Ruta 084

Vaya al Contenido

Menu Principal

Ruta 084.- Muel, Mezalocha, Villanueva de Huerva, Tosos.

Ruta 084.- Muel, Mezalocha, Villanueva de Huerva, Tosos.
El 29 de enero de 2008 llego a Muel con un total de 825 kilómetros recorridos.
Muel  es una Villa de la provincia de Zaragoza,  Situada en la Depresión del Ebro, junto al río Huerva, a 424 metros  de altitud. Su población: en 1998, era de 1.135 habitantes.; en 1978, 1.377 habitantes.; en 1950, 1.419 habitantes.; en 1900, 1.206 habitantes. Gentilicio: Muelanos. Municipio compuesto por las entidades locales de Muel, La Estación, Gran Torrubia, Virgen de la Fuente, Montesol y Parquemuel.
Muel se encuentra a unos veinte kilómetros de Cariñena, capital de la comarca Campo de Cariñena, en el área más septentrional. Se trata de una zona productora de vinos, bajo la Denominación de Origen Cariñena, y cuenta con una extensa huerta regada por el río Huerva. Sin embargo, el municipio es mundialmente conocido por su cerámica, cuyo origen suele situarse en el año 1048. En este año llegaron a Zaragoza los primeros azulejos procedentes de esta localidad, por mandato de Aben-Tafa.
Muel se convirtió desde la Edad Media en uno de los más importantes alfares de la región, llegando a exportar su producción a otros puntos de Europa. La industria alfarera alcanzó un auge extraordinario, según se desprende de los documentos del siglo XV, que relatan cómo la cerámica de Muel llegó al Castil Nuevo de Nápoles. En consecuencia, hacia el año 1580, la mayoría de los habitantes del pueblo se dedicaban a la alfarería, cuyas muestras figuran actualmente en varios museos, de manera especial en el del Instituto de Valencia de Don Juan, en el Arqueológico Nacional de Madrid y en el de Bellas Artes o Provincial de Zaragoza. Con la expulsión de los moriscos, la industria artesana de Muel entró en crisis, hasta casi desaparecer por completo. Las crónicas viajeras del arquero Cock, que a su paso por Muel recogió la fórmula de la elaboración de la cerámica, han permitido que la Diputación Provincial de Zaragoza haya contribuido  mediante la creación de la Escuela Taller y el Museo de la Cerámica, a reiniciar esta actividad y devolver la fama que antaño tuvo la cerámica de Muel. Muchas de las antiguas muestras  figuran actualmente en varios museos, de manera especial en el del Instituto de Valencia de Don Juan, en el Arqueológico Nacional de Madrid y en el de Bellas Artes o Provincial de Zaragoza.
Su casco urbano es pintoresco y aún quedan en pie algunos arcos de los varios que tuvo la población. Siendo una  buena muestra de su pasado árabe, con calles sinuosas y estrechas, algunas ciegas. En ellas que podemos contemplar buenos ejemplos de arquitectura palaciega aragonesa de estilo renacentista que, en muchas ocasiones, presentan ornamentos cerámicos en sus fachadas. En este sentido, hay que destacar dos casas-palacio, de los siglos XVI y XVII, en la plaza de España. Ambas muestran las características habituales de estos palacios: la del siglo XVII perteneció al marqués de Camarasa y presenta una galería de arquillos de rosca; la del siglo XVI se distingue por su galería de arcos conopiales de tradición gótica. En la calle Mayor, a la que se accede pasando bajo el arco de medio punto de la antigua puerta de la localidad, se halla otra casa-palacio renacentista, aquí se alojaba el arzobispo cuando visitaba la ciudad.
La iglesia parroquial de San Cristóbal es un templo edificado a comienzos del siglo XVIII, en el centro urbano de Muel. Se construyó en ladrillo, en estilo barroco tardío, con decoración mudéjar, y presenta una elevada torre de planta cuadrada, en la parte inferior, y octogonal, en la superior. En su interior encontramos, a los pies, el coro elevado con un órgano de fines del XVII bien conservado.
El conjunto del parque municipal es uno de los puntos más significativos del patrimonio natural e histórico-artístico de Muel. En él encontraremos el castillo de los marqueses de Camarasa, la ermita de la Virgen de la Fuente y un dique romano de piedra sillar que contiene las aguas del río Huerva, en un agradable entorno.
Según parece, el castillo de esta localidad fue denominado (por al-Udri ) Muwala, y posteriormente Molle, según consta en un documento fechado en 1127. Estas tierras fueron conquistadas por Alfonso I tras la toma de Zaragoza , pero sus habitantes musulmanes permanecieron allí instalados, dando lugar a una población casi totalmente de mudéjares   hasta el decreto de expulsión en el siglo XVII. Junto con Villafeliche, formó parte de un señorío perteneciente a la familia de los Azagra, pero en el siglo XV fue aportada como dote por matrimonio de Emilia Ruiz de Azagra con Fernán López de Luna, señor de Ricla.
El castillo de los marqueses pertenece al siglo XIV. De él se conservan dos torreones con troneras y algunos muros rebajados, que sirven como mirador a las bellas cascadas del Huerva. Se sabe que constaba de dos partes, la antigua, correspondiente al castillo en sí, y la nueva, formada por el palacio. Junto a él y sobre el antiguo dique de época romana, se ubica la ermita de la Virgen de la Fuente, a la que podía accederse desde el palacio. La ermita se levantó en el siglo XIII, pero en el siglo XVIII sufrió grandes desperfectos a causa del gran torrente de agua que provocó la rotura de la presa de Mezalocha. Tras su reforma, sufrió otras modificaciones y ampliaciones.
No obstante, lo más valioso y famoso de la ermita está en su interior, en las pechinas de la cúpula, en las que se representan a los Padres de la Iglesia (San Ambrosio, San Agustín, San Gregorio y San Jerónimo) y que fueron pintadas por Francisco de Goya y Lucientes. Los zócalos de la ermita se decoran con cerámica de Muel. Las pechinas fueron restauradas con motivo de la celebración del 250 aniversario de Goya. Una cerámica del interior nos recuerda que esta capilla se hizo en 1770. Se renovó en 1817, por haber sido violada por los franceses en los años 1810 y 1811. Embaldosada nuevamente en Agosto de 1879.
Además, en Muel podemos visitar dos museos: el museo etnológico La Calistra, y sobre todo el Campo de Cariñena encontramos el municipio de Muel a unos veinte kilómetros de Cariñena, la capital. Destaca su amplia huerta regada por el río Huerva, productora de vinos, bajo la Denominación de Origen Cariñena. Sin olvidar la fama mundial de su cerámica.
Celebra fiestas, el día 3 de febrero se celebra San Blas, con una procesión en la que el santo porta los grandes roscones tradicionales. El fin de semana más próximo a la Ascensión tiene lugar la fiesta de los Quintos: mozos y mozas van casa por casa pidiendo dinero con el que pagarán la orquesta. También cortan un chopo y lo plantan junto a la ermita, aunque esta tradición se está perdiendo. El 10 de julio se celebran las fiestas menores de San Cristóbal. Las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Fuente tienen lugar el 8 de septiembre.



Terminada mi visita parto por la carretera A-1101 hacia Mezalocha , a la que llego a con 7´26 kilómetros De Muel a Mezalocha voy por la carretera A-1101. Municipio perteneciente, a la comarca Campo de Cariñena, de cuya capital lo separan unos 30 kilómetros. Situado en la Depresión del Ebro, a 484 metros de altitud,  Mezalocha agrupa sus casas en la falda de un monte, sobre un barranco, en la ribera izquierda del Huerva. Linda con los ya citados términos municipales, y con los de Jaulín, Longares y Alfamén. Su población en 1998,  era de 316 habitantes.; en 1978 tenia 1978, 390 habitantes.; en 1950, 569 habitantes.; en 1900, 542 habitantes. Comprende la entidad de población de Ayles.  Gentilicio: Mezalochanos.  Se trata como otras localidades de la comarca, de una zona productora de vinos, que están bajo la Denominación de Origen Cariñena.  
Lo primero que me encuentro es un Peirón, de reciente construcción, y que parece guardar en el interior de su hornacina, una imagen de San Antonio de Padua. Siguiendo la calle un poco más arriba se encuentra, la actual ermita de San Antonio de Padua, del siglo XVIII,  fue inaugurada el 28 de septiembre de 1945, sobre los restos de una anterior datada en el Siglo XVII, consta de una sola nave de 6,60 metros de anchura, con dos pequeños salientes en forma de crucero.  Los muros se proyectan  de mampostería concertada en zócalo y mampostería ordinaria, con pilares de ladrillo. También de ladrillo a cara vista la portada cornisa y espadaña. La cubierta es de teja árabe sobre cañizos, cabios y tijeras de madera. Estas tijeras llevan unos suplementos o cerchas que permiten la construcción del cielo raso en forma de bóveda de arco rebajado, con lunetos. Su entorno está embellecido con plantación de diversas especies vegetales, así como con la construcción de un pequeño parque en el lugar que ocupaba el antiguo camposanto adosado a la ermita y que lleva su mismo nombre.
El casco urbano tiene forma alargada, para acomodarse mejor a la configuración del terreno. Destaca el edificio de la iglesia parroquial, dedicada a San Miguel Arcángel, es de estilo barroco correspondiente al siglo XVII (1650-1653) y se compone de una sola nave cubierta con bóveda de lunetos, cabecera recta y el crucero acusado en planta, con cúpula sobre pechinas A los pies se alza  la torre, de planta cuadrada y estilo mudéjar, se convierte en octogonal en la parte superior. Las capillas se sitúan entre los contrafuertes. Los retablos son del siglo XVIII y el orden de decoración de la iglesia es el dórico. La imagen más antigua es, sin duda, la que preside el retablo de Nuestra Señora de la Esperanza, ya que se trata de una escultura sedente gótica de finales del siglo XIII. Además del citado retablo existen el mayor, el de Santa Teresa, el de la Inmaculada y el de la Virgen del Rosario. La cruz procesional, de bronce dorado, pertenece al siglo XVI. Las fiestas patronales son el 29 de septiembre, en honor de San Miguel Arcángel.
Desde aquí desciendo por el camino del molino hacia lo  más destacado de Mezalocha. El embalse de Mezalocha o Dique de Marimarta,  fue construido a principios del siglo XX (1903), por el Sindicato de Riegos de este municipio y es uno de los más antiguos de Aragón. Aunque fue recrecido en 1911, pudiéndose admirar hoy en día, contiguo al murallón actual, lo que queda de los restos del anterior derrumbado el 20 de Junio de 1766, tras 35 años de servicio. Su largo proceso de construcción arranca de finales del siglo XVII. La altititud de la cota cero se halla a 446,50 metros y su coronación a 473,50 metros. Tiene 180 Ha. de superficie de embalse y 3 Hm.3 de volumen. Sus aguas se destinan al riego. En él podemos admirar su variada fauna, de la que destacan las águilas y los buitres leonados, muy abundantes en la zona, y practicar la pesca. Dispone de buenos lugares, como la peña del Moro, cerca del embalse, donde podemos realizar actividades deportivas de riesgo, como la escalada, que antaño fue tan practicada en esta área.  El paisaje es agreste, monte quebrado, con abismos y barranqueras de tierra ocre y roja. Encima del pueblo nace una gran depresión rocosa que servirá, aguas arriba del Huerva, para dar vida al pantano de Mezalocha. Después de disfrutar de este maravilloso entorno asciendo de nuevo al pueblo pata conectar de nuevo con la carretera A-1101. Después de una pequeña ascensión en  curva se encuentra una cantera, con un increíble trasiego de camiones, que hace muy peligros este tramo de carretera.
A 4,5 kilómetros de Mezalocha, junto al cauce del Río Huerva diviso Aylés, que al ser propiedad privada no puedo entrar a visitarlo. Núcleo ubicado a orillas del río Huerva, junto al comienzo del embalse de Mezalocha. Pertenece, junto con Mezalocha, al municipio que éste último da nombre.  Históricamente fue una antigua heredad que perteneció al monasterio de Santa María de Juncería, por donación en agosto de 1175 de Alfonso II de Aragón.  Hoy, lamentablemente se halla casi deshabitado; a comienzos del año 2005 sólo contaba con cuatro habitantes. Sin embargo, conserva la ermita dedicada a San Antonio de Padua. Se data en el siglo XVIII y ha sido recientemente restaurada.
Llego a Villanueva de Huerva con 22,79 kilómetros.
Villa de la provincia  de Zaragoza, situada al sur de la Depresión del Ebro, junto al río Huerva, a 531 metros  de altitud. Su  población en 1998,  era de 188 habitantes.; en 1978, 882 habitantes.; en 1950, 1.224 habitantes.; en 1900, 970 habitantes. Gentilicio: Villanovanos Ubicada a unos 17 kilómetros de Cariñena, la capital de la comarca Campo de Cariñena. Como la mayoría de las localidades de la zona, se trata de un área en la que se elaboran unos excelentes vinos, bajo la Denominación de Origen Cariñena.
El edificio más significativo de su casco urbano es la iglesia parroquial, de Nuestra Señora de los Ángeles, construida durante el siglo XVI, en estilo renacentista. Presenta una torre mudéjar que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Del edificio original, románico, conserva la torre adosada a la parte posterior del campanario actual y un acceso bajo un arco de medio punto. Después se construyó otro templo gótico, del que también conserva restos, como el rosetón.
También dentro del núcleo urbano se ubica la ermita de San Martín. Se trata de una construcción en ladrillo de carácter civil, erigida en el siglo XVI. En ella, llama la atención el altar gótico de San Martín, datado en 1.507, así como diversas pinturas de los siglos XVII y XVIII.
Igualmente sobresale el puente medieval sobre el río Huerva, construido en el siglo XVI y todavía en uso. Al parecer, era de pago y tenia una puerta que lo cerraba. En los alrededores se encuentra la ermita de San Vicente, en el cabezo del mismo nombre. Desde allí, podemos contemplar un magnífico panorama de los alrededores de Villanueva. En el pasado era destino de las romerías, pero hoy la ruina comienza a amenazarla.
En unos viñedos cercanos se encuentra un árbol monumental y singular de Aragón, el Pino Pindera, que destaca por su forma bella y curiosa y por su altura, pues mide más de seis metros. También interesante es el cabezo de San Pedro, otro estupendo mirador natural, que estuvo habitado en la antigüedad, según los restos del Bronce hallados en las excavaciones arqueológicas.
La fuente llamada El Baño se ubica en las márgenes del Huerva, en un paraje tranquilo y acogedor, al que accederemos siguiendo la foz de Los Calderones. Se trata de un manantial con propiedades medicinales, conocido desde hace tiempo.
Desde aquí podemos acercarnos a la comarca vecina, donde hallaremos importantes conjuntos naturales, como la reserva ornitológica de El Planerón y el refugio de fauna silvestre de La Lomaza, ambos en la comarca Campo de Belchite, o se puede visitar Fuendetodos, el pueblo natal de Francisco de Goya.
Celebra fiestas el 17 de enero, donde se enciende una gran hoguera en honor a San Antón, en la que los vecinos prepara migas, patatas asadas, chuletas,... El 3 de febrero, San Blas, se saca en procesión la imagen del santo. Las fiestas patronales en honor a este santo se trasladan al tercer viernes de agosto. El 15 de mayo, para San Isidro, se acude al peirón de Santa Bárbara, donde se realiza la Bendición de los Términos. Durante los días 25 y 26 de julio tienen lugar las fiestas en honor a Santiago y Santa Ana.
Nada más salir de Villanueva hacia Cariñena me desvío a la izquierda, para seguir por la carretera A-1101 en dirección Aguilón.
En el kilómetro 27,36, dejo la carretera A-1101 que se dirige a Aguilón, para continuar por la carretera CV-102  en dirección a Tosos.
Lugar de la provincia de Zaragoza Situado en la zona del Campo de Cariñena, junto al río Huerva, al norte del embalse de Las Torcas, a 585 metros de altitud. Su población en 1998, era de 206 habitantes.; en 1978, tenía 369 habitantes.; en 1950, 888 habitantes.; en 1900, 865 habitantes.
Con la llegada de los pueblos del norte y las invasiones se crea un pueblo llamado los Celtiberos y dentro de estos, en la zona comprendida entre los ríos Huerva y Aguasvivas, (Los Belaiscos), con dos núcleos conocidos importantes, Contrebia Belaisca (Botorrita) y Beligium (Azuara). En el siglo I antes de Cristo se produce la conquista romana de la zona de los Belaiscos y la destrucción de la mayoría de sus ciudades; Azuara (76 a. de C.), Botorrita (74 a. de C.), Herrera (49 a. de C.).
De la época visigoda solo se conoce que en el 499 el rey Suevo Requiario y el general Basilio devastan la zona. En el 714, tras la conquista de Zaragoza por las tropas de “Musa ibn Nusayr”, los musulmanes pasan a dominar la zona y establecen sus nuevos planteamientos agrícolas por lo que los pueblos vuelven a cobrar nueva vida y riqueza. La mención más antigua que se conoce en la zona es la de Alcañíz de la Huerva o Alcañicejo, lo que hoy conocemos como el Santo, en una cita de al-Udri del año 878, en una expedición contra Zaragoza.
También pudo sufrir los ataques del Cid, partiendo desde su fortaleza de El Poyo con destino a Zaragoza, buscando rutas alternativas para no ser visto por los caminos principales, ya que también se nombra a Alcañíz de la Huerva en el poema del Cid, entre los versos 935 y 940.
Otro de los puntos estratégicos por su situación en la ribera del Huerva fue el Castillo de la Casaza (Tosos), construido posiblemente por los templarios, que recibieron tierras en la zona tras el acuerdo con Ramón Berenguer IV. Rescatado a los moros por Alfonso I en 1123, como era costumbre en la época las tierras conquistadas eran repartidas entre los nobles o entregadas a las Ordenes Militares, dichas tierras fueron entregadas a los hermanos Fruela y Pelayo.
La iglesia parroquial de Santa María es de estilo mudéjar. Con fecha 22 de febrero de 1.409, el Vicario del señor Arzobispo de Zaragoza da licencia a los jurados de Tosos para reparar la Iglesia y los altares. Poco tiempo después, con fecha 5 de noviembre de 1.409, da licencia para gastar en estas obras 200 sueldos y otras cantidades diciendo que la capilla a que se refiere es bastante hermosa.
En 29 de abril de 1.523 se dice que en la Iglesia había Sagrario y tres altares. El mayor, dedicado a la Bienaventurada María, y dos dedicados a San Juan y Santa Ana. Había pila bautismal y un campanario con tres campanas; dos grandes y una pequeña. Además un cimbalico.
En 12 de abril de 1.554 nos dicen que el retablo del altar mayor es de pincel y el altar de yeso. Había para iluminar este altar una lámpara de cobre. Se manda retejar la Iglesia y comprar una lápida para el altar mayor, así como arreglar el suelo.
En 28 de septiembre de 1.547, además de repetir que el altar mayor es pintado, se dice lo mismo respecto del que estaba del lado de la Epístola, dedicado a San Juan, y del situado al lado del Evangelio, dedicado a Santa Ana. Se manda también reparar y retejar la Iglesia y colocar puerta al cementerio, que estaba al lado de la Iglesia.
En 1 de Mayo de 1.656 se cita otro altar dedicado a Cristo Crucificado.
El 16 de septiembre de 1749 estuvo en Tosos el Arzobispo Don Francisco Añoa del Busto y confirmó a 100 parroquianos. Entonces Tosos tenía 130 vecinos y había dos sacerdotes: uno, el Rector, Don Vicente Aguinaga, y otro, Don Joseph Barta, natural de Tosos, quien con extremada pasión dirigió y defendió los intereses del pueblo ante el Marqués de Tosos, contra el que sentía aversión y ojeriza.
En 4 de septiembre de 1.771 la parroquia contaba con 150 vecinos y se dice que las paredes de la Iglesia estaban firmes. Reconocida por oficiales albañiles no ofrecía peligro de ruina, si bien el suelo de ladrillo estaba bastante deteriorado. Ya se habían cambiado la dedicación de los altares; son ya cuatro dedicados a nuestra Señora del Rosario, San Antonio de Padua, San Pedro Arbués y el Santo Cristo. Señalan deficiencias en la escalera que conduce al coro.
En 1.783 era Rector de Tosos D, Carlos Ibáñez, procedente de la localidad turolense de Blancas. Nos da noticias y comienza diciendo que se declaró ruinosa la Iglesia en 1.783 y que "se demolió del todo y se sacó el Señor de ella el día 7 de marzo del año siguiente a un granero propio del Marqués de este lugar, que desde dicho día sirve de Iglesia para este pueblo de 185 vecinos y 500 almas de comunión”.
En esta Iglesia provisional sólo había tres altares; el mayor, dedicado a la Virgen del Pilar, tenía como retablo un cuadro de la Virgen y al pié otro de San Pedro Arbués. En el altar del lado de la epístola había un cuadro de San Antonio Abad y el altar del lado del evangelio estaba dedicado al Santo Cristo. Otros cuadros adornaban las paredes y media ventana se transformó en campanario. La luz entraba por la otra media ventana y por la puerta. Había además dos lámparas para alumbrar y otras de devoción que encendían los días de fiesta.
Dentro del granero hicieron un apartado con cañizos y obra que servía de sacristía y donde se guardaban los ornamentos con cuidado, que no podía ser mucho, pues, se dice, que sobre los ornamentos "se pasean los ratones".
En el Libro de Fábrica de la Parroquia se añaden más datos sobre el traslado del Señor al granero. Dice el Rector que después de la Misa Mayor se procedió a la bendición del granero y que la ceremonia terminó cerca de las doce.
Por la tarde, entre las tres y las cuatro, acudió todo el pueblo con velas para trasladar al Señor a la nueva iglesia parroquial y estaban también presentes el Señor Marqués de Tosos y fray Pedro Arenas, guardián del convento de Santa Catalina, de Cariñena, y predicador de la Cuaresma en Tosos.
Muy emotiva debió ser la ceremonia. Sabemos que el Rector exhortó al pueblo de Tosos a dar gracias a Dios y a trabajar con ardor para construir la nueva Iglesia con el fin de trasladar al Señor a ella con la misma o mayor magnificencia.
El permiso para bendecir el granero se otorgó en Zaragoza el día 28 de Junio de 1.783, pero las muchas lluvias, el verano y la recolección de la uva retrasaron la labor de adecentar el granero para la misión que tenía que desempeñar.
Después del traslado del Señor acudieron los vecinos al Palacio del Marqués, que les obsequió con un refresco y chocolate, expresando su satisfacción por el acto tan lucido y concurrido.
Vinieron años duros para el pueblo para edificar el templo actual, ya que estaba comprometido a pagar un rediezmo que mermaba sus posibilidades. Por estimar que dicho rediezmo era injusto entablaron una demanda.
.Grande debió ser el entusiasmo que despertó entre los vecinos la construcción de la nueva Iglesia, ya que apelaron a todos los procedimientos para recaudar fondos, hecho en el que destacaron las mujeres, pues cada semana dos, las "semaneras", se dedicaban a recaudar fondos y lo mismo recogían cantidades en metálico que un almud de trigo. Las primeras semaneras fueron Catalina Jaime y María Beatove y de las anotadas las que recaudaron una cantidad mayor Lorenza Salueña y María Ramo, que recogieron tres libras.
Hay incluso constancia de que uno de los años sortearon un tocino y se recaudaron 2 cahíces, tres fanegas y nueve almudes de trigo. También se sortearon roscones para San Blas y San Bartolomé.  Sabemos que comenzaron las obras en 1.784, en el mismo lugar que la Iglesia antigua, y que se trasladó el Señor a la nueva Iglesia en 1.793, si bien no conocemos todavía la fecha
En el pago de materiales y al arquitecto se gastaron más de 7.000 libras jaquesas, siendo maestro de obras Miguel Barta, que en 7 de diciembre de 1.784 levantó acta de estar correctos los cimientos de la Iglesia.
La madera de la Iglesia la pagó don Joseph Ulzúrrun de Asanza, Marqués de Tosos y cinco puentes otro Marqués de Zaragoza. Se emplearon para transportarla 53 carros y el señor Marqués prestó una cantidad de dinero para el porte, que cobró posteriormente.
Los vecinos contribuyeron con su trabajo personal, sin cobrar estipendio alguno. A pesar de todo se vieron obligados a tomar 1.000 libras jaquesas a censo y en mayo de 1.787 el Notario Real, Don Joseph Molinos, con domicilio en Villanueva de Huerva, otorgó la oportuna escritura, siendo los intereses del tres por ciento. El día 5 de junio de dicho año Don Manuel García, Alcalde Mayor de Tosos, fue a Zaragoza a buscar el dinero.
No creo necesario describir la Iglesia actual, pero en 1.804 se nos dice que además del altar mayor hay otros siete bajo las advocaciones de la Virgen del Pilar, Santo Cristo, San Pascual, Nuestra Señora del Rosario, San Antonio, San José y San Joaquín, y que este último se acababa de terminar.
Durante la construcción de la Iglesia se utilizó el cementerio para arrojar material de derribo. Quedó muy deteriorado y sin puertas.
En 1.819 se había hecho ya nuevo cementerio que, según la información que poseo, estaba inmediato a la Iglesia, pero fuera del pueblo.
En 24 de Agosto de 1.849 se dice que la Iglesia es moderna y tiene nueve altares. El altar mayor es privilegiado y está dedicado a la Natividad. Los restantes a Nuestra Señora del Rosario, San Antonio, San José, San Joaquín, Nuestra Señora del Pilar, Santo Cristo, San Pascual Bailón y San Roque. Hay dos cementerios, uno dentro de la población, junto a la Iglesia, y el otro fuera, pero inservible, ya que cayó una de las paredes hacía dos años a causa de un aguacero. Había en la Iglesia dos campanas, una de 14 a 16 arrobas, que se llama María, y la otra de unas 6 arrobas, que se llama Bárbara.
Tosos, Julio de 1.984
HILARIO ANSÓN
Su advocación es de SANTA MARÍA LA MAYOR.
Hay varios documentos en el archivo parroquial de Tosos que explican algunas vicisitudes en la construcción de la Iglesia.
A finales de 1.731 se firman unas capitulaciones con Ignacio Fabregát, residente en Plenas, por las que el Rector de Tosos, Joseph Serrada, se comprometía a pagar 660 escudos si hacia la obra de la Iglesia en cinco años pagando dicha cantidad en trigo duro y morcacho excepto la cuarta parte que sería en dinero. Se especifica lo que ocurriría si falleciese el Rector y diversas condiciones y firman como testigos Joseph Barta, capellán de Tosos, Miguel Férriz, Regidor y Columbano Férriz, Sindico Procurador. Pero las obras no se concluyen en cinco años. Hay un par de recibos y abonos a Ignacio Fabregát pero en 1.753 no se ha terminado la obra y se halla paralizada.
Se habla y se comenta la situación y se comunica lo que piensa el Ayuntamiento al Marqués y Señor temporal de Tosos Don Joseph Ulzurrun de Asanza y se acuerda colocar carteles convocando a constructores, en Zaragoza, Tosos, Belchite, Cariñena y otros lugares y se cita como fecha para la subasta el día 13 de julio de 1.783. Se había dicho por los maestros de obras que no se podía continuar la obra iniciada pues "está errada" y se acordó que se haría la iglesia según el proyecto que realizaría Miguel Barta, maestro de obras de Zaragoza.
El día de la subasta en el Palacio del Marqués de Tosos, presente este, el Rector de Tosos, Don Carlos Ibañez, verdadera alma en la construcción de la Iglesia, los posibles contratistas, el Ayuntamiento y muchas otras personas, por el corredor público Joseph Julve se lee en alta e inteligible voz los pactos y condiciones a que se ha de sujetar la construcción de la Iglesia y solemnemente se encienden tres candelas apercibiendo que cuando se apague la última no se admitirán mas ofrecimientos y quedará rematada la obra.
La adjudicación de la misma quedó a favor de D. Carlos Damayson, maestro de obras de la ciudad de Zaragoza como mejor postor por la cantidad de 1.795 libras jaquesas pagaderas en varios plazos: el primero al comenzar las obras; el segundo al arrancar los arcos de las capillas; el tercero al sacar las aguas y el cuarto una vez que haya sido visurada y entregada la obra.
En la copia de la escritura que he visto figuran numerosas condiciones tales como derribar la iglesia vieja y su torre así como derribar los machones y pilastras de la iglesia que se estaba construyendo y que no se terminó rebajando parte de los muros ya construidos.
La nueva iglesia ha de ser de "una nave con cuatro capillas por vanda". Se detalla lo que se ha de hacer en los cimientos, las capillas, el tejado, las pilastras de la puerta que han de ser de orden dórico. También se detalla como ha de ser el chapitel de la Iglesia "que ha de llevar abuja, bola, beleta y cruz."
Se especifica que los peones que han de trabajar en la obra han de ser de Tosos si bien puede traer el contratista un peón por cada oficial.
El contratista presenta como fiadores a Pedro Campos, albañil, vecino de la villa de Aguarón, y a Luis Pérez, carpintero, vecino de Longares.
En 4 de mayo de 1.793, Ramón Pac, vecino de Tosos, presenta un poder de Carlos Damayson, que le autoriza a actuar en su nombre y continuar la obra de la Iglesia. Se hacen unas cuentas de mejoras en la obra, deudas del contratista y otras cantidades y se acuerda pagar 252 libras jaquesas, seis sueldos y seis dineros.
El citado Ramón Pac se compromete a no pedir mas cantidades y rematar la obra en el plazo de cinco meses. Presenta como fiadores a Manuel García y Antonio Cebrián, vecinos de Tosos. Actúan como testigos Salvador Bernad, médico, y Manuel Peligero, boticario de Tosos.
Entre los acuerdos figura el hacer el chapitel de nuevo diseño.
Hay otra nota sin fecha en la que habla de refundir la campana de 24 arrobas y aportar una o dos arrobas de metal nuevo para que dé el peso exacto.
Ahora ya, en el plazo convenido de cinco meses, se termina la obra de la Iglesia de Tosos en la forma actual.
Hay notas de fechas posteriores de obras en la Iglesia, grietas en la bóveda, arreglo de un ángulo de la torre y de todo el costado de la iglesia. La última nota fechada es de 19 de Octubre de 1.864. Es un recibo del abono de 600 reales de vellón por visura y presupuesto para la reparación de la Iglesia parroquial.
La obra de la iglesia de Tosos no la pudo ver acabada su verdadero impulsor, el Rector Don Carlos Ibáñez, pues fallecía en Tosos el día 29 de Mayo de 1.790. Esa dicha le correspondió al Rector Mateo de León que tomó posesión de la rectoría de Tosos en julio de 1.793.
La primera persona que recibió las aguas bautismales en la nueva iglesia fue Sebastiana Felipe Guillén, hija de Francisco Felipe Felipe, natural de Tosos, y de Juana María Guillén Ximeno, natural de Badules. Fue bautizada el día 20 de Enero de 1.794. Al margen de su partida de bautismo consta que murió a los 19 años.
En un libro existente en el Archivo Parroquial de Tosos en cuyo lomo pone "COFRADÍA DEL ROSARIO-1.900" y en su último folio hay una nota que copiada literalmente, dice:
"En el día 26 de Diciembre, día segundo de Pasqua de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, del año 1.793 se trasladó el Señor a su nuevo templo con mucho concurso de gentes y grande regocijo de los vecinos de este lugar derramando muchas lágrimas de contento de ver su Señor en su nueva casa y se hizo una Procesión muy solemne con su Introducción y Danze; y para que sirva de memoria lo hapunté en este libro para que cuando lo lean me encomienden a Dios, pues fuy el que puso la primera piedra de dicha Iglesia siendo depositario de dicha hobra, yo el citado Manuel Peligero, Boticario de dicho lugar de Tosos."
Eras de Santa Bárbara en Tosos, Junio de 1.993.
HILARIO ANSÓN LUESMA

Decido dirigirme hasta el Pantano de Las Torcas, que se encuentra aproximadamente, según el indicador, a  unos ocho kilómetros del casco urbano de Tosos. La pista que se dirige al pantano está en muy buen estado. Durante el trayecto a lo lejos contemplo , los restos todavía en pie de un castillo ,denominado "Casaza" no se conocen datos históricos sobre este pequeño castillo, quizás fue una posición musulmana para vigilancia del valle del Huerva, aunque la tradición oral atribuye su construcción a los Templarios, que en esta zona recibieron tierras tras el acuerdo con Ramón Berenguer IV. Llego al Pantano de las Torcas con 34´94 kilómetros. Un paraje de extraordinaria belleza natural. Construido en 1946 sobre el río Huerva, en el término municipal de Tosos; tiene una capacidad de 9 Hm.3. y 77 Ha. de superficie de embalse. Su función es eminentemente reguladora. Una vez disfrutado de estos hermosos parajes inicio el regreso a Muel , principio y final de esta ruta, llegando a él con un recorrido parcial de 62´73 kilómetros.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/
http://tosos.webcindario.com/tosos/paginas/historiados.html
Colección Rutas CAI - Nº 9 El Campo de Cariñena Edita CAI – PRAMES.

 

Regreso al contenido | Regreso al menu principal