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Por tierras de Calatayud  5.

 

Ruta.-Paracuellos de Jiloca, Maluenda, Velilla de Jiloca, Fuentes  de Jiloca, Villafeliche, Montón, Morata de Jiloca.

 

La Comunidad de Calatayud es una Comarca privilegiada en materia de agua. Hasta 15 ríos la atraviesan de norte a sur y de este a oeste (Aranda, Carabán, Grío, Hénar, Isuela, Jiloca, Manubles, Ribota, Mesa, Monegrillo, Nájima, Ortíz, Piedra, Perejiles, siendo el río Jalón su eje vertebrador).La Ruta de los Usos Tradicionales del Agua nos acerca a la diversidad de infraestructuras hidráulicas relacionadas con el aprovechamiento y uso de este recurso tan valioso. Acueductos, antiguos embalses, fuentes, lavaderos, molinos, norias, puentes y otros ingenios nos muestran el enorme patrimonio existente en esta singular Comarca.

La vega del Jiloca se presenta como una de las mejores excursiones por los alrededores de la zona. En ella visitaremos los pueblos de Maluenda, Velilla de Jiloca, Morata de Jiloca y Fuentes de Jiloca, disfrutando de su cultura, gentes y unas rica gastronomía con productos extraídos de exquisita cuenca fluvial. Hacia el norte, las aguas de este río deben salvar uno de sus tramos más complicados en las denominadas Hoces del Jalón. Angostos pasos entre paredes de cuarcitas y pizarras en los que contemplaremos algunas de las panorámicas más bellas de toda la comarca. Además de convertirse en un escenario perfecto para los amantes a la escalada.

El día 30 de  Enero de 2010 dejo el coche en  Paracuellos de Jiloca, donde comenzará la ruta de hoy. Llevo recorridos a día de hoy, un total de 3835 kilómetros.

 

Comienzo el recorrido en su   importante balneario de aguas termales. Paracuellos de Jiloca pertenece a la  Provincia de Zaragoza, Comarca Comunidad de Calatayud. Situado en la depresión Calatayud-Daroca, próximo al río Jiloca, sitúa su caserío a la derecha del río de su nombre, a 580 metros de altitud. Gentilicio: Paracuellanos.

Su población en 1998, era de 495 habitantes.; en 1978, 710 eran habitantes.; en 1950, 1.138 habitantes.; en 1900, 730 habitantes.

Conocido municipio bilbilitano por la calidad minero medicinal de sus aguas. Asentado en la vega del Jiloca, sitúa su caserío a la derecha del río de su nombre. Paracuellos es una afamada zona turística gracias a las inmejorables instalaciones de su balneario.

Recorremos su casco urbano entre calles estrechas plagadas de curiosidades donde asoman bonitas construcciones con fachadas en tapial, grandes balconadas y aleros trabajados. Este  casco urbano se agrupa en torno al castillo de Xiloca, de origen musulmán y construido en tapial y ladrillo. La fortaleza figura en el Cantar del Mío Cid. Es de tapial y ladrillo, de origen musulmán En uno de sus ángulos, el más estratégico, se erige la iglesia parroquial de San Miguel, de ladrillo y mampostería y provista de la típica lonja aragonesa. Su airosa torre campanario es de planta cuadrada en su parte baja, y de  forma octogonal en la parte más superior. En el interior del templo se conservan valiosos retablos datados entre los siglos XIII y XIV.

Existe una ermita dedicada a Santa María que se compone de un edificio barroco del siglo XVII, construido en ladrillo y tapial. En su interior hay retablos del siglo XVIII, excepto el dedicado a San Miguel que pertenece al siglo XVI de estilo manierista e italianizante. Paracuellos celebra fiestas el 3 de mayo celebración de La Cruz de Mayo con una romería a la ermita de la Santa Cruz. Más adelante. El 13 de junio se celebra San Antonio. El 16 de agosto San Roque se celebra una romería a su ermita. Las fiestas mayores se celebran en honor de Santa Eulalia y Santa Lucía, del 9 al 13 de diciembre.

 

Salgo de Paracuellos de Jiloca con 1´82 kilómetros, y me dirijo por la Carretera Nacional 234 hacia la localidad de Maluenda a la que llego con 5,23 kilómetros.

 

Maluenda es un Importante municipio zaragozano perteneciente a la comarca de Comunidad de Calatayud. Asentado a 581 metros de altitud en la rica vega del Jiloca plagada de bellos árboles frutales. Tiene 1012 habitantes. Gentilicio: Maluendanos.

Sus orígenes no están completamente esclarecidos pero sí se sabe que existió un asentamiento en la Edad de Bronce, encontrándose diversos objetos que así lo atestiguan. También se dieron asentamientos celtibéricos y, más adelante sabemos que fue una importante plaza fuerte al ser nombrada en diversas crónicas árabes durante la lucha de la Marca norte contra el poder de Granada.

Maluenda contaba a fines del siglo XV con cerca de 200 fuegos, unos mil habitantes; una población muy importante que justifica la abundancia de monumentos y el empeño de los vecinos por construir tres iglesias de grandes proporciones, durante la segunda mitad del siglo XIV y primeros años del XV.

Maluenda cuenta con un interesante patrimonio mudéjar encontrándose dentro de la ruta del Mudéjar en Aragón. Adentrándonos en un casco urbano descubrimos un tramado de carácter lineal en el que se levantan las diferentes construcciones que lo conforman, muchas de sus viviendas responden a los modelos típicos de arquitectura popular mezclándose con otros de tipo más actual fruto de la dinámica actividad que experimenta cada día esta importante localidad.

Comienzo el recorrido entrando en Maluenda por la Calle Mayor, por la casa del Arco. De este edificio., apeado sobre un arco, destaca su balcón con una magnífica puerta de madera tallada coronada por el complejo escudo heráldico de los Círia, trabajado en el mismo material

Subiendo hacia el castillo y dentro del casco urbano se encuentra la imponente mole de la “Torre Albarrana” bastante bien conservada, pero que no estaría de más comenzar una pronta restauración y consolidación.

Sobre una pequeña muela desde la que se domina todo el pueblo y alrededores, diviso los restos de lo que fue el antiguo castillo musulmán, configurándose como una de las fortificaciones árabes realizadas en tapial mejor conservadas de todo Aragón. De la que se conserva parte del muro que bordea la muela por la parte más escarpada, la que mira a occidente, con parte de dos cubos rectangulares hacia el norte. Data de los primeros años de dominación musulmana en tierras aragonesas haya por el siglo X. Según el testimonio del historiador árabe Al-Udrisi, el castillo de “Malonda” ya existía en el siglo X.

Por debajo del castillo, por una senda muy estrecha, me dirijo a lo que fue la mezquita en su día se levantó la iglesia de San Miguel, ocupando la parte más alta de la población. Actualmente en ruinas,  fue construida en argamasa de yeso en los muros y ladrillo en los vanos, torres y contrafuertes. Responden al modelo de iglesia con ábside poligonal de siete lados y nave única con tres tramos rectangulares cubiertos con bóveda de crucería sencilla  y capillas entre los contrafuertes. Desde aquí bajo mis pies, en dirección sur contemplo, la Iglesia de Santa Justa y Rufina,. Desde aquí desciendo hasta esta iglesia situada sobre un altonazo. Es un bello templo de considerables dimensiones en la que destaca su trabajada portada en arco apuntado bajo cuatro vanos. En su interior destacan varios retablos de pintura gótica y un fabuloso púlpito mudéjar. Actualmente permanece abierta al culto, además de ser un centro expositivo llamado Espacio Domingo Ram. Desde aquí me dirijo a  la iglesia de Santa María, realizada entre los siglos XIV y XV con hermosa techumbre mudéjar. Su fachada de piedra está protegida por un alero en el que aparecen las armas de Doña María de Luna, esposa de Martín I el Humano, lo cual indica que esta fachada se acabaría entre 1395 y 1397. Esta misma decoración se ve el bello alfarje de madera que sostiene el coro, además de una inscripción en la que se lee el nombre del maestro: Yuçaf Adolmalih.

La localidad cuenta también con un convento de  carmelitas del siglo XVII .Fundado en 1648 y edificado entre 1688 y 1700. De la obra se encargaron los obreros de la villa, Manuel Gómez Ravilla y Gregorio Aguirre, vecinos de Maluenda, presentando una excelente factura de ladrillo típicamente aragonesa. Cuenta con una iglesia barroca de planta de cruz griega.

Maluenda es conocida también por ser productora de vinos, que están bajo la Denominación de Origen Calatayud. También produce fruta que se encuentra al amparo de la fórmula “C” de Calidad, en el apartado Fruta Protegida con Tratamientos Integrados. Maluenda celebra fiestas,  el 17 de julio, se celebran las fiestas patronales en honor de Santa Rufina y Santa Justa. El 19 del mismo mes, se realiza la romería a la ermita de San Gervasio. El 14 de septiembre se celebra la Veracruz. El 12 de octubre celebración de la Virgen del Pilar y el día 8 de diciembre celebración de la Purísima Concepción.

Salgo de Maluenda con 7,20 kilómetros.

 

Llego a Velilla de Jiloca con 8,93 kilómetros

 

Lugar de la provincia  de Zaragoza. Situado en la depresión longitudinal Calatayud-Daroca (Sistema Ibérico), junto a la margen derecha del río Jiloca a 597 metros  de altitud ,En el corazón de la comarca Comunidad de Calatayud. Su  población en 1998, era de  122 habitantes.; en 1978, 222 habitantes.; en 1950, 560 habitantes.; en 1900, 500 habitantes. Gentilicio: Velillenses.

El poblado esta primitivamente formado por tres fortificaciones que a su vez formaba una media luna. El castillo más septentrional dio lugar a lo que hoy es el conjunto urbano; en el central se levantó la desaparecida ermita de San Esteban y Santa Magdalena; y, por último, en el sur se construyó la actual ermita de la Virgen de Tornos. Realizando un tranquilo paseo por su diminuto casco urbano pronto nos llama a atención la torre de la Iglesia parroquial de San Juan Bautista. Templo del siglo XV con múltiples estilos artísticos en sus muros. La torre, de planta cuadrada de dos cuerpos a los pies, presenta mudéjar en la parte inferior, y formas barrocas en la zona más elevada.

Sus fiestas patronales tienen lugar durante el 3 y el 4 de mayo, en honor de San Paulino. El 16 de agosto se realiza una romería a la ermita de San Roque. Las segundas fiestas patronales en honor de San Juan Bautista se celebran los días el 29 y el 30 de agosto con una romería a la Virgen de Tornos. Terminada la visita parto hacia Fuentes de Jiloca.

Llego a Fuentes  de Jiloca con 16,69 kilómetros.

 

Lugar de la provincia  de Zaragoza. Este atractivo municipio de la comarca Comunidad de Calatayud , se sitúa  en la depresión ibérica Calatayud-Daroca, junto al río Jiloca, sobre un leve montículo a 570 metros de altitud. Su población en 1998, era de  370 habitantes.; en 1978, 538 habitantes.; en 1950, 1.115 habitantes.; en 1900, 1.089 habitantes. Gentilicio: Fuentiloqueros.

Entro en Fuentes de Jiloca por un camino lateral, escoltado, por un inmenso peirón de ladrillo rojo. El Peirón de la Virgen del Pilar.

Cuenta con un bonita casco urbano formado por un irregular entrando urbano en le que se levantan viviendas que se ciñen a los postulados arquitectónicos de la zona. Casonas de adobe y tapial revocadas en muchas ocasiones con cemento o yeso y luciendo encaladas.

En la cota más elevada del asentamiento se ubica la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, templo de clara factura mudéjar levantado en el siglo XVI. Consta de tres naves cubiertas con bellas bóvedas de crucería estrellada y enhiesta torre de dos cuerpos a los pies rematada por un curioso chapitel piramidal. El interior se ilumina con sendos ventanales de medio punto. Se conserva, del mismo modo, el torreón y los matacanes del antiguo castillo medieval que controlaba esta zona de la comarca. Celebra  fiestas  el 23 de abril se celebra San Jorge con migas con chorizo. Durante los días 21 y 22 de mayo, se celebran las fiestas patronales en honor de Santa Quiteria. El segundo domingo de agosto, se conmemora la Virgen de la Soledad, realizándose una romería a la ermita de la Virgen de Semón. Descendiendo a la parte baja paso por la fuente del Siglo XVI. Salgo cruzando el río Jiloca y tomando la PR-Z-93 que discurre paralela a la fértil vega del río, en dirección a Montón y que forma parte del Camino de Santiago, el indicador nos dice que me separan de Montón 4,2 kilómetros. El Jiloca lleva bastante caudal.

 

En el kilómetro 22,95, abandono el camino de Santiago en dirección a Montón, del que apenas me separan 700 metros, para dirigirme por el camino de la derecha hacia Villafeliche, por la PR-Z-93.

 

En el kilómetro 25,04 el camino pasa por debajo de las vías  del antiguo y hoy en desuso ferrocarril de “Caminreal” y se dirige directamente hacia Villafeliche. En este punto a la derecha se encuentra, la  antigua estación de tren de Villafeliche, El ayuntamiento de Villafeliche la está restaurando para darle usos lúdicos. Desde aquí contemplo una bonita panorámica del pueblo.

La creación de la línea Caminreal – Zaragoza estuvo muy vinculada a la línea internacional de Canfranc, inaugurada tan solo cinco años antes de la puesta en servicio de la primera, el 2 de abril de 1933, por lo que cumple ahora 75 años. Además de vertebrar mucho mejor todo Aragón, uniendo más directamente Valencia y Teruel con Zaragoza, supuso el eslabón que faltaba para enlazar el Levante español con Europa, atravesando los Pirineos por la frontera ferroviaria de Canfranc.

Los orígenes de la línea Caminreal – Zaragoza se remontan a principios del siglo pasado, cuando una de las compañías de ferrocarriles existentes por aquel entonces, la Compañía del Central de Aragón, tuvo la necesidad de unir más directamente Valencia y Teruel con Zaragoza. Hasta entonces y desde 1901, esta Compañía disponía de una línea de Valencia a Teruel, desde donde continuaba hasta Calatayud para enlazar con la línea Madrid – Zaragoza, gestionada por la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA). Este trazado suponía dar un gran rodeo para llegar desde Valencia hasta Zaragoza, lo que dificultaba las comunicaciones férreas entre estas dos importantes ciudades. Con esta iniciativa, se pretendía también terminar con esa ruptura de nexo entre Zaragoza y Teruel que, aun siendo capitales de la misma región, provocaba que las corrientes comerciales entre Teruel y el Levante español fuesen más fluidas que con Zaragoza, debido principalmente a su menor distancia por vía férrea.

Las vías y la estación de Villafeliche, refleja el abandono de este tipo de transporte en nuestra comunidad, a favor de un progreso mal entendido y peor planificado. Para

 mí es un claro ejemplo del maltrato injusto e insolidario del gobierno de Madrid  hacia esta tierra, llamada Aragón. Hoy la estación está siendo recuperada con fines lúdicos y de esparcimiento. Sin embargo es una pena que el trazado del ferrocarril no se recupere como vía verde.

Terminada mi visita por la estación me dirijo a Villafeliche, cruzando el Río Jalón en el kilómetro 25,19,  unos 50 metros más adelante tomo un camino a la derecha que se dirige hacia los Molinos de Pólvora y decido ir primero a ver estos molinos.

 

En el kilómetro 25,75 a la izquierda del camino me encuentro la ermita de San Antón en estado de abandono y si nadie hace nada de ruina inminente

 

En el kilómetro  26,12 tomo de nuevo el camino de la derecha.

 

En el kilómetro  26,31 cruzo el río Jiloca por el Molino Harinero, que servía de punto de control de acceso a los molinos de las Reales Fábricas de pólvora de Villafeliche, donde se fabricaba pólvora desde al menos el siglo XVI hasta mediados del siglo XX. A partir de aquí se alineaban los más de dos centenares de molinos que llegaron a funcionar en este lugar. Los molinos se encontraban correlativos y alineados a la “Acequia de los Molinos” o Acequia el Molinar. La energía motriz del agua del Río Jiloca hacia girar la noria que transmitía el movimiento a los molinos de piedra.

 

Los molinos de pólvora conforman en la actualidad un paisaje preindustrial de suma importancia patrimonial que, por su extensión geográfica y la complejidad del proceso productivo, todavía trasluce su pasada trascendencia económica, social y estratégica. Cada molino era una construcción de planta rectangular de unos 6 metros cuadrados. El conjunto se completaba con otras dependencias como almacenes, oficinas, puesto de guardia y edificios en preparación de la pólvora y el molino harinero.

 

 

 

 

Estos molinos fueron declarados Bien de Interés Cultural. La producción se inicia ya en el siglo XVI y se fundamenta en la fuerza motriz del propio Jiloca, en el salitre de Épila, en el azufre procedente de las minas de Teruel y en el carbón vegetal, que elaboraban los propios vecinos.

La pólvora fabricada aquí, cumplió un importante papel en la Guerra de la Independencia. Durante los Sitios de Zaragoza (1808), un cargamento de pólvora de Villafeliche consiguió burlar el bloqueo francés y abasteció a los defensores de Zaragoza. Sin esta pólvora la ciudad quizás no hubiese aguantado. Tras cumplir un papel fundamental en los Sitios de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia, en 1830 el rey Fernando VII cerró sus Reales Fábricas, y sumió a Villafeliche en una paulatina decadencia. Desde entonces  continuaron con este negocio de forma residual o clandestina, hasta que finalmente en 1864, la Real hacienda decide vender el almacén, las oficinas y los enseres e instrumentos.

El Ayuntamiento decidió restaurar uno de ellos y, con el apoyo de paneles explicativos, podemos observar la peculiar maquinaria con la que se llevaban a cabo las tareas de machacado y pavonado. Gracias a la restauración de este molino conocemos su arquitectura, su maquinaria y cómo se fabricaba la pólvora. La techumbre por ejemplo, era ligera de modo que si se producía una explosión la onda expansiva hallaba una vía de escape, evitando que toda la estructura saltase por los aires. De funcionamiento similar al de los batanes, la rueda vertical accionaba los majaderos que trituraban los ingredientes, (salitre, azufre y carbón vegetal, ligeramente humedecida) a la velocidad de un golpe por segundo, durante un periodo aproximado de ocho días y tras secar la mezcla al sol se realizaba el “pavonado”, es decir el baño en parafina de las bolitas de pólvora para comercializarlas.

En el kilómetro  26,62 paso por debajo de las vías abandonadas del antiguo ferrocarril “de Caminreal”.

En el kilómetro  26,87 comienzan a divisarse  las ruinas de los molinos de pólvora alineadas perfectamente a lo largo del cauce del río Jiloca. Aquí dejo la bicicleta y me dirijo andando por una senda estrechica hasta el molino restaurado. Terminada la visita regreso a donde deje la bici y parto hacia Villafeliche, a la que llego con un parcial de 28,95 kilómetros.

 

Villafeliche, es una Villa de la provincia  de Zaragoza, de la comarca Comunidad de Calatayud. Comunidad Autónoma de Aragón. Situada en la depresión longitudinal Calatayud-Daroca (Sistema Ibérico), junto al rio Jiloca, a 724 metros  de altitud. Su población en el 2008 era de 187 habitantes;  en 1998, era de 235 habitantes.; en 1978, 391 habitantes.; en 1950, 846 habitantes.; en 1900, 1.364 habitantes. Gentilicio: Villafelichinos.

“Arde mejor que la pólvora de Villafeliche”. Este dicho popular difundió el nombre del municipio zaragozano, conocido también como “el pueblo de la pólvora”. Prueba de ello es que en el año 1764 había en funcionamiento 165 molinos polvoreros y en el año 1800 unos 200. El conjunto formaba las Reales Fábricas de Pólvora.

 

Su caserío se asienta  junto a una ladera que desciende hasta la vega del Jiloca, con una fuerte influencia árabe que se denota en su irregular trazado urbanístico. Adentrándonos en su casco urbano, contemplamos buenos ejemplos de arquitectura popular apiñados en torno a una calle principal, vía de la que parten pequeñas callejuelas que nos conducen a las puertas de la fortaleza. Sobre los ocres tejados de las viviendas se eleva la torre de la Iglesia parroquial de San Miguel, obra del siglo XVII que destaca por ser un gran volumen de tonalidad blanquecina formada por tres naves y crucero con gran cúpula sobre éste. En su interior se venera al beato Ignacio Delgado, hijo de la localidad. De la misma época que el templo son las ermitas de San Marcos y San Miguel. Hay otra del siglo XVIII, dedicada a San Cosme.

El Beato Ignacio Delgado nació en Villafeliche en 1762 , muriendo en Sanh-Vi-Hoang, Tung-Kin,  en 1838. Santo, misionero, obispo y mártir. Ingresó en la orden del Císter, pero abandonó la cogulla de San Bernardo para vestir el hábito de Santo Domingo en el convento de San Pedro Mártir de Calatayud, donde haría la profesión solemne en 1782. Estudió después en el colegio patriarcal de Orihuela, donde se formaba lo más selecto de la orden dominicana de la provincia de Aragón. A sus veintitrés años, deseoso de ir a misiones, pidió el traslado a la provincia del Santísimo Rosario de Filipinas.El 29-IX-1785 sale del puerto de Cádiz en el navío San Felipe, arribando a Manila el 21-VII-1786. Una vez ordenado sacerdote en esta ciudad y elegido para la misión de Tung-Kin se embarca en Cavite acompañado por el P. Albán, y llega a Macao el 11-XII-1788. Desde aquí, impaciente por llegar a su destino, concierta un viaje con un capitán que, faltando a su compromiso, lo dejará en Cochinchina, aunque afortunadamente el P. Delgado conseguirá llegar a Malaca. Ya estaba decidido a regresar a Manila, cuando se le ofrece la ocasión de volver a Macao, donde se reúne con tres compañeros más y consigue entrar en Tung-Kin el 29-X-1790. Después de aprender la lengua de los nativos en Trung-linh, se le encarga el cuidado del colegio y la procura de la misión. Pío VI lo promueve a la dignidad episcopal con el título de Melipótamos y con el cargo de coadjutor del obispo P. Alonso, siendo consagrado el 20-IX-1795 y sucediendo a aquél en el vicariato apostólico el 2-II-1799. Por su celo y prudencia pastoral mereció los elogios de la congregación De Propaganda Fide. Traicionado por uno de sus domésticos, fue sorprendido en Kien Lao, una población en la que residían unos cuatro mil cristianos, y en la que se había refugiado con otros misioneros en tiempos de persecución. A sus setenta y cinco años, enjaulado y custodiado por cuatrocientos soldados, fue conducido a la ciudad de Sanh-Vi-Hoang, y condenado a muerte el 11-VI-1838. Maltratado y enfermo, presa de una grave disentería acompañada de vómitos, falleció en la misma jaula en la que se le custodiaba. Pero la sentencia a ser decapitado se cumpliría macabramente con su cadáver aquel mismo día, 12-VII-1838, y ante el populacho. Su cuerpo, sepultado primero en el lugar del suplicio, fue trasladado por los fieles a la iglesia de Bui-Chu. La cabeza, arrojada al río y rescatada más tarde por un pescador, el l-XI-1838, fue sepultada en la misma iglesia. Gregorio XVI, que había hecho alusión a este hecho maravilloso, introdujo la causa en 1840 y León XIII decretó su beatificación el 7-V-1900 y Juan Pablo II lo canonizó el 19-VI-1988. Dejó una obra con el título Persecución suscitada en los reinos de Cochinchina y Tung-Kin, en el año 1827, Manila.

El paso musulmán dejó más huellas en el castillo levantado en lo alto del cerro, (Al que por falta de tiempo, me limito a fotografiarlo desde la lejanía) conservándose los lienzos de la muralla y dos torreones de tapial.

Villafeliche también contaba con una arraigada tradición de producción popular de alfarería.  Los artesanos de esta zona suministraron de ollería a las villas del entorno e, incluso, a localidades más alejadas en la provincia de Teruel. En la época de la pólvora la alfarería trabajaba en hacer vasijas para envasar la pólvora , igualmente tuvo su importancia con la cerámica vidriada con los colores azules de esta cerámica existen piezas importantes y colecciones interesantes , por el siglo XIX resurgió de nuevo la alfarería por la zona se cree donde en el siglo XVI estaban asentados los obradores zona de San Roque , en estos obradores se fabricaban los cántaros , botijos , terrizas , orzas , cazuelas , pucheros , todo tipo de utensilios para uso doméstico , otra zona también con obradores fue la entrada al pueblo, barrio de San Antón , a los dos lados de la calle se ubicaban los obradores, todavía se conserva la alfarería del "Tío Puchericos " donde se conservan todos los enseres necesarios para la fabricación de cerámica, horno árabe balsas para fabricar el barro , tornos , etc...Sigue en activo la cerámica de Manuel Gil, todavía vigente en la actualidad.

Celebra fiestas patronales en honor de San Marcos, San Juan y el Beato Ignacio Delgado dan comienzo el primer domingo de agosto finalizando el martes siguiente.

Terminada la visita salgo de Villafeliche con 29,48 kilómetros.

En el kilómetro  29,90 salgo a la carretera nacional 234 y enseguida en el kilómetro 30 a la derecha para a la izquierda a contemplar la ermita de la Virgen del Pilar, desde aquí llego enseguida a Montón, en concreto en el kilómetro 30,26.

 

Montón es un Municipio zaragozano enclavado al sureste de la comarca Comunidad de Calatayud, junto a la cuenca del Jiloca, en la depresión Calatayud-Daroca, a 633 m. de altitud. Su población en 1998, era de  145 habitantes.; en 1978, 251 habitantes.; en 1950, 508 habitantes.; en 1900, 487 habitantes. Gentilicio: Montoneros.

La población, situada en la margen derecha del río Jiloca, estuvo amurallada en el pasado del que  todavía conserva dos puertas góticas, en arco apuntado. Paseando por sus tranquilas calles y plazas, podemos encontrar buenos ejemplos de arquitectura popular. De entre las techumbres de las viviendas resaltan los volúmenes de la Iglesia parroquial de la Purísima Concepción. Obra gótica de siglo XV, es un edificio de ladrillo, con torre mudéjar de planta cuadrada y ábside poligonal, sin crucero. La cubierta es de bóveda de crucería estrellada. El interior es gótico del siglo XV, aunque con serias remodelaciones en los interiores llevadas a cabo durante el siglo XVIII. Se conserva una reliquia del santo adquirida en 1666. En las inmediaciones son varios los peirones que nos marcan la ruta de la “pasión o dolor”, la cual nos conduce por las tierras más próximas a la localidad, conociendo algunas de las ermitas que se levantan por la zona, como es la de San Antonio Abad. Fiestas: El día 24 de junio se celebra la festividad de San Juan. El último fin de semana de agosto, tienen lugar las fiestas patronales de San Agustín.

En el kilómetro 39,62 abandono la carretera nacional 234 para desviarme a la izquierda para visitar  Morata de Jiloca, a la que llego con 40,40 kilómetros.

Morata de Jiloca es un Lugar de la provincia  de Zaragoza, al sur de la Comarca Comunidad de Calatayud. Situado a 619 metros, de altitud, en la depresión Calatayud-Daroca, próximo a la orilla izquierda del río Jiloca, y en la línea férrea Santander-Mediterráneo, Morata de Jiloca tiende su casco urbano en la fértil ribera zaragozana.

 

 

Su población en el año 2004 era de 307 habitantes; en el año 2001 tenia 300 habitantes, en 1998, 355 habitantes.; en 1996 359 habitantes; en 1991 373 habitantes; en 1978, 502 habitantes.; en 1950, 1.055 habitantes.; en 1900, 901 habitantes. Gentilicio: Moratenos.

Morata de Jiloca se encuentra dentro de la ruta del mudéjar en Aragón al poseer buenos ejemplos de este arraigado estilo artístico aragonés. Su conjunto urbano está formado por una irregular red de calles en las que asoman viviendas con los modos generales de la arquitectura popular de la zona. Por encima de todas estas construcciones se encuentra la Iglesia parroquial de San Martín, fue una de las más bellas del mudéjar aragonés, según Abbad Ríos, comparable en vistosidad al muro mudéjar de La Seo de Zaragoza, y en donde se encuentran todos los elementos decorativos de las torres de Teruel. Tiene tímpano decorado con la escena de la vida de San Martín, en la que partió su capa con un pobre, en altorrelieve de estilo gótico. La fachada orientada al norte, que presenta estas características, está rematada en su parte superior por una galería aragonesa de arcos levantada en el siglo XVI. La torre está separada del cuerpo de la iglesia y su aspecto es el del clásico minarete de mezquita, a base de tres cuerpos, el bajo de tapial y los otros dos de ladrillo decorado con labores mudéjares. Su magnífica portada ricamente decorada con motivos mudéjares  la convirtió en Monumento Nacional al ser uno de los más claros ejemplares de esta corriente artística.

Morata de Jiloca se integraba en la comunidad de Calatayud, Sexma del Río de Jiloca. Sobre el altozano inmediato al caserío quedan restos de lo que debió ser un recinto-refugio del siglo XIV, con un largo muro de grandes y bastas piedras, hoy adherido a la ladera natural; al parecer, el recinto dibujaba una planta ovalada, de unos 40 metros de eje mayor. Gran parte de la cima aparece explanada, habiendo quedado un espectacular muñón de roca natural.

En 1550 fue nombrado primer conde de Morata de Jalón, Pedro de Luna, hijo de Jaime Martínez de Luna y Lanuza y de Catalina de Urrea e Híjar, nacido en 1492. Virrey de Aragón en 1540 y de Cataluña en 1554. Casó primero con su prima Marina de Lanuza en 1511 y luego con Inés de Mendoza en 1532. En 1550 eleva en Zaragoza su palacio familiar (actual Audiencia). Muerto en 1570 le sucede en el condado su hijo Miguel de Luna, de su segundo matrimonio, personaje poco ejemplar, virrey de Aragón, nombrado y destituido pronto por Felipe II. Le sucederá su hija Ana de Luna, casada con Antonio Manrique de Lara: residió poco en Aragón; recaerá el condado en su hija, Polonia de Luna, en 1642, nacida en Illueca; malbarató el patrimonio de la casa de Morata, vendiéndolo a Francisco Sanz de Cortes, primer marqués de Villaverde desde 1670.

Saliendo de Morata de Jiloca en dirección a Maluenda, a la derecha me encuentro con un magnífico Palacio Renacentista, con una galería de 25 arcos. Su estado es lamentable.

Una vez que termino de admirar el palacio, parto de  Morata de Jiloca y decido continuar el camino de regreso  por la PR-Z-93 y que forma parte del camino de Santiago.

 

En el kilómetro 41,34 hay un Peirón a la izquierda del camino y me doy cuenta de que no he tomado la dirección correcta por lo que me veo obligado a retroceder, para tomar el camino correcto.

 

En el kilómetro 46,41 llego a la estación de Maluenda, Velilla. Que formaba parte del ferrocarril Santander -Mediterráneo (Calatayud-Valencia). Cada vez que veo el abandono de este tipo de instalaciones, me recuerda el abandono que esta tierra llamada Aragón, por parte de politicastros y advenedizos de toda calaña y de algunos “próceres” de esta tierra. Para mi el abandono del ferrocarril es el ejemplo más claro del desmantelamiento industrial de Aragón, y que obligó a nuestras gentes a buscar el sustento en otras tierras que no eran las suyas.

 

 En el kilómetro 46,50 salgo a un camino asfaltado que viene de la izquierda.

 

En el kilómetro 47,26 me paro ante una  cruz de piedra a la izquierda. Esta cruz marca el camino entre Maluenda y Olvés.

 

 

En el kilómetro 47,72 llego de nuevo a Maluenda .donde salgo de nuevo a la carretera nacional 234 en dirección a Paracuellos de Jiloca  Principio y final de esta etapa a la que llego con 52 kilómetros recorridos.

 

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

 

Serafín Martín.

 

 

Fuentes propias y:

 

http://es.wikipedia.org/wiki/Villafeliche.

 

Colección Rutas CAI - Nº 12 Comunidad de Calatayud y el Monasterio de Piedra Edita CAI – PRAMES

 

http://www.enciclopedia-aragonesa.com

 

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