Ruta 089

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Ruta 089.- Viaducto del Río Iguala, Abiego, Crucelós,  Adahuesca.


El 27 de Agosto de 2011 llevo 6238 kilómetros.
Inicio la ruta una vez más  desde el viaducto que salva el Río  Isuala, donde tomo la carretera A-1227, que viene de Bierge.

En el kilómetro 2,84, llego al cruce de  la carretera A-1229 , que por la izquierda se dirige a Alquezar y Adahuesca y por la derecha a Abiego, que es a donde voy.

En el kilómetro  3,30 llego a  la localidad de Abiego. Villa capital del municipio de su nombre, que comprende los antiguos términos municipales de Alberuela de La Liena y Abiego, situada a 539 metros de altitud. Su primera mención documental data de 1095, si bien Sancho Ramírez la conquistó hacia 1070. Felipe V le concedió el título de Fiel.
Abiego cuenta con una fuente pública lavadero y abrevadero, construida entre los siglos XVI y XVII y en uso hasta hoy.
El casco urbano, abigarrado y compacto, cuenta con bonitas casas típicas. La arquitectura popular se basa en la utilización de materiales tradicionales, piedra, ladrillo, tapial y teja árabe, aunque en muchos casos estos materiales se esconden hoy bajo enfosques de cemento. Ocupando la parte más alta se encuentra la Colegiata de Santa María la Mayor. La iglesia parroquial data de los siglos XVI y XVII, gótico aragonés e inicios del Renacimiento, y es un edificio con planta de cruz la tina, de una sola nave y ábside poligonal; en el exterior sobresale su portada monumental y la galería de arcos de medio punto con que se coronan los muros. La ermita de San Joaquín  fue el centro de la comunidad de San Joaquín que construyó en siglo XIX el convento de grandes proporciones situado en las proximidades de Abiego. Sobre el Rio Alcanadre existe un puente medieval de una arcada.  Sobre un cerro conocido como el "Tozal de las Forcas" se erigió el Convento de San Joaquín. Abiego es un lugar de paso para el acceso a varios de los más frecuentados cañones, del Parque de la Sierra  y Cañones de Guara.
El Monumento al Siglo XX, obra de Ulrich Rükriem, se encuentra en el kilómetro 8 de la carretera de Abiego a Peraltilla, en un campo lindante con la cabañera, donde me dirigiré a continuación
En el kilómetro  4,20 abandono la carretera por la derecha, para dirigirme por un camino hasta las esculturas del Siglo XX.
En el kilómetro 6,26 llego a las esculturas de Ulrich Rükriem , por el Camino de la Cabañera  de Broto.
Las esculturas son 20 estelas de granito rosa de Porriño, obra del escultor Ulrico Rückriem, bajo el título Siglo XX, 1995. Acostumbrado a no titular sus obras, Rückriem, (Dússeldorf, 1938) realizó en este caso una excepción, llamando Siglo XX al conjunto de veinte estelas de granito, conectándolas a su vez con la estela nº 21, denominada Siglo XXI que, situada inicialmente en el parque Miguel Server de Huesca fue reubicada en 2007 en los jardines del CDAN de la Fundación Beulas.
En los meses previos al diseño de su obra Siglo XX, Rückriem, visitó numerosos parajes naturales de la provincia de Huesca. La geografía de Abiego le permitió elegir una zona abierta que imprime al conjunto de estelas un carácter entero que, aunque alejado de las montañas, permite utilizarlas como fondo y referente, e incluirlas en un entorno de sotobosque y campo abierto. Con ello, el artista integra la obra de manera espontánea en el paisaje, donde cada ángulo de visión permite un fondo y una perspectiva distinta sobre el conjunto y la relación con su emplazamiento.
Cada una de las veinte estelas, tiene una planta cuadrada de 1 metro cuadrado y una altura de tres metros y medio. Han sido quebradas horizontalmente en tres partes, y colocadas de nuevo en su posición original para hundirse en la tierra hasta  su primera fisura horizontal.
En la colocación de las estelas Rückriem dividió el espacio en veinte cuadrículas de ancho por veinte de largo. Posteriormente situó cada estela en relación con la posición de las demás donde ningún espacio se dejó al azar. De esta forma se crea un espacio estético que, ayudado de la geometría, a medida que nos alejamos el grupo de estelas   se va cerrando, hasta el punto que desde el campo oriental podemos ver como se convierten en un muro continuo, un zócalo que soporta el horizonte. A su vez, a medida que nos acercamos, el volumen respecto a nosotros y entre  las estelas varía, las columnas se abren, se alejan más unas de otras; al entrar, el espacio  se ha transformado en un interior, ofrece la posibilidad de circular entre las estelas sin la sensación de encontrarse en el centro del espacio cerrado sino abierto al paisaje que la rodea.
En el kilómetro 8,87 llego al cruce de la Carretera A-1231,  hacia  Azlor por la  derecha y árbol singular al que llego con 9 kilómetros. Los habitantes más viejos del Somontano son algunos árboles, verdaderos monumentos naturales, muchos de los cuales llevan con nosotros más de mil años. Sus cavidades son esenciales para la supervivencia de muchos animales y plantas y el mejor refugio para la vida silvestre. Disfruta del Somontano de la mano de estos centinelas de la naturaleza, acércate, habla con ellos y descubrirás un mundo mágico y lleno de vida. Este árbol singular es un Almez, litonero (Celtis australis).  Este árbol crece junto a la antigua cabañera Mequinenza-Broto. En el pasado debió resultar frecuente ver a rebaños y pastores trashumantes descansar bajo las ramas del litonero. La base de su tronco supera los 4´50 m. de circunferencia. A 2'50 m. del suelo se abre en 9 brazos. Su estado de conservación es bueno, aunque su ramaje es poco frondoso.
En el kilómetro  11,67 cruzo la carretera A-1229
En el kilómetro 12,6 llego a Crucelós.
Crucelós no es más que un montículo de piedras situado en una encrucijada de caminos, en el límite de los términos de Adahuesca, Abiego, y Alberuela de la Liena, o tal vez si……
En los tiempos en que las epidemias asolaban estas tierras, los apestados eran expulsados, fuera de los pueblos y las “huegas” (límites de términos) se convertían en su último lugar. Allí también surgían cementerios improvisados donde se  les daba sepultura.
Pero con frecuencia, los muertos se convertían en espíritus atormentados, que vagaban errantes reclamando el ánima de quienes transitaban estos caminos. Por ello, al pasar por aquí debían lanzar una piedra al montículo, en sustitución de su alma. Esta ofrenda además de satisfacer a los muertos, tenía el poder de atar el espíritu de los difuntos a la tierra. Semillas y muertos compartían el mismo espacio, la tierra, por lo que este rito reforzaba la fertilidad de los campos y garantizaba copiosas cosechas. Esta tradición entronca con creencias ancestrales y ritos paganos que más tarde se cristianizarían, simplemente añadiendo una cruz al montículo. La historia nos dice que tras años de pleitos, en 1746, el monte de Sevil pasó a manos de Adahuesca, lo que provocó no pocos enfrentamientos entre ambos lugares. Pero la leyenda cuenta otra historia: que las dos únicas supervivientes de la peste que asoló Sevil, fueron acogidas en Adahuesca y allí terminaron sus vidas. En agradecimiento a su hospitalidad, legaron a esta villa la sierra de Sevil.
Cada 20 de mayo, tras la caída del Sol, el pueblo acude a este lugar en romería. Un gran pendón rojo encabeza la marcha. Reunidos ante el montículo, rezan una oración fúnebre por el alma de las abuelas y lanzan una piedra bajo la cruz. Finalizado el ritual, el párroco bendice los paneticos que se comerán acompañados de vino. El día festivo concluye con la “cortesía de la bandera” (bandeo del pendón). Tras la fiesta, vuelven a casa tranquilos, la cosecha está asegurada.
En el kilómetro 12,57 llego a un  abrevadero.
La Cabañera de Broto- Mequinenza. Tramo Somontano de Barbastro: Crucelós (Adahuesca) Las familias que tenían más de cien ovejas se veían obligadas a hacer la trashumancia por lo que se juntaban con otros rebaños hasta formar una cabaña de entre seiscientas y mil ovejas.
Encabezando el rebaño iban los chotos con sus enormes esquilas , su impresionante estampa daba cuenta de la categoría del rebaño y el poder del dueño. Por cada doscientas cincuenta ovejas había un pastor , pero como en cualquier oficio, existía una jerarquía. Los rapatanes eran los aprendices. Tras muchos años como pastor se podía llegar al cargo de mayor responsabilidad el de Mayoral.
Diario de un pastor.
27 de julio de 1925, en los puertos. Hoy hemos juntado las ovejas con los machos. Allá para octubre marcharemos a Tierra Plana para su cubrición.
20 de Octubre de 1925. Nos hemos reunido con otros ganaderos y estamos preparados para marchar. El trayecto es lento. De sol a sol, recorremos 15 o 20 kilómetros.
23 de Diciembre de 1925. Hoy ha sido un día duro; han parido más de 40 ovejas. Después tocará señalar a los corderos, cortándoles la oreja.
Viernes Santo Abril de 1926. Hoy ha sido día de escodar las corderas que dejaremos para madres, para facilitar la cubrición. Cenaremos colas guisadas.
10 de mayo de 1926. Antes  de subir a los puertos habrá que esquilar para que las ovejas suban frescas. Dentro de 20 días habrá que marcar el ganado.
Las cabañeras son también las rutas por los que los animales salvajes se desplazan en su constante búsqueda de refugio y alimento. De esta manera, acogen a un extenso abanico de vegetación y fauna autóctonas, que sobreviven en esta naturaleza no contaminada por los abonos y otros productos fitosanitarios. Las ovejas van corriendo en su desplazamiento, y mientras lo hacen, fertilizan el suelo. Además, su lana es un buen medio de transporte para las señillas de las plantas silvestres. Como vemos, tradicionalmente el hombre ha sabido relacionarse con la naturaleza, de manera inteligente y respetuosa.
En el Somontano, tradicionalmente la tierra se repartió en parcelas de pequeño tamaño que acogían un mosaico de cultivos de secano: cereal, almendro, olivo y vid. Aquí las condiciones climáticas son extremas, las temperaturas presentan fuertes oscilaciones, no solo estacionales, sino entre la noche y el día y los veranos suelen ser secos y calurosos. Los cultivos tradicionales están sometidos a los mismos ritmos y problemas que tienen las plantas que crecen naturalmente.
En el kilómetro  12,99 tomo el desvío  a Adahuesca.
En el kilómetro  14,80 llego a Adahuesca. cruce de caminos históricos y punto estratégico entre los valles del Alcanadre y del Vero, Adahuesca es un lugar ideal para descubrir las Sierras de Guara y de Sevil.
Su casco urbano presenta una estructura compacta y conserva buenos ejemplos de arquitectura popular. Destacan los arcos de medio punto en las portadas, decorados con diversos motivos geométricos.

La de Loscertales es una casa solariega con cierto carácter defensivo debido al matacán situado sobre la puerta. Loscertales eran "los Certeros", familia de pastores montañeses que con su buena puntería con la honda, ayudaron a Pedro I en la batalla de Alcoraz contra los musulmanes, antes de la toma de Huesca.

La iglesia parroquial de San Pedro se construyó en el siglo XVIII y responde al estilo barroco clasicista. Es sobria, elegante y de esbeltas proporciones. Su capilla de las Santas Nunilo y Alodia constituye uno de los espacios barrocos más elaborados de las iglesias de la comarca.

El Centro de Interpretación de Leyendas y Tradiciones del Somontano se encuentra en el lugar que ocupó la antigua iglesia parroquial y el castillo, construido hacia 1055, cuyos restos aún son visibles.  Desde este lugar se contemplan espléndidas panorámicas de la sierra de Sevil, ya en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

Desde aquí se contemplan espléndidas panorámicas de la sierra de Sevil, ya en el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Allí se pueden realizar excursiones a la Virgen de Viña o al Mesón de Sevil, desde el que se accede al Castillo de los Santos, conjunto religioso-militar construido en el siglo XI, como torre vigía y atalaya para el acoso y control de Alquezar.

La ermita de Nuestra Señora del Treviño, declarada Monumento Histórico Artístico, es el único resto conservado de un antiguo monasterio.  Del camino al Treviño, parte un desvío que nos conducirá al pozo-fuente, construido entre los siglos XVI y XVII.

No podemos dejar la villa sin probar su repostería artesana: las “culebretas de Adahuesca” o los “dineretes de Sevil”.

El 20 de mayo se celebra la romería a Crucelós, el 26 de julio la Corrida de las Peras y el 25 de agosto las fiestas en honor de las Santas Nunilo y Alodia.
Cada 26 de Julio los niños de Adahuesca se reúnen con sus familias en la plaza de la iglesia. Se va a celebrar la corrida de las peras. Agrupados por parejas de la misma edad, en un extremo de la plaza, esperan impacientes la señal para echar a correr hasta el otro lado, donde están los cestos llenos de peras bendecidas. Harán carreras mientras queden frutas. La tradición se perpetúa una vez más, con la fiesta del correperas y la participación de las nuevas generaciones. Vida y muerte se dan la mano en la tradición de las abuelas, infancia y madurez se funden en la corrida de las peras…
En el kilómetro 19,23 llego a Radiquero.
Lugar de la Provincia de Huesca perteneciente al municipio de Alquézar. Se encuentra situado en las faldas de la sierra de Sevil, extendiendo su caserío por una suave ladera, que mira al mediodía,  a 636 metros de altitud. Es aquí donde se dan la mano la Depresión del Ebro y los Pirineos, las rocas areniscas del llano y las calizas serranas. Es precisamente una gran roca de extrañas formas y situada en el punto más elevado del pueblo, el emblema de los raiqueranos, al que denominan O Peñón.
Su núcleo urbano es el resultado de dos barrios; el alto y el Bajo, conocidos por el nombre de Mieles y Mierlas. En este último cabe destacar la casa de los Ayerbe, que dispone de oratorio privado y que conserva su antigua biblioteca. Así como muebles  antiguos una interesante colección de pinturas. Un paseo tranquilo por las calles del pueblo muestra puertas doveladas, escudos heráldicos, aleros, ... Pero son sus pasos cubiertos, denominados porches, los elementos más interesantes.

En el centro del pueblo, se alza la iglesia parroquial dedicada la Asunción aunque Radiquero la nombran Nuestra Señora de Bastarrillas. El edificio es  de estilo gótico aragonés y, al parecer, sucedió a otra de estilo románico, cuyos vestigios aún pueden observarse. El interior de la nave se cubre con bóvedas de crucería que conforman un cielo estrellado. La pila bautismal y el cementerio datan de 1499. En el término municipal hubo varias ermitas dedicadas respectivamente a Santa Águeda, San Saturnino, San Fabián y San Sebastián. Esta última que aún  se conserva, fue levantada en el siglo XVIII. En el pasado, Radiquero perteneció a la Cofradía de la Viña, a cuya ermita, situada en la pardina de Sevil, acude el pueblo en romería el 23 de abril. Además celebran las fiestas mayores el 16 de agosto en honor a la Asunción de la Virgen. El paisaje posee la variedad y la riqueza mediterránea. Junto a los carrascales y quejigales, sus habitantes cultivan vides, almendros y olivos, en su mayoría centenarios. La tradición vitivinícola se mantiene con la calidad certificada por la Denominación de Origen Somontano, en Bodegas Monclús.  En los alrededores se encuentra la Fuente d´o Lugar, espacio ajardinado junto a la antigua almazara, y la Carrasca de Cazcarra, bellísimo árbol de notables proporciones. Radiquero celebra cada 1 de noviembre la Noche de Ánimas.
En el kilómetro  32,79 regreso al puente sobre el Río Isuala, principio y final de esta etapa.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
ttp://www.turismosomontano.es/

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