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Ruta 072.- Barrio de Santa Isabel, Villamayor, Sabina de Villamayor ,trincheras de  Los Petrusos .Perdiguera

 

El 27 de febrero de 2011 salgo de Santa Isabel (barrio de Zaragoza) con un total de 5378    kilómetros.

Llego a Villamayor con  3´90 kilómetros.

Su censo en el año 2008 es de 2.878 habitantes, 1.438 hombres y 1.440 mujeres, con una edad media de 41,2 años y una tasa de población de inmigrantes del 5,42%. A pesar de la proximidad y de la dependencia respecto a la capital, Villamayor no ha perdido nunca su carácter rural. Villamayor, denominado de Gállego  (antiguo barrio rural de Zaragoza desde 1911) desde su constitución en municipio independiente en 2006, se ubica a ocho kilómetros de Zaragoza, de donde dependió hasta entonces administrativamente como barrio rural. Villamayor es lugar de contrastes, por un lado la sequedad y aridez de los Monegros y por otro la frondosidad de su huerta en la vega de la margen izquierda del río Gállego que es regada por la Acequia de Camarera.

Sobre una base de población yemení, en el siglo XII, con motivo de la Reconquista, se asentaron en la zona de Mamblas grupos de colonos, quienes, junto a los moriscos y mudéjares de la zona, construyeron las acequias que riegan la huerta.  En 1364 aparece Villamayor como barrio de Zaragoza, por causas económicas, puesto que de esta manera se pagaban los impuestos por casa u hogares, y no por cabezas, como lo hacían los términos independientes

En 1383 se reguló la toma de agua sobrante de la acequia de Candeclaus, en el Partidero del Cuchillo, y en 1398 se fundó la Cofradía de Nuestra Señora del Pueyo, siendo su primer cofrade el rey D. Martín.   En el siglo XV seguía siendo barrio; pero ya en el XVII parece ser que se independizó de la capital. En el XVIII se hizo notar la influencia de la nobleza en la vida de Villamayor. A destacar el caso de doña Prudenciana Portocarrero y Funes de Villalpando, Duquesa de Híjar

Del siglo XIX, reseñar dos hechos: la constitución de la comunidad de regantes y su sindicato. En 1911 se anexionó a Zaragoza nuevamente, también por razones económicas, ya que era muy profunda la crisis agrícola y no se podían soportar los gastos municipales. La segunda República significó una época de esplendor para el barrio: construcción de escuelas, racionalización de los cultivos, etc., que fue trágicamente cortada por la Guerra Civil

En pleno centro urbano se levanta su iglesia parroquial bajo la advocación de la Asunción de Nuestra Señora.

El templo actual es el resultado de la profunda restauración que realizó en 1973 el arquitecto Lorenzo Monclús Ramírez. Como consecuencia de la misma, se cambió la orientación litúrgica, quedando la torre en el tramo de los pies, donde también se abre el nuevo atrio de entrada. La portada se dispuso en arco apuntado, decorando la parte superior del muro con una banda de cruces de múltiples brazos formando rombos y otra de esquinillas compuesta por dos hiladas dispuestas al tresbolillo.

La iglesia de La Asunción, reformada correspondería a la edificada en el siglo XV en estilo mudéjar, cuya continuación lógica sería la torre, documentada su construcción en el siglo siguiente. Gracias a fray Diego Espés conocemos el mandato del arzobispo fray Alonso de Arguello de fecha 23 de marzo de 1425 en el que se decide construir un nuevo templo dado el mal estado del anterior: “en este tiempo estaba la iglesia parroquial de Villamayor muy dirruida y con notable peligro de hundirse y informado el arzobispo del daño que se podía seguir, mando asolarla hasta los cimientos y allí mismo reedificar de nuevo y que entretanto el santísimo sacramento esté reservado en la Iglesia de Nuestra Señora del Pueyo, ermita del propio lugar y que allí se celebren las misas, divinos oficios y se administren los sacramentos, a donde los parroquianos acudan a oírlos y a recibir los santos sacramentos como a su iglesia parroquial

Teniendo en cuenta que este mandato debe de considerarse como la “declaración de intenciones” de edificar una nueva iglesia, y con la duda que siempre surge sobre la diligencia con que se cumplen los mandatos pastorales, lo único seguro es que el nuevo templo se construyó a lo largo de este siglo y el siguiente, desconociendo hasta el momento la fecha concreta de inicio de las obras. En la reforma del año 1973, además de reorientar la iglesia, se convirtieron las capillas laterales en naves, quedando así el edificio con planta de tres naves. Todos los tramos se cubren con bóveda de crucería sencilla. Para Gonzalo Borrás, antes de la reforma, era de nave única de tres tramos de planta cuadrada cubiertos con bóveda de crucería sencilla, con capillas laterales, tipología generalizada de las iglesias mudéjares construidas en la segunda mitad del siglo XV y primera del XVI.

En un lateral del interior del atrio se dispuso un espacio enmarcado y protegido por cristal en el que se exponen piezas originales de los tres tipos de cerámica con que se ornamenta la torre. El primero es el denominado “de cartabón” dividido en dos mitades triangulares, de color blanco y verde.

Los otros dos son del tipo llamado de cuenca o arista. Uno  combina un diseño vegetal de ocho puntas central inscrito en un motivo mixtilíneo, mientras que el otro lo conforman una sucesión de capullos florales.

La torre se levanta adosada al tramo de los pies, aunque en origen lo estuvo a la cabecera. Es de tipo mixto, con un cuerpo bajo cuadrado y otro superior octogonal. Su construcción está documentada a finales del siglo XVI, concretamente en 1587, siendo maestro de obras Domingo de Estada. Estructuralmente se presenta al interior totalmente hueca. Se ilumina a través de pequeños vanos que cierran por aproximación de hiladas. El paso del cuerpo cuadrado al octogonal se resuelve, como suele ser habitual, mediante trompas de ángulo. Las escaleras adosadas a los muros es probable que sean posteriores a la obra de la torre.

Salgo de Villamayor con 4´50 kilómetros.

En el kilómetro 8´16 me desvío a la derecha por una pista que se dirige hacia La sabina de Villamayor de Gállego a la que llego con 9´10 kilómetros. Esta sabina albar o sabina blanca, de grandes proporciones, tiene 2.000 años, y es de los pocos ejemplares bimilenarios que quedan en Europa. Este impresionante árbol tiene  12 metros de altura Y 2,43 de perímetro. Cerca de esta sabina discurre un canino que se dirige a Farlete siguiendo ,y que discurre paralelo al Barranco Salado, además tengo como referencia que se dirige hacia los molinos de viento instalados muy cerca de la loma donde se sitúan las trincheras.

En el kilómetro 14´06 conecto con el camino que viene de la carretera,   hay un poste indicador con la leyenda “vestigios de la Guerra Civil” y que me indica  que debo seguir por la derecha.

Con 14´42 kilómetros llego a  la posición que ocupaban las trincheras de “Los Petrusos”. Estas posiciones junto con las aledañas de Campoliva, Primoral o las del vértice Flora, constituyen el conjunto fortificado de la Guerra Civil española más cercano a la ciudad de Zaragoza, objetivo predilecto e inalcanzado del ejercito republicano.

Tras el fracaso del golpe de estado del 17 de Julio de 1936 y consecuente estallido de la Guerra Civil, el ejercito sublevado ocupa Zaragoza y la zona occidental de Aragón, mientras que por la zona oriental se despliegan columnas de milicianos republicanos procedentes de Cataluña  y Levante, cuyo objetivo principal es la recuperación de las tres capitales aragonesas.

En noviembre de 1936, y ante el avance de las centurias anarquistas de la CNT, la 4ª Unidad de Pontoneros de Zaragoza, (englobada más tarde en el 5º Cuerpo de Ejercito de Aragón) fortifica entre Villamayor y Perdiguera una serie de posiciones defensivas  consolidadas después por la 10ª compañía de Zapadores. Durante el primer año de guerra el frente permaneció invariable en este sector, pero el 24 de agosto de 1937 la Agrupación B republicana mandada por el general Kleber, rebasó las líneas nacionales con el objetivo de ocupar Villamayor y llegar por el barrio de Santa Isabel a la capital aragonesa. El ataque se encuadraba en la denominada Ofensiva de Zaragoza, que fracasó en su conjunto pese a los avances republicanos en los sectores de Belchite y Zuera.

El ataque protagonizado por dos batallones de la XIII Brigada Internacional (“Jaroslaw Dabrowski”), se detuvo a las mismas puertas de Villamayor gracias a los refuerzos llegados de Zaragoza, que lograron recuperar el terreno perdido restableciendo la línea del frente. El resto de las unidades de la XIII y la XII Brigada Internacional (“Garibaldi”) se estrellaron contra las posiciones nacionales.

Como una avanzadilla de la Sierra de Alcubierre, la pequeña alineación montañosa de los Petrusos dibuja una línea de unos 8 kilómetros al noreste de Villamayor, marcando el límite con Perdiguera y Alfajarín. Pese a su modesta altitud (cota máxima de 469 metros) disfruta de amplias panorámicas: Pirineos y Sierra de Alcubierre, hacia el norte; la ciudad de Zaragoza a tan solo 18 kilómetros y Cordillera Ibérica en dirección sur.

La posición de los Petrusos, ocupa una suave loma de 445 metros de cota, batiendo hacia el norte la carretera nueva y hacia el sur el camino viejo de  Farlete. La posición se da la mano con otras cotas fortificadas del amplio despliegue del bando nacional situadas a su izquierda, derecha y retaguardia. En frente, hacia el noreste, el ejercito republicano dominaba las posiciones del Macerado, Santa Cruz, Monte Oscuro, Peñáguila y Suelta Alta.

La posición se estructura en dos unidades defensivas enlazadas por un largo ramal de comunicación, trazado en zigzag, de 135 metros de longitud. En la base de la loma, a retaguardia, hubo dos áreas de vivac unidas a la posición mediante otro ramal de unos 60 metros de largo.

En el centro de cada unidad se aprecian los restos de abrigos cubiertos, de planta rectangular, que servían para la pernocta de la guarnición y como puestos de mando y socorro. Rodea este núcleo una trinchera perimetral de la que nacen cortos ramales  zigzag hacia los pozos de tirador, sencillamente excavados en tierra y descubiertos, y los nidos de ametralladora, más sólidos, que se distinguen por su estructura de hormigón armado. Sendos aljibes de planta circular almacenaban el agua que era suministrada por las columnas de abastecimiento.

Las zonas de vivac situadas junto al camino viejo, a resguardo del fuego y de las vistas del enemigo, estaban formadas por abrigos excavados en el terreno y de cubierta ligera (ramas, tierra, etc.). Allí descansaban los soldados que no estaban de servicio en las trincheras o se recibía y almacenaba munición y víveres.

Escenario durante casi dos años de una guerra fraticida y cruel, estas trincheras son hoy testimonios silenciosos del sufrimiento, la angustia y miserias de unos hombres a los que el destino trajo de tierras lejanas hasta este rincón de la estepa aragonesa. La preservación de estos restos y su visita respetuosa sirvan para honrar su memoria.

Desde aquí decido proseguir viaje hacia Perdiguera.

En el kilómetro 16´21 salgo a la carretera A-1104 que se dirige a  Farlete, pero enseguida tomo un camino a la izquierda que se dirige hacia Perdiguera, al que llego con 22´´43 kilómetros.

Perdiguera Lugar de la provincia de Zaragoza, Situado al pie de la sierra de Alcubierre                                (Depresión del Ebro) en el extremo suroeste de la comarca de Monegros, a 473 metros de altitud. Su población en 1998, era de 447 habitantes.; en 1978, 556 habitantes.; en 1950, 759 habitantes.; en 1900, 681 habitantes. Gentilicio: Perdiguerazos.

Según la tradición, el pueblo se formó gracias a la huída de las gentes de una población próxima (Asteruelas) de la peste negra. Las  primeras citas de Perdiguera, tienen su origen en unos escritos de Benedicto XIII, más conocido como “Papa Luna”.

Al pie de la sierra de Alcubierre, el casco urbano de Perdiguera se asienta a orillas de la carretera de Zaragoza a Monzón. La localidad nos muestra en su casco urbano buenos ejemplos de arquitectura tradicional, sobresaliendo la Casa Consistorial de mediados del siglo XIX. En ella nos encontramos un excelente juego de piedra y ladrillo típicamente aragonés. A ello hay que unir los volúmenes del templo parroquial, bella edificación del siglo XVI de clara impronta gótica. En la fachada se puede apreciar la clásica galería aragonesa de arcos de ladrillo. Interiormente el visitante quedará sorprendido ante la belleza de su Retablo Mayor, obra del siglo XVI y estilo plateresco. Al exterior, la torre campanario todavía deja entrever una evidente mano mudéjar. Es aquí donde también podemos contemplar bellas piezas de arte sacro en su pequeño pero cuidado Museo Parroquial.

Los aljibes de Perdiguera  estaban destinados a recoger el agua pluvial de una extensa zona para abastecer a la población. El más cercano a la zona de escorrenteria fue construido en la década de 1920 y el otro en el año 1953. Estuvieron en uso hasta el año 1977, año en que llegó el agua corriente.

En esta localidad se celebra el día 15 de mayo San Isidro Labrador. Del 28 al 31 de julio, tienen lugar las fiestas en honor de Santa Beatriz, acudiendo los perdigueranos en romería a la ermita de la Virgen de Magallón, en la vecina localidad de Leciñena.

Terminada mi visita inicio el regreso con 23´90 kilómetros.

En el kilómetro 29´74 salgo a la carretera A-129

En el kilómetro 39´91, paso de nuevo  por Villamayor.

En el kilómetro 43´07 regreso a Santa Isabel, principio y final de esta etapa.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

http://sobrezaragoza.com

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/

http://www.aragonmudejar.com/

Colección Rutas CAI - Nº 39 Los Monegros Edita CAI – PRAMES

http://www.aytovillamayorzgz.es/

http://es.wikipedia.org/

 

 

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©  Cheluy -Sera 2011