combatido principalmente por el viento Norte, su clima es frío y las enfermedades más comunes, dolor de costado; tiene 72 casas, la consistorial con cárcel; escuela de instrucción primaria frecuentada por 60 alumnos a cargo de un maestro dotado de 40 fanegas de trigo y 400 reales; una fuente de buenas aguas que provee al vecindario para sus necesidades domésticas y ganaderas; una iglesia parroquial (Santa María Magdalena) servido por un cura y un sacristán.
Confina el Término con los de Castilruiz, Trévago y Montenegro; el terreno llano en su mayor parte, es de regular calidad, tiene algo de monte de mata baja.
Caminos los locales, y los que se dirigen a Soria, Agreda y Cervera. Correo se recibe y despacha lunes, jueves y sábado, en la estafeta de Agreda por un valijero.
Producción: trigo, morcajo, cebada, avena, lentejas y yeros; se cría ganado lanar y las caballerizas necesarias para la agricultura; caza de liebres y perdices.
Industria y Comercio: la principal industria que se ejerce, es la agricultura y cuando la ocupación de estas lo permite, se dedican algunos vecinos a la arriería, exportan huevos y el sobrante de frutos y en cambio importan pescados frescos, aceite y otros artículos de consumo que faltan.
Población: 74 vecinos, 296 almas.
Capital: imponible: 35.126 reales.
Presupuesto municipal: 1.364 reales, se cubre por reparto vecinal.

En la actualidad el sector primario es predominante, preferentemente economía agrícola y ganadera. La modernización de técnicas, cultivos y utensilios.

Se hace patente, pasando de las caballerías, los carros y galeras a la moderna maquinaría agrícola.
Antiguamente las faenas en el campo como el segado, acarreado, trillado y ablentado era todo a base de trabajo manual y caballerías; venían cuadrillas de segadores y peones guardando fiesta el día de Santiago Apóstol.
En la zona de la Fuente y del río, existen todavía los huertos, todos contaban con su pozo de donde se extraía el agua para riego; tan sólo siguen activos unos pocos, donde se plantan alubias verdes, tomates, patatas, pimientos, cebollas, ajos, puerros y otras hortalizas pero la mayoría de ellos están parados.
La energía eólica ha supuesto una transformación de nuestro entorno con importantes  beneficios para el pueblo.
La conversión de la energía contenida en el aire en movimiento giratorio encuentra su clave en un diseño especial de las palas de la hélices que activan los generadores de corriente; así en nuestra Sierra se hallan instalados parte de los aerogeneradores de los Parques Eólicos Tetis y La Luna a cargo de la empresa Danta de Energías S.A.
Históricamente, además se compaginaba la actividad agrícola y ganadera con actividades comerciales mediante la “arriería” basadas en la venta de aceite, huevos, vino, sal, jabones, pimentón y otras especias que realizaban con las caballerías y carros lo que les obligaba a pernoctar en las antiguas posadas, aunque con la evolución y paso del tiempo fueron adquiriendo furgonetas y pequeños camiones. También hubo en otros tiempos adoberos, albañiles, alpargateros, carboneros, carpinteros, esquiladores, herreros, hilanderos, panaderos, tejedores, tenderos y otros de menor importancia.

Terminada la visita continúo viaje.

 En el kilómetro 11,53 llego a Trévago

Trévago es una localidad situada en el noreste de la provincia de Soria, en las estribaciones de la Sierra del Madero. El municipio está a una altura aproximada de 1.000 m sobre el nivel del mar, a 18 Km de Ágreda y a 50 Km de Soria. Se accede por la N-122 hasta Matalebreras y, desde aquí, recorriendo 8 Km en dirección Castilruiz - San Pedro Manrique. La comarcal de Almajano - El Espino reduce la distancia a la capital a 38 Km.

Enclavado en plena Sierra del Madero, al nordeste de de la provincia Trévago posee un clima frío, con inviernos largos y de temperaturas bajas, si bien se ha perdido el rigor de tiempos pasados. Los veranos son agradables, frescos y suaves.

El cielo de Trévago es despejado y claro en la mayor parte del año, salvo los días cubiertos del invierno. Las nieblas son escasas, y las lluvias vienen determinadas por los vientos, así como por la influencia de la cordillera ibérica. La temporada más larga y menos abundante de lluvias va de septiembre a febrero y la más corta e intensa de abril a junio.
Los vientos más frecuentes en verano/otoño son:
Navarrillo (puede causar granizadas, procede de los Pirineos y es húmedo y lluvioso), Bochorno (seco y áspero, del sur) y en invierno, Gallego (frío y húmedo) y Cierzo (norte, de muy baja temperatura). 

En el municipio destacan dos formaciones de vegetación en nuestra flora:

Monte alto, formado por robledales, cajigos, encinas y algunos otros árboles de diferentes especies: pino, manzano silvestres, ... Además, en lugares regados por aguas de manantial se encuentran choperas, álamos, olmos, fresnos, ...

Monte bajo, más tupido y espeso, que ofrece estrepas, jara, sabinar, romero, enebro, endrinos, zarzales de mora, calambrujos, zaragatos, espino... Los pastos no existen en grandes praderas, pero como una alfombra se extienden plantas rastreras y pastizales que cubren los terrenos del monte.

De esta flora silvestre se obtienen frutos muy variados como las moras, bellotas, endrinas, calambrujos, y de tallos blandos los juncos, la zarzaparrilla. También hongos y setas (de cardo, chopo, ...).

Entre las plantas medicinales destacan la manzanilla y el té, diseminadas en grandes cantidades por el monte; y también tomillo, cardos, ajenjo, salvia, madreselva, hiniesta, zarza, gayuba,... que facilita las pócimas.

Cada año se hace una corta controlada y rotativa del monte, de robles, cajigos y carrascas, que se reparte entre los vecinos para uso de combustible.

Trévago disfruta de una arboleda plantada hace más de 100 años, por iniciativa de su alcalde de entonces, D. Ángel Martínez Laceras, y con apoyo de los vecinos, que transcurre a lo largo del río y en los alrededores del pueblo.

En cuanto a la fauna, hay muchas aves, comunes: estorninos, calandrias, picobarrenos, cardelinas…, rapaces: lechuzas, águilas, búhos, de caza: codorniz, paloma torcaz, perdiz. Y como fauna propia del monte se encuentran jabalíes, ciervos, zorro, tejón, liebre y conejo.

El origen de Trévago es muy antiguo, tanto que es posible que desde la invasión celta, sobre el año 700 a.C., ya existiese y aunque no sabemos el emplazamiento certero en esas fechas, los restos encontrados indican que existió el poblado.

Lo cierto es que en un entorno relativamente pequeño se han encontrado restos de diez castros celtíberos: Con el nombre de El Castillejo tenemos tres: uno en El Espino (término de Suellacabras); otro en el término de Ólvega, junto al despoblado medieval de Araviana, y un tercero en el término de Valdeprado. El nombre de Los Castellares, (los castillos), designa el castro en el término de Magaña, La Mora en Fuentes de Magaña, La Muela en Campiserrado, La Torrecilla en Valdegeña y Las Cerradas de San Martín en Suellacabras. Estos tres están en la cuenca del río Montes o Mayor, afluente del Alhama por su izquierda.

Las Peñas de Castejón, en Montenegro de Ágreda (término municipal de Matalebreras), y Trévago en el mismo solar urbano de lo que ahora es el pueblo, se encuentran en la cuenca alta del río Añamaza, afluente del Alhama por su derecha. Es así que todos estos castros están comprendidos dentro de la cuenca alta del Alhama y sus afluentes, formando un entorno y hábitat de características muy afines.
 Época celtíbera

Los hallazgos celtíberos son numerosos, tanto de hierro como de piedra y de cerámica, y de todos ellos sobresale una piedra con caracteres íberos, perfectamente visibles. El historiador soriano Fernando Romero, en colaboración con María Lourdes Albertos Firmat, han publicado un estudio de esa estela trebagueña en la revista Seminario de Arte y Arqueología, de la Universidad de Valladolid, 1981.

También molinos de piedra arenisca, moldes de fundición para fabricar puntas de flechas, etc.

De época romana se han encontrado piezas de cerámica denominada terra sigillata, ladrillos de pavimento, opus tesellatum, monedas de época imperial, tuberías de conducción de agua de plomo, y abundantes tejas de la época. Sin embargo, los hallazgos más importantes son:

Una inscripción en la casa del santero, junto a la ermita, que traducida a nuestro idioma habla de un voto que alguien hace a Hércules por un favor recibido.
El segundo es una estela funeraria encontrada en una finca con esta inscripción: "A Marco Culiérico, hijo de Gusiono, augur. Murió de 35 años, en el límite de los arcobrigenses. Marcelo la dedicó y cuidó de hacerla". Esta estela habla de una ciudad, Arcóbriga, la actual Monreal de Ariza y nos dice que el área de influencia de su poder llegaba hasta Trévago.

El tercero es otra estela con esta inscripción "Junio Gaelo, hijo de Gabilo, de 55 años de edad, murió. Su hijo Arenia cuidó de hacerla". Podemos añadir el puente sobre el río Manzano, que serviría de paso a alguna vía secundaria, que comunicaba el alto Duero con el valle del Ebro.

El origen de Trébago es muy antiguo, tanto que es posible que desde la invasión celta, sobre el año 700 a.C., ya existiese. Los celtas se establecieron en la Meseta como pueblo agricultor y pastor. Habitaban en castros fortificados en alturas, para dominar el valle y controlar a los enemigos. Portan consigo objetos de hierro e introducen este metal en la península.

Se conservan restos de inscripciones en lengua celtíbera, que José Lázaro guarda celosamente en su museo. También molinos de piedra arenisca, moldes de fundición para fabricar puntas de flechas, etc. No sabemos el emplazamiento certero de Trébago en estas fechas, pero los restos encontrados indican que existió el poblado, como también lo hubo en Fuentestrún, en las Peñas de Castejón, donde sí se encuentra la muralla caída, y en El Espino.

Un estudioso, Ramón Menéndez Pidal, a principios de siglo, habla de que el sufijo "aco" se encuentra por millares en topónimos de la meseta, y que es de origen celta. Habla de ejemplos claros de origen celta y cita a Sayago, Litago, Sarnago y Trébago, como enclaves de este pueblo. Lo que no es poco, afirmar que Trébago ya existía en fechas anteriores a la llegada de los romanos a España.

La llegada a la península de los árabes en el año 711 despobló estas tierras. Solamente Magaña y Agreda quedan como puntos fuertes de la presencia árabe en la zona. Y esta tierra oriental soriana será frontera entre los reinos de Aragón, Navarra y Castilla y quedará sujeta a los vaivenes que marque la reconquista.

En el año 915 se cita a Trébago, cuando el rey de Navarra, García Sánchez, conquista Agreda y su comarca a los musulmanes. Pero estos territorios se pierden y no son reconquistados definitivamente hasta 1119, año en que Alfonso I, el Batallador, rey aragonés, repoblará hasta Soria todo el territorio.

Por tanto, es entre los años 915-1119 cuando la presencia árabe en Trébago es un hecho. Y nos queda como vestigio la torre de la iglesia o atalaya defensiva, que posteriormente se incorporó a la misma.

Estas fortalezas pasarán en 1134 al rey de Castilla, Alfonso VII, que las repoblará definitivamente. A partir de esta fecha Trébago comienza a resurgir de nuevo, y su atalaya, como bien afirma Santiago Lázaro, defendía y vigilaba el paso natural constituido por la parte norte de la Sierra del Madero y la Sierra Mediana, que separan las cuencas de los ríos Duero y Ebro.

Así pues, desde el siglo XI, Trébago comienza de nuevo a tener vida, en la frontera, entre Castilla, Navarra y Aragón, dependiendo del obispado de Tarazona y del reino de Castilla. Y a partir de estas fechas ya encontramos referencias constantes sobre Trébago y pueblos vecinos en los archivos de Agreda.

 

Junto a la Iglesia se encuentra el Torreón de Trébago, de manufactura árabe-beréber, edificada en la primera mitad del siglo IX. Se puede destacar como monumento más característico, aunque también se puede destacar las ruinas de varios poblados que parece que en esa época estuvieron en todo su esplendor,
Estas ruinas se encuentran en el Frontal (al que llamaban Trevaguillo, con restos de paredes, así como de vasijas, tejas, piedras labradas circularmente y otros de barro) y los Casares.

Este torreón es el más septentrional del conjunto de torres de la zona, comunicándose visualmente con los de Matalebreras y Montenegro de Ágreda. Esta torre guarda entre sus muros la leyenda de “La mora encantada de Trébago” En la que la hija del Alcaide se enamoró de un cristiano cautivo. En esta leyenda se busca el origen de la Ermita de la Virgen del Río Manzano.

Este torreón, con una pequeña tendencia piramidal, es como todas las fortalezas árabes de este porte, de planta cuadrilonga, con unas medidas de 7'70 m. en sus caras este y oeste, y 6'40 en las fachadas norte y sur. Tiene una altura de unos 16 m. incluidas almenas y dividida la construcción en cinco cuerpos, separados por una hilada de losas o piedras planas, que los marcan nítidamente. Estas tres hiladas se corresponden interiormente con tres niveles cuyos pisos estaban sostenidos por vigas de madera empotradas en mechinales que sostenían pisos de madera. Por descontado no hay arcos de ninguna especie ni ménsulas. El tejado era de teja árabe. En cada uno de los niveles había saeteras, así como en las cuatro fachadas.

El espesor de los muros en su base es de 2 m., y están construidos a base de piedras irregulares, dispuestas ordenadamente por su cara más lisa y adecuada en el paramento del muro, y sólidamente aglutinadas por argamasa de cal y arena, elementos clásicos de las construcciones fortalezas de los árabes, formando todo ello un solo cuerpo, muy sólido, resistente y perdurable, y que explica su excelente conservación después de más de mil años de su construcción. Sus cuatro fachadas están orientadas correctamente al norte, sur, este y oeste, constando el torreón para su acceso, de una puerta de entrada en la fachada oeste, con arco de medio punto, con jambas, dovelas y clave, hechos de piedras labradas, sin ninguna clase de adornos ni marcas de cantero.

Esta puerta está ubicada al nivel del primer cuerpo del torreón, lo que hace que quede a una altura del suelo, de unos cuatro metros, dispuesto así como medida defensiva, en caso de asedio o de una algara cristiana. El acceso a dicha puerta, como el de los pisos o niveles interiormente, entre sí, se hacía mediante escaleras de madera, recogiéndose la que daba acceso a la puerta, y metiéndola en el torreón, cuando este era acosado. El grosor de los muros, que en su base hemos dicho que es de 2 metros, en el remate de las almenas es de sesenta centímetros. Actualmente la planta baja es una dependencia de la iglesia, la cual está adosada a sus caras norte y oeste mediante una oradación hecha en el muro, y que hace como uno de los brazos de la cruz latina de la planta de la iglesia, y en tiempos anteriores fue también sacristía. la sacristía se agrandó con una construcción adosada a la fachada oriental del torreón, en donde en tiempos árabes pudo haber existido otras dependencias de la torre, y formar un recinto fortificado, con casi categoría de medio castillo.

 

De Época Medieval y Contemporánea se pueden encontrar varias edificaciones, incluso algunas de ellas aún se pueden admirar en la actualidad.
 
POSTIGO
Los pósitos eran instituciones municipales, destinadas a almacenar cereales para su préstamo a los campesinos en épocas de escasez. Datan del siglo XVI al XVIII. En una casa
, junto a la escalera principal de acceso a la Iglesia, se encuentra una inscripción labrada en piedra que certifica la existencia en Trévago de uno de ellos.

FUENTE
Junto al frontón está la fuente, otro símbolo del pueblo por lo que ha representado a lo largo de su historia. En julio de 1995 se arregló, se relabró y repintó la inscripción en la que puede leerse cómo se reedificó por los vecinos del pueblo en el año 1838.

ESCUELAS
Las primitivas escuelas fueron inauguradas en 1929. Hoy se conserva el antiguo edificio, que ha sido rehabilitado en 1999, y en su interior alberga el Salón Social "Las Escuelas" y la sede de la Asociación de Amigos de Trébago.

Estando fotografiando el torreón y la iglesia llego el párroco, una persona muy puesta en la historia del pueblo y la torre y la iglesia. Incluso me invitó a visitar el interior de torreón, lo que me pareció maravilloso, pero desgraciadamente, las llaves no las tenían y recordó que se las había dejado al alcalde, con tan mala suerte, que no estaba. Aún así el hombre me invito a subir al coro para ver y fotografiar una rareza . Esta consiste en que el arranque del fuste de uno de los arcos es una cabeza humana, pero que en posición erguida normal no se aprecia, el cura me insistió en que me acercara y me acachara , entonces ni perfectamente el rostro humano, pero además con la boca abierta y según la leyenda, si introducías la mano y te muerde es porque mientes. No me pude resistir e introduje la mano, y no me mordió, quedándome más tranquilo. Desde el coro se me permitió por una escalera de caracol mareante hasta el campanario.

L a Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción o de la Virgen del Río Manzano, como se la denomina en Trébago, es de estilo gótico, construida a mediados del siglo XVI. Su construcción fue posible por el auge que por esas fechas todavía perduraba de la ganadería trashumante de merinas y la correspondiente lana que esos ganados producían, y también por el incipiente y pujante desarrollo agrícola. Debió de existir una primitiva iglesia románica rural porque en el exterior de la iglesia se encuentran aprovechadas como paramento dos lápidas funerarias de la época. Y en el interior se encuentra la pila bautismal, ejemplar prerrománica exquisita, que tiene arcos de herradura entrecruzados y decoración floral. Denota influencias mozárabes indiscutibles. Sería para practicar el bautismo por inmersión, dadas sus medidas, con 77 cm. de altura y dos diámetros de 120 y 80 cm. Su forma es troncocónica invertida.

En 1.717 se termina la obra decorativa más importante de la iglesia, el altar mayor. Así lo dice la inscripción que hay a sus pies:
Este retablo se doró con la industria y limosna de los vecinos de Trébago, y se concluyó en 1.717
Es de estilo barroco churrigueresco y está dedicado a Ntra. Sra. de la Asunción. Y a sus lados se encuentran San Juan y San Pablo. Se corona con un calvario.

En las fiestas, es típico el Baile de la Virgen, danza cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, que sólo bailan los hombres, y que hasta hace pocos años, debían cumplir el requisito de haber nacido en Trébago. Hoy en día, dada la despoblación rural de los pueblos pequeños, se permite también el baile a los hombres descendientes de hijos (hombres o mujeres) del pueblo.

La ermita de la Virgen del Río Manzano está situada a 2 Km del pueblo. Es una ermita de grandes proporciones, de planta rectangular, con la sacristía adosada en su fachada este, en la que también se encuentra el campanario.

Su construcción la ubicamos a finales del siglo XVII o principios del XVIII, y la creemos de estilo barroco final. El retablo, que según inscripción grabada en su antepecho indica que fue dorado en el año 1781, tiene columnas con cuerpo estípite, bastante adornado y de estilo barroco. La puerta de entrada, abierta en la fachada sur, es un arco escarzano, con jambas y dovelas adornadas con una hendidura en toda su longitud, sin más adornos.

La ermita tiene adosada en su fachada sur la casa del santero, en la que formando parte de una de las jambas de la puerta hay un fragmento de una ara romana, con la correspondiente inscripción, en la cual aún se puede leer la palabra Roma o romano, además de otras. También están empotradas, en el paramento de la pared oriental de la casa, dos cruces del antiguo calvario, realizadas en piedras sin labrar de arenisca, igual a las que había en el camino de subida a la ermita, ahora la mayor parte desaparecidas.

Consideramos muy probable que en el solar que ocupa la ermita actual hubiese en la edad media otra ermita de dimensiones más modestas, y va más acorde con la leyenda de la Mora Encantada ,  que hace alusión a la aparición de la Virgen del Río Manzano para indicar en dónde debería construirse su ermita, y que era precisamente el lugar en donde está la actual ermita, del siglo XVIII.

Los únicos restos que podrían acreditar la existencia de esta otra ermita medieval, de la Virgen del Río Manzano, son las cruces del calvario, dos empotradas en la casa del Santero, y otras cuatro que todavía perduran en el camino, aunque fuera de su ubicación.
 

Una costumbre singular de Trévago era dar alojamiento a los mendigos a reo de vecino

No se sabe de cuándo data esta  humanitaria costumbre, pero a juzgar por los relatos de los viejos antepasados del lugar pudo tener sus raíces en el último tercio del pasado siglo XIX.
El alguacil estaba encargado de llevar la cuenta del riguroso turno vecinal y distribuir los pobres en una o varias casas, siempre uno por vecino; a él acudían los mendigos (generalmente al anochecer) solicitando ser acompañados a la casa que les cobijaría hasta el día siguiente. Allí se les daba de cenar, arrimo a la lumbre y alguna manta para que se abrigaran y durmieran en el pajar. La cena por lo regular consistía en unas sopas de ajo, un par de torreznos y según épocas unas ronchas de morcilla u otras cosillas que nuestras madres y abuelas (siempre previsoras) guardaban en la alacena o en aquella cesta de mimbre que pendía durante todo el año del techo en el rincón más oscuro de la cocina. Este menú que se les daba a los pobres solía ser el mismo que la familia cenaba por tradición, ¡eran tiempos de estrecheces!
Esta costumbre dejó de practicarse en el año 1936, comienzo de la guerra civil, por razones obvias.

Desde aquí prosigo hacia Magaña. Comenzando  un ascenso hasta el kilómetro 15,80

En el kilómetro 20,50 termino el descenso y llego a Magaña. Este Municipio ya pertenece a Las Tierras Altas Sorianas.

Entro a Magaña por la Ermita de la Virgen de Barrouso. Esta Ermita con ábside rectangular, según autores de posible origen pre-románico.
Y cabecera presuntamente prerrománica con planta de herradura  en el interior, semiexcavada en la roca.
La titular románica del XIII, en retablo del XVII, es la patrona de Villa y Tierra. Decorada en su interior con interesantes frescos populares.

Magaña es un municipio de la provincia de Soria que pertenece a la Comarca de Tierras Altas, se encuentra situado al norte de la provincia.

Tiene 2 pedanías: Pobar y  Villaraso. Magaña Su altitud con respecto al nivel del mar es de 970 metros, y su extensión de 5.919 hectáreas.

Las tierras de Magaña están regadas por la ro Alhama de noreste a oeste, se aprovecha para el riego.
Dividen la villa en dos barrios y confluyen bajo el cerro del castillo.  Debido a esta gran cantidad de agua que penetra en estas tierras, en la antigüedad había cinco molinos y un batán.
El valle del río Alhama se extiende por el término de Cigudosa y penetra buena parte en el de Magaña, es por esto que se dan huertos familiares.
Su vegetación es muy exuberante, en su término hay estepa y se encuentran gran variedad de árboles tan apreciados como: la carrasca, el pino, chopos y robles, debajo de esta vegetación crecen cantidades de hierbas, que sirven para alimentar a los animales de este municipio, por ello en estas tierras hay gran cantidad de caza. Tanto caza mayor como caza menor. Destacan: el ciervo, el corzo, jabalíes, perdices, codornices y conejos. 

Su flora es abundante, por esto producen miel, muy valorada, con esta miel elaboran el mostillo, muy apreciado en estas tierras.
Destacan  especies aromáticas y medicinales como el té de huerto, el té de roca, el sándalo, la manzanilla, gran variedad de diferentes clases de tomillos, la hierbabuena y el romero.
Se cultiva alfalfa y esparceta, que sirve de alimento a las ganaderías, principalmente lanar.
En sus tierras de labor cultivan cereales, algunos de estos cereales  no son frecuentes en otros lugares de la sierra.
 Tiene clima continental, sus inviernos son fríos y largos, estos dan lugar a una primavera muy corta en las que son frecuentes las heladas nocturnas, y sus veranos son calurosos y cortos, con una temperatura que varía mucho del día a la noche.

El primer documento que habla sobre Magaña es del 14 de junio del año 1181, este documento es de Alfonso VIII, esta expedido en  Magaña, gracias a este documento sabemos que el rey se encontraba allí en esa fecha. 
Esta villa tuvo gran importancia y alrededor de ella se agruparon varios pueblos formando  la Villa de Magaña y su tierra.
Tenían posada, hornos de pan y por la gran cantidad de agua que pasa por estas tierras también tenía molinos.
Alfonso VIII estuvo allí el 14 de junio de 1.181.

Se supone sus orígenes a repobladores cristianos que perduraron a las batallas de Almanzor y se extendieron desde aquí hacia las tierras de Agreda.  A mediados del siglo XV el señorío de Magaña pertenecía al condestable Don Álvaro de Luna, valido del Rey de Castilla Juan II, en una época de enfrentamientos de Castilla contra los Infantes de Aragón y el rey de Navarra.
Magaña perteneció después a los Duques de Alba y al Marqués de Vadillo.

El castillo de Magaña es  considerado uno de los más importantes castillos señoriales del S. XV de la provincia de Soria. Además su estado de conservación es mejor de lo habitual. Sea como sea, lo que no se le puede negar es su sugerente y atractiva silueta, que mejor apreciarás desde la buena vista que ofrece la carretera que sube en dirección a Fuentes de Magaña o desde los puntos más altos del pueblo, con la vegetación desbordando sus lienzos y cubos en contraste con el ocre del paisaje, y con una alta torre del homenaje escondida por el también alto recinto interior del castillo.

Se encuentra situado en un empinado cerro próximo a la población y dominando a ésta, sobre el valle del río Alhama y el puente medieval
que lo cruza en este punto. En la ladera de este cerro encontraremos una ermita con ábside rectangular, según autores de posible origen
pre-románico.
El castillo, construido en mampostería,  está compuesto de doble  recinto en torno a la torre del homenaje, que es de origen beréber
del siglo IX-XI, muy anterior al resto del castillo por tanto, y que forma parte de la red de grandes torres aisladas de origen beréber
levantadas a lo largo del valle del Rituerto, como las de Masegoso, Trébago, Noviercas, Castellanos, La Pica o Aldealpozo. La torre
conserva restos del almenado superior y  algún ventanal con sillares labrados. El recinto interior, muy alto, es de planta cuadrada con
la torre del homenaje en una de sus esquinas, y cubos en las otras dos. El exterior, mucho más bajo y de planta irregular, cuenta con siete cubos repartidos por el perímetro del cerco.

El castillo de Magaña del Siglo XV, tipológicamente responde al estilo de las fortalezas señoriales, se alza sobre la cumbre de un elevado cerro cuya situación estratégica le permite dominar el paso del Río Alhama, vía natural de comunicación con Aragón y la Rioja, en los dominios de la Mesta. La mayor parte de los autores coinciden en señalar su Torre del Homenaje como el elemento más antiguo, construyéndose el recinto exterior a finales de esa centuria, como lo demuestra la existencia de aperturas para la artillería.

Históricamente se sabe que fue cedido por el Rey Juan II de Castilla a su válido Don Juan de Luna, quien tras caer en desgracia pierde parte de sus posesiones, entre ellas, Magaña. Tras sucesivos avatares en el año 1499 recaerá, por herencia, en Doña Beatriz Pimentel, suegra de Don Álvarez de Toledo, duque de Alba.
El castillo está constituido por dos recintos de planta trapezoidal y forma irregular, que se acomodan a la geografía del cerro. El exterior, al que se accede por la puerta principal, abierta al Noroeste, o por su pequeña poterna, al Sur, posee siete torreones circulares y una curiosa disposición defensiva del lienzo en arista viva. Los muros del interior están formados por un doble paramento que alberga la escalera de acceso al adarve; cuenta también con cubos en las esquinas, aunque domina sobre el conjunto la gran torre del homenaje que es, según la mayoría de los autores, el elemento más antiguo del castillo. En el espacio central, hoy completamente diáfano, se distribuirían en origen, un conjunto de dependencias domésticas distribuidas en varios pisos que se abrirían al patio, donde se excavó un gran aljibe con capacidad para más de 60.000 litros. Las inferiores se destinarían a cocinas, almacenes establos y habitaciones para la servidumbre, mientras que las superiores se ocuparían por los señores del Castillo.

La Iglesia de San Martin de Tours: tiene una nave única y ábside poligonal, iglesia gótica del Siglo XVI.
En su interior tiene un retablo barroco que denota influencia riojana en su escultura.
Alberga la talla de la Virgen de Monasterio, románica y proveniente de la antigua ermita que la actualidad está en ruinas.
Terminada mi visita y haber disfrutado de unas maravillosas vistas, inicio el regreso. Por lo que de nuevo inicio un ascenso hasta el kilómetro  26,51. A partir de aquí comienzo a descender hasta Trévago.

En el kilómetro 29,89 estoy de nuevo en Trévago, donde repongo agua en su magnífica fuente y me como las viandas.

Desde aquí parto por el camino a Montenegro de Ágreda.

En el kilómetro  33,32 llego a Montenegro de Agreda que  es una pedanía de  Matalebreras.
Pequeña aldea, de escasos siete habitantes censados, donde encontraremos de nuevo una iglesia fortificada, de origen románico con elementos góticos dedicada a Nuestra Señora la Blanca, utilizando como cabecera una torre de defensa realizada en mampostería de tapial, y que Ángel Lorenzo Celorrio (Revista de Soria, nº11 invierno 1995, pg29-36) estima de origen árabe, del siglo X, al estilo de las demás torres de defensa de origen beréber del valle del Rituerto, como la magnífica de Noviercas y las de Castellanos, La Pica, Aldealpozo, Masegoso, Hinojosa del Campo, Villanueva de Zamajón, las próximas de Trébago, Matalebreras, Torretartajo, Aldeaseñor, Castil de Tierra, Almenar, Valdegeña y quizá Almazul.
El acceso a la torre, a la que le falta gran parte del muro sur, se encuentra situado en la nave de la iglesia.
Madoz no hace ninguna referencia a la torre, aunque sí a la iglesia que dice estar servida por un cura y un sacristán.
Contaba entonces la localidad, mediados del siglo XIX, con 20 casas y 10 alumnos en su escuela.

Terminada mi visita continúo ruta.

 

En el kilómetro 37,32 kilómetros estoy de nuevo en Matalebreras principio y final de la etapa soriana de hoy,

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

http://guiadesoria.es/soria-y-provincia/pueblos-de-soria/250-fuentestrun.html

http://www.matalebreras.es/index.php/mod.pags/mem.detalle/id.11/relcategoria.1007/relmenu.37

 Texto de Isabel Rupérez y Jaime Fernández

https://es.wikipedia.org/wiki/Matalebreras

Textos de Isabel Rupérez y Jaime Fernández

http://www.magana.es/  Textos de Isabel Rupérez y Jaime Fernández

Esta información ha sido recogida de las revistas LA VOZ DE TREBAGO, editada por la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE TRÉBAGO.- TRÉBAGO (Soria).

http://www.trevago.es

http://www.trebago.com/historia.asp

http://www.fuentestrun.es/index.php/mod.pags/mem.detalle/id.50/relcategoria.1007/relmenu.43

http://www.ayuntamiento.es/castilruiz