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Ruta 127;  por Torrevaldealmendras 2.- Torrevaldealmendras, Salinas Romanas de Imón , Imón , Bujalcayado, Olmeda de Jadraque, Palazuelos, Valdealmendras, y Torrevaldealmendras.

El 8 de septiembre de 2011 llevo un total de 6.360 kilómetros.

Este pequeño pueblo  que llegó a estar casi abandonado tiene algunas casas con fachadas decoradas con símbolos solares y la iglesia,  que forma un bonito conjunto con la fuente y el lavadero. Tanto la Iglesia como la Fuente Lavadero,  han sido recientemente restauradas  con el esfuerzo y la colaboración de los vecinos, la gran mayoría,  hijos y nietos  de aquellos que  se vieron obligados por distintas circunstancias  este bonito pueblo. Esta gente no está dispuesta a dejar abandonado el patrimonio cultural, ni renunciar a sus raíces y que mejor manera de hacerlo que restaurar las casas de sus ancestros y llenar sus calles de gentes,  Salgo poco después del amanecer de Torrevaldealmendras, paso por Villacorza y en el kilómetro 6´04 llego al cruce de la Barbolla  donde  giro a la izquierda para seguir por la carretera  GU-170 hacia la localidad de Imón.

En el kilómetro 6´91 tomo el desvío hacia Imón por la carretera CM-110

En el kilómetro 9 llego a las Salinas Romanas de Imón.

Las Salinas Romanas de Imón, son del  siglo II D.C. Por lo que tienen más de 1800 años de antigüedad. La sal es esencial para nuestra vida, este hecho es conocido por la humanidad desde hace miles de años. En la antigüedad  era un bien muy preciado pues servía para conservar carnes, pescados y otros alimentos. Hubo un tiempo en que a los soldados romanos se les pagaba una parte importante de sus emolumentos con sal, de ahí el origen de la palabra salario. Jesús llego a decir a sus discípulos, VOS ESTIS SAL TERRAE, vosotros sois la sal de la tierra, lo que nos indica la importancia que la sal tenía en aquella época

Hay dos fuentes principales de sal, la sal obtenida por la evaporación de lagos, mares o ríos como es el caso que nos ocupa ya que la Salinas de Imón eran alimentadas con el agua del río Salado; la otra fuente de sal es la sal gema o sal de roca extraída de minas de un mineral llamado Halita.

La importancia de la sal se ve reflejada en el impuesto que se gravaba por ella. En la antigüedad muchos prisioneros de guerra fueron obligados a trabajar como esclavos en las minas de sal o en las salinas, ambos trabajos penosos  ,en las minas por el agotamiento físico al arrancar el mineral y en las salinas por la ceguera producida por la exposición al reflejo de la luz del sol sobre la sal.
Las Salinas de Imón han funcionado durante casi 2000 años hasta su cierre en el año 2002, la forma de extraer la sal era prácticamente igual que hace 2 milenios

Las salinas de Imón son unas salinas abandonadas situadas en el valle del río Salado en Imón. Son las mayores salinas de la zona y durante mucho tiempo las de mayor producción en la península Ibérica.

Los monarcas les sacaban provecho concediendo a nobles y personal eclesiástico alguno de sus beneficios. Fue Alfonso VI el que finalmente concedió al obispado de Sigüenza su explotación. Carlos III amplió las infraestructuras de las salinas de Imón con la construcción de grandes almacenes, artesas y canales que aún se mantienen en pie.

Durante su historia, fue una de las salinas más importantes junto con las de Bujalcayado, Carabias, La Olmeda y Gormellón, hasta la puesta en marcha de las salinas de Torrevieja.

Las salinas actuales constan de un conjunto de almacenes, situados en la zona central y apoyados a ambos lados de la carretera de Sigüenza a Atienza (CM-110), y una serie de piscinas, estanques recocederos y norias que se apoyan en una serie de canales y regueras que sirven de desagües para el agua sobrante.

El conjunto de edificaciones datan del siglo XVIII y han sido reformadas y adaptadas en los siglo XIX y XX. De las antiguas salinas, anteriores al resto de edificaciones, se conservan un antiguo puente sobre una reguera madre que sirve a la carretera y la cerca albardillada de la antigua parcela de las salinas.

El conjunto de las piscinas está realizado en sillería y mampostería, tanto en los muros laterales como en su fondo. Disponen además de caminos empedrados con canto rodado que dan acceso a todas ellas y además establecen un espacio relativamente ancho donde acumular la sal que se sacaba de ellas. Las divisiones entre piscinas se realiza a través de tablazón que permite un fácil limpiado y posibilita la extracción de sal.

Se conservan algunos canales de madera para el abastecimiento de los recocederos, aunque la mayoría fueron sustituidas por tuberías de fibrocemento. Entre cada piscina existen comunicaciones por medio de pequeñas acequias que cruzan los caminos empedrados, lo que facilitaba el desecado o llenado parcial de cada piscina.

Dentro de la edificación, las norias presentan una planta octogonal con una estructura de madera que se enlaza en el vértice de la cubierta, lo que permite un espacio completamente diáfano. Sólo una noria conserva el cazo de barro, el sistema de engranajes de madera y el piso tratado para que diera vueltas el animal.

Los almacenes que quedan en pie son los más antiguos, el de San Antonio y el de San José, y sus grandes dimensiones garantizaban una capacidad suficiente para las salinas. Presentan una base estructural a base de pórticos soportados por pies de madera y una entreplanta a base de suelo y viguería de madera que permite el acceso de vehículos para depositar la sal dentro del almacén.

El almacén de San Antonio, de planta rectangular (50 x 25 metros), conserva un pórtico de entrada íntegro, a base de grandes columnas ochavadas de piedra, y su rampa de acceso trasera a la entreplanta. Tiene adosada una chimenea de la pequeña central eléctrica que daba servicio a las salinas.

El almacén de San José, de planta casi cuadrada (40 x 35 metros), presenta dos edificaciones adosadas en su fachada principal y que conforma el acceso principal, realizadas a principios del siglo XX. En su acceso trasero conserva la torre con parte de la maquinaria que ayudaba a subir las vagonetas por la rampa.

Otra edificación que pervive es la casa del guarda, situada en la parte sur de la piscina de la Tiñosa. Los materiales utilizados en todos los edificios son la sillería y la mampostería en los muros y la madera en las estructuras interiores y en las cubiertas. Los tejados son de teja de cerámica.

El funcionamiento de las salinas era intenso desde el mes de mayo hasta octubre, en la que se define la campaña salinera. No obstante, y dependiendo de la climatología, en el resto de meses y con menor intensidad también se hacía sal. El agua salada era extraída en el subsuelo por medio de pozos de unos cuatro o cinco metros de profundidad y que disponen de una noria octogonal que suministra de agua los estanques recocederos donde se calentaba. De allí se suministraba al conjunto de piscinas donde se depositaba la sal.

Terminada mi visita a las salinas, prosigo viaje, cruzando el Rio Salado y entrando inmediatamente en el pueblo de Imón con 9,40 kilómetros.

Imón, barrio pedáneo de Sigüenza asienta su caserío, en la falda meridional de un empinado cerro,  a 988 metros de altitud, destacando sobre el caserío la iglesia parroquial con barbacana, de estilo renacentista, con un retablo del siglo XVI y otros de épocas posteriores, y a la entrada una ermita . En tiempos remotos ya estuvo poblado este lugar, lo acreditan los restos que se han encontrado de la Edad del Bronce en el paraje conocido como “Llano de las Simas”.  Su población es de 40 habitantes. Las fiestas las celebran la primera semana de Agosto.

Vuelvo a salir a la carretera  CM-110 hacia Sigüenza, pero en el kilómetro 12,21, decido abandonar esta carretera, para tomar una pista  por la derecha  que trascurre por la llamada Cerrada del Sordo, sigue por la zona denominada Los Arbollones,  desde donde salgo de nuevo a la carretera CM-110, en el kilómetro 15. (Esta pista una vez cruzada la carretera se dirige a Riosalido)

En el kilómetro 16, tomo el desvío hacia Bujalcayado por la carretera GU-113 y que viene de Rio Salido.

En el kilómetro 17  tomo el desvío a la derecha hacia  Bujalcayado, que forma parte del tramo 10  de,” La Ruta de Don Quijote” y al que llego con 17´70 kilómetros.

Bujalcayado  se levanta en la ladera de una pequeña loma. El caserío se despliega alrededor de su plaza, donde hay una fuente a los pies de un gran chopo centenario. En la plaza se encuentran las ruinas de la iglesia románica del siglo XII de Santa Quiteria, y a las afueras están los restos de la ermita de san Bartolomé, actualmente tiene 3 habitantes. Este lugar estuvo habitado en épocas romanas ya que se ha descubierto un yacimiento de la Edad del Bronce en el paraje conocido como “Arroyo de las Cañadas”. Bujalcayado es un lugar casi despoblado con casas derrumbadas que en otros tiempos fueron surgiendo gracias a las salinas que desde muy antiguo fueron explotadas y produjeron beneficios a la Corona. Fueron los Borbones quienes construyeron a mitad del siglo XVIII una colonia con almacenes, casetas para los aperos, viviendas para los trabajadores y una ermita. Salgo de Bujalcayado por el Camino de Don quijote, hacia La Olmeda de Jadraque.

Este camino desciende  hacia la llanura situada  entre las dos poblaciones  de Bujalcayado y la Olmeda de Jadraque. En el kilómetro 19,37 en el llano, paro a visitar las instalaciones abandonadas de las Salinas de Bujalcayado. Construidas como ya he dicho anteriormente por los Borbones, que incluía una colonia para su explotación, dotándola de almacenes, castas para los aperos y viviendas para los trabajadores. Hoy apenas quedan vestigios de estas salinas, que cerraron en el año 1993 después de languidecer durante más de un siglo. Ese declive arrastró también a la población de Bujalcayado, actualmente en estado de semiabandono que trata de recuperarse gracias a la rehabilitación  de algunas de las viviendas.

En el kilómetro 19,80 conecto de nuevo con la carretera GU-113, que va a Cirueches y La Olmeda de Jadraque. Me olvido de Cirueches y opto por ir a La Olmeda de Jadraque.

En el kilómetro   21,52 después de subir una cuestecica llego a La Olmeda de Jadraque. Lo primero que paro a visitar es su ermita  dedicada a la Soledad,  situada a la entrada del pueblo, con portada y dos arcos de sillería. En la actualidad precede  a un bonito paseo, desde se puede contemplar la llanura de las salinas.
Es un municipio  situado al noreste de la provincia de Guadalajara, en la comarca de Sigüenza. Tiene 21 habitantes,  su caserío se asienta  a 983 metros de altitud.

Quedan ejemplares de "casonas": a la entrada izquierda, la del Administrador de las Salinas y la Antigua Posada. Destacan sus aleros en madera, el color rosa suave de las paredes y los motivos geométricos de ruedas y flores.

En el centro del pueblo encontramos la iglesia parroquial San Mateo del siglo XV, con restos del siglo XIII,  tiene campanario en forma de espadaña y puerta con cenefa. En su interior a la derecha, encontraremos una capilla gótica  con escudo central y lateral del fundador. La ampliación  posterior es del siglo XIX. Su interior guarda tallas de madera valiosas: San Roque y San Mateo, varios "niños" y otras repintadas: Virgen del Rosario, San Mateo, etc. Hay  restaurados dos grandes lienzos, de no demasiado valor: San Andrés y la Inmaculada. Este último es más meritorio. La Cruz procesional que se conserva en Sigüenza es de plata, de buena hechura, representa el "árbol" con sus ramas cortadas. Se puede fechar en torno al XVI. Y no podemos dejar de ver las dos fuentes talladas en piedra por dos gallegos (Hermanos Carbellido que luego casamentaron en La Olmeda).  Por aquí hay que destacar que pasa el Camino de Santiago. Las Fiestas son en honor de San Mateo, 21 de Septiembre. Actualmente trasladada esta fiesta al tercer viernes de Agosto. Antiguamente eran tres días de Fiesta. El 20 comenzaban las Vísperas en honor del Santo. Al atardecer se salía a recoger a los músicos que llegaban en carro y se hacía ya una primera ronda para abrir boca y un poco de baile después de cenar. El día fuerte era el 21, San Mateo, con la Función Principal de tres curas y predicador de "campanillas". Procesión y baile antes de comer. A media tarde volvía de nuevo el baile hasta las 10 y un par de horas después de cenar. El 22 era en honor de los Difuntos. También con baile antes de comer. Los "confiteros" acudían los dos días: El tío Solfa, entre otros. El 22 se dedicaba a los mozos que salían de ronda y recogían el hornazo: huevos y bollos para hacer una merienda.

Parto por la Ruta de Don Quijote en dirección Palazuelos, pero en un momento dado giro a la izquierda para seguir  en el kilómetro 26,10 conectar con  la carretera CM-110 en dirección Sigüenza. En el kilómetro 30, abandono esta carretera para ,tomar la carretera GU-135, que se dirige a Palazuelos.

 

 

En el kilómetro 31´48, paro ante la entrada fortificada de Palazuelos, una indicación en el dintel de la puerta me indica que estoy en La Ruta de Don quijote. Palazuelos se asienta en lo que fue un lugar estratégico para guardar los pasos entre los ríos Salado y Henares, fue lugar de asentamiento prehistórico y en su cerro se han localizado un yacimiento celtíbero. Fue propiedad de los Obispos de Sigüenza, municipio del que actualmente es pedanía, y luego pasó a la Casa de Mendoza, linaje del que formó parte don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana.

Su recinto amurallado y su castillo forman un conjunto único en este tramo de la Ruta de Don Quijote. Esta pedanía de Sigüenza, a la que llego, permaneció bajo el amparo de la Casa de los Mendoza, siendo uno de sus señores don Iñigo López de Mendoza, Marques de Santillana. La belleza y valor patrimonial de esta villa  fue reconocida en el año 2002 con la declaración de Conjunto Histórico. Recorrer sus calles es iniciar un singular regreso al pasado. Aunque se ha localizado un yacimiento celtíbero, la importancia de la villa comenzó con su pertenencia a la Casa de los Mendoza. En el siglo XV, se construyeron sus murallas, que rodean todo el pueblo, y el Castillo. La Fortaleza tenía como finalidad guardar los pasos entre los Ríos Salado y Henares, y sus funciones defensivas se asemejan a las de otras atalayas cercanas como la de la Riba de Santiuste. Los blasones de la Casa de Mendoza están presentes en diferentes tramos de las murallas, que solamente son accesibles por sus cuatro puertas. Presentan interesantes torreones y barbacanas. El Castillo fue mandado construir por Don Iñigo López de Mendoza, siendo creencia popular que las obras comenzaron bajo la dirección de Juan Guas, responsable entre otras obras del Monasterio de San Juan de los reyes de Toledo. La fortaleza es de propiedad privada y a la misma se accedía por un paso levadizo, que sorteaba los fosos que la protegían. El Castillo y las Murallas fueron declarados Monumento Histórico Artístico en el año 1951.

La Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, presenta estilo románico rural, destacando su portada y su espadaña. Guarda en su interior un retablo barroco de varios lienzos. A la derecha de la villa se conserva un pilón con varios caños. En su amplia plaza puede observarse una Picota, antiguo rollo de justicia, donde se exhibía a los ajusticiados para escarnio de sus vecinos. Guadalajara es una de las provincias españolas donde conservan mayor número de estos elementos correctivos. Junto a la puerta de la Villa hay una fuente con pilón de siete caños. Se puede visitar también la colección de instrumentos agrícolas y pastoriles, y la colección de herrajes. La primera de ellas es de don Pedro L. Juderías y su hijo en la Calle Mayor. Y la colección de herrajes de Anselmo del Olmo junto a la Puerta de la Villa. Abundan las casonas de piedra arenisca roja, con estilo de época medieval y con múltiples esgrafiados adornando sus paredes. Un ambiente de ruralismo digno y curtido se respira al andar por sus calles  que también pertenecen a la Ruta del Quijote

Palazuelos es un pueblo amante de las tradiciones, celebrándose diversas fiestas de interés a lo largo del año, como las dedicadas a san Blas, la Cruz de mayo, San Roque y La Virgen del Rosario. En Semana Santa se subastan unas caracolas marinas cuyo sonar sirve de aviso para la asistencia a los Oficios.

Este pueblo es conocido como la pequeña Ávila. Su recinto amurallado conforma uno de los puntos más interesantes y atractivos que el viajero encontrará en la Ruta de Don Quijote. Fue Don Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, quien a mediados del siglo XV mandó construir las fortificaciones. Las murallas protegen en su totalidad la villa, presentando un perímetro de unos dos kilómetros y permitiendo solamente el acceso por cuatro puertas dispuestas en codo, que alternan en el  con torreones y barbacanas. En la Guerra de la independencia, Juan Martín, El Empecinado, se enfrentó a los franceses haciéndose fuerte entre los muros. El recinto está siendo objeto de restauración, para devolver el impresionante aspecto que tuvieron en la Edad Media.

Terminada mi visita prosigo viaje por la carretera GU-113 hacia conectar de nuevo con la carretera CM-110. Pero me arrepiento y en el kilómetro 38,48, junto a una nave agrícola, me desvío  por la izquierda para  tomar la pista que viene de Imón. Lamentablemente en un momento dado me despisto y tomo un ramal que me lleva a la carretera CM-110. Una vez aquí decido proseguir por ella hasta conectar con el desvío que me llevará a la localidad de Riosalido, al que llego con 39,63 kilómetros.

Riosalido se halla entre dos cerros. Nada más entrar en esta pedanía podemos observar y escuchar el sonido del agua por los canalillos que la recorren. Durante algunos años fue cabeza de los pueblos cercanos, Torrevaldealmendras, Valdealmendras y Villacorza, denominándose al conjunto Riotovi de Valle, algo que sólo figura en algunos documentos de la época.

En Riosalido podemos visitar la iglesia parroquial de San Martín, con portada renacentista, obra del siglo XVI. En su capilla de la Asunción, se encuentra el enterramiento de don Pedro Gálvez que fue médico del rey Felipe II. También se encuentra enterrada doña Ana Velázquez, esposa del ilustre médico, con sus figuras en altorrelieve.

El viajero también podrá ver un antiguo lavadero en la plaza principal del pueblo. Aquí es tradición “tirar al pilón” al que llega nuevo a vivir. Este carácter festivo se ve también en las rondas populares. Las rondas es la forma más característica que tienen los mozos de cantar en grupos, acompañados de guitarras, bandurrias, botellas, hierros, etc. Generalmente recorrían el pueblo de noche, en las esquinas o en las plazas, cantando en Navidad, Los Mayos, Semana Santa, festividades destacadas o acontecimientos especiales como bodas, sorteo de los quintos, etc. Las letras varían, pudiendo ser de amor, otras hacen alusión a acontecimientos ocurridos, personas, parajes, utilizándose el tono burlesco, amoroso, jocoso o irónico. Una de ellas dedicada a Riosalido dice así:

Matas está en una cuesta,
Pozancos en un barranco,
Las chicas de Riosalido
Se llevan la flor del campo.

Riosalido tiene en su término un castro celtíbero en el paraje denominado "Alto del Castro" con restos de muralla. Las piedras son impresionantes por su colocación y tamaño. En este lugar se han descubierto importantes enseres del siglo VI a. de Cristo.

 

Salgo de Riosalido siguiendo el cauce del Rio El Cubillo, a mi derecha abandonando ya el pueblo se encuentra la Ermita de la Soledad.

El camino está en muy buen estado y me acompañan sobre todo encinas y carrascas.

En el kilómetro 42,31 el camino de subida  termina en un pequeño altiplano a los 1105 metros de altitud, vigilado a la izquierda por el llamado Morro Carrascosa. Desde  este altiplano,  diviso a mis pies el valle donde se asientan los caseríos de Valdealmendras y Torrevaldealmendras.

Debo descender al valle por un camino de cabras, algún trecho lo bajo desmontado, para no romperme la “crisma” .Es una pena un camino como este si estuviera en condiciones conectaría este valle con Riosalido en un Santiamén, (Riosalido y Torrevaldealmendras, tan cerca por monte y tan lejos por no haber carretera.)

Llego a Valdealmendras con 43,68 kilómetros, paso por Valdealmendras,  aquí viven tres hermanos que se dedican principalmente al ganado ovino y que han convertido esta aldea en un estercolero, la han tomado como propiedad suya y hacen lo que les da la gana. Ejemplo de ello es la antigua ermita, convertida en cochera y almacén. En resumen esta Aldea esta por decirlo asi, dejada de la mano de Dios y del Hombre.

Desde aquí una carretera estrecha pero en muy buen estado me lleva a mi querido Torrevaldealmendras, principio y final de esta etapa. Llego a Torrevaldealmendras con 44,89 kilómetros

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

http://www.castillosnet.org

http://www.turismoenguadalajara.org

http://alfonso-traianus.blogspot.com/2011/03/las-salinas-romanas-de-imon.htmlBlog de Alfonso López Beltrán sobre la Romanización y el Ejercito Romano en Hispania y en la provincia de Guadalajara. Aquí se podrá encontrar información variada sobre armas, batallas , campamentos, sociedad, numismática y muchas cosas más.

http://es.wikipedia.org/wiki/Salinas

http://www.ruralia.com/lugares-interesantes/palazuelos--la-Ávila-de-la-alcarria.

NUESTROS PUEBLOS .Los pueblos y villas editados en la revista LA ALCAZABA, dirigida por: Luis Manuel Moll y Alfredo Pastor aparecida el  miércoles 15 de diciembre de 2010.

http://www.siguenza.es/siguenza/pedanias/

http://www.turismocastillalamancha.com/lugares/guadalajara/la-olmeda-de-jadraque/

 

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