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Zaragoza, San Gregorio, San Juan de Mozarrifar Villanueva de Gállego, Zuera, San Mateo de Gállego, Peñaflor. Monasterio de Aula Dei.

 

El 4 de Enero de 2007, salgo de Zaragoza, tomando el Camino de los Molinos, paso por el  Barrio de San Gregorio y desde allí tomo una pista de tierra al lado del Hospital Royo Villanova (Conocido popularmente como el Cascajo) al barrio rural de San Juán de Mozarrifar. Barrio rural situado en el extremo norte del municipio de Zaragoza, a 213 metros de altitud. Tiene 2.025 habitantes, aunque desde principios del año 2000 ha sufrido un gran "boom" inmobiliario que ha hecho que su población no deje de aumentar hasta ahora. Sus principales atractivos son una iglesia del S.XVI; y sus fiestas, que toman lugar el 24 de junio, para San Juan, y el 15 de Agosto, para San Roque. San Juan podría tener su origen en la conquista de Zaragoza por las tropas de Alfonso I de Aragón y la publicación de la carta de colonización invitando a poblar una determinada tierra de Zaragoza, que estaba limitada por Osera de Ebro al este, Zuera al norte, Sobradiel al oeste y Cariñena al sur. Al capitular las tropas árabes, estas permanecieron en sus tierras, que eran las más fértiles. Esta era San Juan de Mozarrifar, y el sistema de riegos usado por los árabes permanece útil hasta nuestros días. Las primeras documentaciones sobre el término aparecen en 1129, cuando un tal Raimundo Galindo compró una viña a Abin Xarif, situada en el barrio. En esta documentación se hace referencia a la riqueza agrícola de la zona así como a la escasa población. Respecto a la evolución del nombre, el barrio aparece en su primer documento como 'Mezazal', que evolucionaría hasta 'Mozarrifar'. Tras haber expulsado a los árabes, probablemente se le añadiría la partícula 'San Juan de' para manifestar su cristianización.

Por un camino asfaltado que discurre por la fértil vega del Río Gállego  y de vez en cuando una torre a la orilla del camino ,me dirijo a Villanueva de Gállego, llego a ella por la estación, afortunadamente han eliminado el paso de tren al mismo nivel y han construido recientemente un puente, desde el que hago una fotografía.

Villanueva de Gallego .Municipio de la provincia de Zaragoza, a 13 km. de la capital. Situado en el centro de la depresión del Ebro, sobre depósitos cuaternarios, próximo al río Gállego, a 244 metros de altitud. Población: en 1998, 2.860 habitantes .; en 1978, 2.387 habitantes .; en 1950, 2.109 habitantes .; en 1900, 1.384 habitantes. Comprende las entidades de población de El Batán y El Comercio. La reciente construcción de la autovía Zaragoza-Huesca ha convertido este municipio, en un espacio casi integrado en Zaragoza capital, puesto que entre ambos núcleos se han ubicado todo un rosario de empresas y servicios, a modo de polígono industrial. Me dirijo directamente a su Iglesia del Salvador, levantada sobre otra de estilo mudéjar. La torre fue reconstruida, siguiendo este mismo estilo. Es interesante la Torre de Guallar. Dentro del casco urbano, en la llanura que se extiende sobre la margen derecha del Gállego, hay edificios de indudable valor. Se conserva la casa del pintor Pradilla. Villanueva ostentó el nombre de Burjazud, en época árabe. En 1152 hubo una comunidad de religiosos cistercienses, que posteriormente se trasladaron al monasterio de Rueda. Hasta principio del siglo XIX fue barrio de Zaragoza. El primitivo bautismo de Burjazud ha quedado perpetuado en una imagen de la Virgen del mismo nombre, hermosa talla del siglo XII.

Después de visitar Villanueva me dirijo por camino de tierra a Zuera, buscando la orilla del Río Gállego, el río que contemplo nace a unos 2.100 metros de altitud, entre el pico de Aneu y el collado del Portalet (valle de Tena), y desarrolla su curso, en general, en sentido norte-sur, desembocando en el Ebro, por Zaragoza después de haber recorrido 215 Km. En conjunto el río presenta un régimen de tipo nivo-pluvial, con crecidas de primavera y otoño y estiajes de verano e invierno por retención nival. El río ha construido a lo largo del cuaternario un sistema escalonado de seis niveles de terrazas, en su cuenca baja, situadas a una altura mínima de 110, 60, 75, 45, 20 y 10 m. sobre el cauce actual. Al llegar a Zuera en la orilla del río veo una construcción que me llama la atención, es un Cenobio construido con sus propias manos por un eremita, J.Osés y representa un monasterio “en pequeño” pero no le falta ningún detalle incluido el claustro, el Obelisco es precioso. Aquí en Zuera el río se divide dejando una isla, la vista es preciosa y el parque que han hecho en sus orillas también, las fotos lo dicen todo.

Zuera su topónimo de origen árabe significa «El Peñasquito», y en los documentos medievales es citada como «Çuffarie» y «Çofera». Su reconquista debe enmarcarse en los momentos previos a la conquista de Zaragoza en 1118 y fue repoblada con gascones que introducen el culto a San Licer, evangelizador del Bearne. En esta villa, que tuvo voto en Cortes, se terminaron en 1285 las que Pedro III había comenzado en Huesca. Según Labaña, de esta localidad dependían dos aldeas, Leciñena y San Mateo. En 1366, Pedro IV, debido a la necesidad que tenía de recursos por su guerra contra Castilla, vendió el señorio y jurisdicción de esta población al Ayuntamiento de Zaragoza por ciento setenta mil sueldos jaqueses, aunque con la oposición de sus vecinos, que intentaron recaudar la misma suma para no ser separada de la Corona. Es un Municipio y villa de la provincia de Zaragoza, a 25 km. de la capital, la población del término era en 1975 de 5.002 habitantes la mayor parte concentrada en la capital del municipio y la restante en varias entidades: casas de labor barrios como El Campillo, La Estación Puilatos y Ontinar del Salz; en 1998, 5.404 habitantes La población no ha cesado de crecer desde 1900 en que contaba 2.597 habitantes., habiendo alcanzado ya en 1950 los 4.793 hab. El término está situado en ambas márgenes del bajo curso del río Gallego, y ofrece fuertes variaciones topográficas, desde los 746 m. de La Lomaza hasta los 279 m. de altitud  de la villa de Zuera, junto al río Gállego. La principal base económica la constituye la agricultura, con 18.012 Ha. de labor según el Censo Agrícola de 1972; de ellas, 3.633 son de regadío y el resto secano. El regadío instalado en el fondo del valle recibe el suministro de agua de acequias derivadas del Gállego y del Canal de la Violada; en esta zona se localizan los pueblos de colonización de Ontinar del Salz y Puilatos (ya abandonado). Los productos de mayor importancia son el maíz, la alfalfa, el trigo, algunas praderas y cultivos hortícolas. En el secano se cultivan cereales, sobre todo trigo y cebada. El resto de la superficie productiva la ocupan praderas naturales y pastos con árboles. La actividad industrial está adquiriendo gran importancia; la mayoría de las industrias se ubican en el polígono «El Campillo» de 4 Ha., a unos 2 km. del núcleo urbano, en la carretera de Zuera a Las Pedrosas. Entre las industrias instaladas destacan las alimentarías, textiles, construcción y otras.  Visito su interesante casco urbano en torno a la calle Mayor y plaza de España. La iglesia parroquial, de excelente factura, está dedicada a San Pedro. La ermita de la Virgen del Salz se encuentra a 9 km. de la población, por la carretera de Las Pedrosas. La fiesta en honor de esta advocación mariana se celebra invariablemente a los 50 días de la Pascua de Resurrección, con romería a la ermita. Las fiestas patronales están dedicadas a San Licer y tienen lugar del 25 al 28 de agosto.  Zuera se asienta sobre la margen derecha del río Gállego, que a su paso por el término municipal ofrece frondosas alamedas. A escasa distancia, ya en el monte, se encuentran los poblados pinares de la villa, que son frecuentados los fines de semana por los zaragozanos. Cruzo el Rió Gállego para volver a Zaragoza por la carretera comarcal A-123 que discurre por la margen izquierda del Gállego, llego por ella a San Mateo de Gállego, lugar de la provincia de Zaragoza, a 24 km. de la capital. Situado en el centro de la depresión del Ebro, junto al río Gállego, a 281 m. de altitud.  Población: en 1998, 2.036 habitantes.; en 1978, 1.802 habitantes .; en 1950, 1.799  habitantes ; en 1900, 975 habitantes .Sobre la orilla izquierda del río que le da apellido, San Mateo de Gállego fue construido por Alfonso I el Batallador antes de la conquista de Zaragoza. Hasta finales del siglo XIX, figuró como barrio de Zuera. La iglesia parroquial fue levantada en el siglo XVI. La torre es mudéjar. Por el interior de la población discurre la acequia camarera, lo que le da un toque Veneciano. Hay varias fiestas: San Sebastián, el 20 de enero; Santa Engracia, el 16 de abril; San Mateo, que da nombre al pueblo, el 21 de septiembre, y las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora del Rosario, el primer domingo de octubre. Existe dance y hay banda de música. Sigo a Peñaflor Barrio de Zaragoza,  a 14 Km. de ella, situado sobre la margen izquierda del Gállego, a 244 m. de altitud.; contaba con  1.175 habitantes, en 1980; eran 819 habitantes  en 1991.Iglesia mudéjar, con esbelta torre. Próximo al núcleo urbano existe el llamado «Vedado de Peñaflor», de propiedad municipal, que es un extenso y frondoso pinar. Este barrio rural celebra sus fiestas el 10 de junio y el 27 de septiembre.

A unos 2 Km. de Peñaflor desde la carretera se divisa está la joya de  La Real Cartuja de Santa María de Aula Dei  y fue fundada en 1564 por don Hernando de Aragón, hermano de Fernando II de Aragón el católico.

La iglesia de la Cartuja de Aula Dei ofrece una planta de cruz latina, de nave única, dividida en tres tramos, con una pequeña ampliación a modo de crucero abiselado, y una longitud total de 43,60 metros. Se cubre mediante una bóveda de crucería estrellada ricamente decorada, con claves de madera dorada, que muestran como motivo el escudo del fundador. Fue construida por los maestros Martín de Miteça y Miguel de Riglos.

Su construcción tuvo lugar entre la segunda mitad del siglo XVI y comienzos del siglo XVII. Se utilizaron como materiales de construcción el ladrillo y los recursos locales. Su estilo responde a un gótico tardío, con reminiscencias del estilo Reyes Católicos, como en otras fundaciones de don Hernando de Aragón.

La cubierta de la iglesia, como corresponde a este estilo gótico tardío, las ojivas se rebajan, tendiendo a la forma de medio punto. Los nervios secundarios adoptan formas curvas o mixtilíneas, buscando un especial efecto decorativo, efecto que se refuerza mediante la aplicación de una decoración emblemática tardomanierista. A mediados del siglo XVIII se ordena la decoración de la iglesia, que se enriquece con un gran retablo de madera dorada. Muestra dos grupos de figuras superpuestos, correspondientes a la Asunción y a la Coronación de la Virgen, a los que flanquean otras estatuas de los padres de María, San José, María Magdalena, San Bruno y San Juan Bautista.

A lo largo de la nave se disponen, sobre ménsulas, estatuas de los 4 Evangelistas y de 6 Doctores de la Iglesia. Todas estas esculturas parecen pertenecer al taller de los Ramírez Benavides, dentro del estilo derivado de Lacarre. A lo largo de la nave se dispone también una rica sillería en madera de nogal.

En el crucero y el ábside se localiza un zócalo elevado de cerámica, como arrimadero, con motivos decorativos en color. En esta zona se abren ocho puertas de madera ricamente tallada, que dan acceso a varias dependencias anejas a la iglesia, con motivos religiosos y alegóricos.

Una de estas puertas da acceso al camarín o capilla del Agnus Dei, de pequeño tamaño, situada detrás del presbiterio, cubierta por una bóveda de crucería, y decoración pintada alegórica a la visión celestial y eucarística.

El retablo de la iglesia fue construido entre 1755 y 1765, respondiendo al tipo altar, dividido en tres cuerpos. El cuerpo central acoge tres grupos escultóricos dedicados a los Apóstoles ante el sepulcro vacío de la Virgen, la Asunción de la Virgen, y la Coronación de María por el Padre y el Hijo. El banco muestra escenas de la vida de Jesús y María.

El acceso a la iglesia se realiza a través de una portada de yesería, de estilo barroco, de un tipo muy común en Aragón desde finales del siglo XVII, que ha sido atribuida a Gregorio Mesa. Muestra una Asunción en la parte superior, a la que acompañan, en toda la fachada, varias figuras de diferente tamaño y angelotes, rocallas, fuentes y palmas.

El Aula Dei cuenta en la actualidad con 7 pinturas murales de las 11 que Goya realizó para este monasterio En la Cartuja de Aula Dei, Goya pintó en los muros de su iglesia una serie de escenas al óleo de la Vida de la Virgen. Es el ciclo más extenso de su producción, si bien de los once grandes pasajes sólo se han conservado siete y algunos de éstos con pérdidas parciales. El abandono de la cartuja por la Desamortización de Mendizábal de 1836 provocó esas pérdidas, reemplazadas en 1902 por las decoraciones de los hermanos Buffet, simbolistas franceses que nada tenían que ver con la manera de pintar de Goya. Se han conservado las escenas del lado norte, la de los pies sobre la puerta de ingreso, y en buena parte la del transepto sur. Fueron pintadas entre 1772 y finales de 1774, según un programa sobre la Virgen María, patrona de la Orden de la Cartuja, junto con San Juan Bautista. En el ciclo usó una doble semántica: la tardobarroca y rococó, en la que se había formado primero, y la clasicista, asimilada durante su viaje a Italia. La primera se aprecia bien en la Purificación de la Virgen o Presentación de Jesús en el Templo, o en la Adoración de los Magos. El clasicismo se detecta en ciertas figuras y composiciones como los Desposorios de la Virgen, o la Visitación de María a su prima Isabel. En estas escenas hay detalles realistas, como dos niños que están forcejeando por llevarse el velo de casamiento, dentro de la mejor tradición del naturalismo español y que preludian obras posteriores de Goya. Llama la atención el sentido escenográfico de las composiciones, con una puesta en escena equilibrada y solemne, en un marco de arquitecturas y escalinatas de gran simplicidad y geometrismo. Las figuras están resueltas con grandes brochazos y pinceladas, que conforman volúmenes nítidos y sustanciales. El conjunto de Aula Dei, que no está suficientemente valorado por los estudiosos, es la culminación de la etapa juvenil de Goya y el preludio de su madurez artística.

Pero no hay que olvidar que es un Monasterio, que  después de siglos sigue estando ocupado por monjes Cartujos.

El edificio, los ocupantes, el horario, la organización entera de la vida cartujana, responde adecuadamente al fin eremítico-cenobítico, que una experiencia de nueve siglos ha ido unificando y perfeccionando. Generalmente el Monasterio está formado por un gran claustro, en cuyo centro hay un patio, y en él ordinariamente el cementerio. Alrededor del claustro se agrupan las celdas de los monjes, presididas por la iglesia principal y rodeada de Capillas y otros lugares conventuales (Sala capitular, refectorio, biblioteca, etc.). Cerca de la Portería está la Capilla exterior, para seglares, y el locutorio para las visitas, pocas según la Regla.

En la Cartuja, una ascética especial, sabiamente estudiada según el fin propio de la Orden, regula todas las cosas. La ausencia de distracciones (juegos, radio, televisión, etc.) que disipan la mente y debilitan la voluntad, el rigor de la soledad y el silencio, la pobreza en el vestido, el trabajo manual, los ayunos, la interrupción del sueño, etc., practicados con espíritu de penitencia, favorecen la unión con Dios y dan al cuerpo salud y longevidad. Nunca, ni aún estando enfermo, se come carne; no hay desayuno; desde septiembre hasta abril, se contenta el Cartujo, por cena, con una frugal colación; en Adviento y Cuaresma y todos los viernes del año, hay abstinencia de lacticinios; un día a la semana, si la salud lo permite, se ayuna a pan y agua. Por lo demás, la comida principal no es escasa y además cabe la dispensa, habiendo causa razonable, en todo lo antes indicado.

 

"Mirad. Noche y día mi alabanza es incienso que sube hacia el cielo. Silencio y desierto rodean mi vida, trabajo y plegaria la llenan...Donde mi espíritu reposa lleno de renovada alegría. Mirad, no tengo ni esposa ni hijos, muros encierran mi celda; mas abre en mí la puerta del Paraíso. No doy testimonio con palabras, pero mis voces aturden al mundo. Dialogar no es mi ocupación: Dios me encadena a su silencio. Para nada más sirves ya, en la Cartuja hoy, si Él te da la vocación."

Un monje

Sigo hacia Montañana, barrio de Zaragoza, cruzo de nuevo el Gállego por el popular puente de hierro que me deposita en la Avenida Cataluña, antigua entrada a Zaragoza desde Barcelona.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y :www.auladei.es; www.redaragon.com; http://es.wikipedia.org; www.enciclopedia-aragonesa.com

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